Un tribunal de Buenos Aires condenó a Fernando Sabag Montiel a 10 años de prisión por tentativa de homicidio agravado, pena que, unificada con condenas previas por pornografía infantil, asciende a 14, por el atentado fallido contra Cristina Fernández de Kirchner el 1 de septiembre de 2022. Su exnovia, Brenda Uliarte, fue sentenciada a 8 años como partícipe necesaria, mientras que Nicolás Carrizo resultó absuelto.
El 1 de setiembre de ese año, Fernando Sabag Montiel, de 38 años, se camufló entre los cientos de simpatizantes que saludaban a la entonces vicepresidenta (2019-2023) frente a su casa y le gatilló dos veces a la cabeza, sin que las balas salieran.
Fue condenado a 10 años de prisión por intento de homicidio agravado por mediar un arma de fuego, una pena que unificada a otras previas por pornografía infantil lleva a un total de 14 años, dijo la jueza en un tribunal al norte de Buenos Aires.
Su entonces novia Brenda Uliarte, de 26 años, deberá cumplir ocho años de prisión por haber sido "partícipe necesaria" del atentado, añadió la magistrada.
En sus últimas palabras antes de escuchar la sentencia, Sabag se refirió a otros casos vinculados a la política y evocó conspiraciones de forma confusa: "Toda esta causa estuvo armada y eso se sabe", dijo. También aseguró que no había recibido ningún pago por hacerlo.
"Si me piensan desaparecer (al enviarlo a prisión), es algo que tienen que pensar porque no puede pasar a la ligera", prosiguió. De su parte, Uliarte se negó a hablar.
"Un acto de justicia"
A lo largo del juicio iniciado en junio del año pasado, Sabag Montiel admitió que había querido matar a Kirchner como "un acto de justicia" ya que, según él, ella "es corrupta, roba y hace daño a la sociedad".
El atentado a Kirchner movilizó a cientos de miles de personas que salieron a las calles en apoyo a la expresidenta (2007-2015) de centroizquierda, principal referente de la oposición peronista.
El caso "refrescó la oscura memoria de que se puede apelar a la violencia para resolver diferencias políticas", dijo a la AFP el analista y consultor Facundo Cruz.
"Se hizo palpable que en el siglo XXI puede ocurrir algo que se creía que estaba desterrado de las prácticas argentinas", agregó en alusión al asesinato de militantes políticos durante la dictadura cívico-militar (1976-1983).
"Presa o muerta"
El atentado ocurrió en el marco del inicio del juicio por corrupción en la adjudicación de obras viales contra la exmandataria, por el que fue condenada a seis años de prisión e inhabilitación política perpetua en diciembre en 2022.
Durante ese proceso, cientos de personas acudían al domicilio de Kirchner para manifestarle su solidaridad. El tumulto sirvió de pantalla para Sabag Montiel, que se infiltró entre los simpatizantes para tratar de asesinarla.
En junio de 2025, la Corte Suprema confirmó la condena y desde entonces la expresidenta de 72 años está recluida en prisión domiciliaria en un apartamento en Buenos Aires, desde cuyo balcón ocasionalmente saluda a sus simpatizantes.
La justicia absolvió este miércoles a un tercer imputado, Nicolás Carrizo, que había sido acusado de planificar el ataque. "Estos tres años nadie me los va a devolver", lamentó.
Carrizo era el jefe de Sabag Montiel y Uliarte, a quienes contrataba como vendedores callejeros de algodón de azúcar.
"Hay un intento de Kirchner de mantener el tema en agenda, haciendo alusión a lo sucedido y recordándolo. Rememorar lo sucedido y pedir justicia es parte de su capital político: haber sobrevivido", señaló el analista Cruz.
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