El miércoles, Emmanuel Macron confirmó que quería abrir un “debate estratégico” sobre la protección de Europa con armas nucleares francesas. Se trata de un tema muy discutido, dado que la disuasión nuclear es competencia del presidente.
¿Puede el paraguas nuclear francés proteger a nuestros aliados europeos? Durante su discurso televisado del miércoles 5 de marzo, Emmanuel Macron anunció su intención de abrir un “debate estratégico” sobre la ampliación de la protección nuclear disuasoria de Francia.
Ya mencionada a principios de marzo por el presidente de la República, esta propuesta se enmarca en el refuerzo de la defensa europea, reclamado por el mandatario francés ante el riesgo de que los Estados Unidos de Donald Trump se desmarquen de la UE y se acerquen a Rusia.
Es un tema que ha provocado un intenso debate desde entonces, aunque Emmanuel Macron asegura que la decisión de utilizar armas nucleares “siempre ha estado y seguirá estando en manos del Presidente de la República”.
Francia, única potencia nuclear de la Unión Europea
El anuncio de un “debate estratégico” con los aliados europeos sobre la disuasión nuclear se produce tras una llamada del futuro Canciller alemán, Friedrich Merz. “Tenemos que discutir con los británicos si el reparto nuclear, o al menos la seguridad nuclear del Reino Unido y Francia, podría aplicarse también a nosotros”, declaró el 21 de febrero, marcando un cambio significativo en la política de Alemania, que hasta entonces había confiado únicamente en el paraguas nuclear estadounidense dentro de la OTAN.
Al otro lado del Rin, no se trata de una cuestión nueva, señala Emmanuelle Maitre, investigadora de la Fundación para la Investigación Estratégica (FRS). “Desde hace varios años, Emmanuel Macron pide que Europa sea más autónoma en sus capacidades de defensa y ya ha dado una dimensión europea a los intereses vitales de Francia. Además, no es el primer presidente francés que plantea esta cuestión; el propio general De Gaulle preveía que podría desempeñar un papel disuasorio para que los agresores no atacaran a nuestros socios”.
En su discurso pronunciado en la Academia Militar de París el 3 de noviembre de 1959, el General de Gaulle defendió la idea de “una fuerza de ataque capaz de actuar en nuestro nombre, en cualquier momento y en cualquier lugar”, al tiempo que afirmaba que la defensa francesa debía “combinarse con la defensa de otros países”.
Ambigüedad estratégica
Desarrollada tras la Segunda Guerra Mundial, la disuasión nuclear francesa se concibió como una herramienta exclusivamente defensiva destinada a proteger los intereses vitales de la nación, en el contexto de la Guerra Fría entre las superpotencias estadounidense y soviética.
El uso de armas nucleares es prerrogativa del Presidente de la República, cuya Constitución estipula que es el jefe de las fuerzas armadas y el garante de la integridad territorial. Solo tres países en Europa poseen armas nucleares: Francia, Reino Unido y Rusia.
Desde el Brexit, Francia es el único país de la Unión Europea con esta capacidad. Otros cinco Estados miembros de la OTAN también albergan armas nucleares tácticas estadounidenses: Italia, Países Bajos, Alemania, Bélgica y Turquía, en el marco de la política de compartición nuclear de la Alianza.
En Francia, el debate sobre la extensión del paraguas nuclear a los socios europeos ha provocado fuertes reacciones de la clase política, con algunos acusando al Jefe del Estado de poner en entredicho la soberanía de Francia, como el Presidente de la Agrupación Nacional, Jordan Bardella, que calificó de “traición nacional” el “reparto del botón nuclear”.
“Se trata de una cuestión extremadamente delicada, porque se basa en una ambigüedad estratégica”, explica Emmanuelle Maitre. “Hay una vaguedad deliberada sobre la noción de intereses vitales, la idea es no crear una línea roja demasiado clara que pueda animar al adversario a llevar a cabo un ataque justo por debajo de ese umbral”, agregó.
¿Una amenaza creíble?
Como era de esperar, varios Estados europeos han acogido con satisfacción el debate sobre la ampliación de la protección nuclear de Francia. “Es muy prometedor”, declaró el Primer Ministro polaco el jueves, antes de la apertura de una cumbre europea sobre Ucrania. Pero, ¿dispone Francia de recursos a la altura de sus ambiciones?
El arsenal nuclear francés se basa en dos pilares: submarinos nucleares de misiles balísticos, equipados con misiles M51, y fuerzas aerotransportadas, aviones Rafale equipados con misiles ASMP-A.
En total, Francia dispone de unas 290 cabezas nucleares, por delante de su aliado británico (225), pero muy por detrás de Rusia, primera potencia nuclear mundial con unas 1.700 cabezas nucleares desplegadas.
“Aunque Francia dispone de un arsenal limitado, se considera suficiente para causar daños inaceptables a su adversario”, señala Emmanuelle Maitre. “Fue diseñado para poder tomar represalias sean cuales sean las circunstancias con armas consideradas indestructibles. Por eso siempre tenemos al menos un submarino de patrulla cuya ubicación es secreta”, subrayó.
Por el momento, Macron no ha anunciado ningún cambio operativo en relación con un posible aumento de las capacidades nucleares o un redespliegue de las armas francesas.
Desde Moscú, el jefe de la diplomacia rusa, Sergei Lavrov, denunció una “amenaza contra Rusia”, calificando de “absurdas” y “delirantes” las acusaciones de que Rusia pretendía atacar Europa.
Este artículo es una adaptación de su versión en francés
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