Estados Unidos se involucró directamente en la guerra Israel-Irán el sábado 21 de junio, cuando atacó con bombas antibúnker dos sitios clave para el enriquecimiento de uranio en Irán, Natanz y Fordow. Además, también bombardeó con misiles de crucero el complejo nuclear de Isfahan. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) está evaluando los daños, Irán minimiza la destrucción, y Donald Trump afirma que el programa nuclear iraní quedó seriamente afectado. 

El presidente estadounidense, Donald Trump, fue el primero en confirmar los ataques contra tres sitios clave del programa nuclear iraní. Los bombardeos a Natanz, Fordow e Isfahan también fueron confirmados por Irán y por el Organismo de Energía Atómica (OIEA). Sin embargo, la magnitud de los daños a estas tres instalaciones sigue sin esclarecerse.

Según Trump, las instalaciones quedaron completamente destruidas. La versión de agencia de noticias iraní IRNA es otra: ha informado que parte del área alrededor de la planta de enriquecimiento de uranio de Fordow resultó dañada, citando al centro de gestión de crisis de la provincia afectada.

El Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos declaró que la evaluación continuaría durante un tiempo y no repitió la retórica grandilocuente de Trump.

Mientras que el director del OIEA, Rafael Grossi, dijo entrelíneas que será difícil evaluar los daños en las instalaciones nucleares iraníes debido a que sus inspectores no han podido acceder a ellas desde que comenzaron los ataques israelíes el 13 de junio.

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A pesar de que la evaluación de los daños es complicada por parte de la comunidad internacional, especialmente por la ubicación subterránea de instalaciones como las de Fordow y Natanz, algunos gobiernos europeos ya se atreven a concluir que gran parte del programa nuclear iraní se vio comprometido por los ataques estadounidenses.

Imágenes satelitales de la empresa estadounidense de energía espacial, Maxar, muestran el estado de las instalaciones de Fordow, Natanz e Isfahan antes y después de la ofensiva estadounidense del sábado 21 de junio.

Fordow, el complejo subterráneo de enriquecimiento nuclear iraní

El centro de enriquecimiento nuclear de Fordow se encuentra enterrado a gran profundidad bajo una montaña, a unos 100 kilómetros al suroeste de Teherán, y se encuentra cerca de la ciudad santa chiita de Qom.

En esta imagen satelital tomada por Maxar un día antes de los ataques estadounidenses se observa el complejo de Fordow intacto. Esta instalación no había sido bombardeada antes por los israelíes a diferencia de Natanz e Isfahan.

Esta otra imagen satelital fue tomada luego de los impactos de las bombas estadounidenses antibúnker GBU-57. En el centro de la montaña se observa un gran cráter.

Irán produce la mayor parte de su material nuclear de grado casi armamentístico en Fordow, por lo que se considera un objetivo de gran valor para los israelíes, principales interesados en frenar la supuesta creación de un arma atómica por parte de la República Islámica.

La ubicación de Fordow a gran profundidad dificulta su ataque, razón por la cual Estados Unidos desplegó las potentes bombas antibúnker GBU-57 en los ataques. El Ejército estadounidense, principal aliado de Israel, es el único que posee este tipo de armas en el mundo.

Tras los ataques a Fordow, aún no se han detectado niveles elevados de radiación. El director del OIEA espera que sus inspectores puedan regresar a Fordow y a otros sitios nucleares iraníes lo antes posible.

Natanz, otra de las joyas de la corona en el programa nuclear iraní

En Natanz, a unos 220 kilómetros al sureste de Teherán, había un enriquecimiento de uranio de hasta un 60% de pureza (un nivel ligeramente radiactivo y muy cerca del grado armamentístico) antes de que Israel destruyera la parte de la instalación sobre la superficie en ataques anteriores, según el OIEA.

En esta imagen satelital, antes de los bombardeos antibúnker estadounidenses, ya es posible ver afectaciones por impactos de misiles israelíes en zonas superficiales de la instalación de Natanz.

Pero tras las GBU-57, apareció un cráter icónico de la penetración subterránea de esta bomba estadounidense.

Israel necesitaba la ayuda de Estados Unidos para atacar las zonas de la instalación de Natanz que se encuentran bajo tierra. En estas áreas subterráneas se ubican la mayoría de sus centrifugadoras, máquinas cruciales para la producción de combustible nuclear o, en algunos casos, para el desarrollo de armas nucleares.

El OIEA cree que la mayoría, o incluso todas, las centrifugadoras fueron destruidas previamente debido a un ataque israelí que dejó sin suministro eléctrico al complejo de Natanz. Según los expertos, estas centrifugadoras habían estado enriqueciendo uranio hasta con un 5 % de pureza.

Isfahan, tercera instalación nuclear iraní atacada por Estados Unidos

Al igual que Natanz, Isfahan ya había sido atacada por Israel desde que comenzó la guerra entre ambos países el 13 de junio.

Los daños producidos por los bombardeos israelíes eran evidentes en las imágenes satelitales antes de los ataques con misiles de crucero estadounidenses.

La instalación de Isfahan es una planta de conversión que produce los gases necesarios para el enriquecimiento de uranio. Sus áreas principales no son subterráneas, por lo que los daños son más explícitos que en Fordow y Natanz.

Según el OIEA, las entradas a los túneles utilizados para almacenar parte de las reservas de uranio enriquecido de Irán en el extenso complejo nuclear de Isfahan fueron alcanzadas por los ataques militares estadounidenses.

Los funcionarios del Organismo Internacional de Energía Atómica habían dicho anteriormente que gran parte del uranio más enriquecido de Irán estaba almacenado bajo tierra en Isfahan. Por lo que, el impacto de los misiles de crucero tendría como objetivo justamente el acceso a estas áreas subterráneas.

Con Reuters, AP y medios locales

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