Una de las fortalezas de la política dominicana ha sido la estabilidad y la combinación de dos factores que han impulsado la inversión y la confianza en el crecimiento del país: La existencia de mecanismos de solución de los conflictos laborales, que funcionan y resultan favorables, y la coordinación de la acción social y económica del gobierno con los sindicatos del sector privado.

En Ginebra, Suiza, en el marco de la 113.ª Conferencia Internacional de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Luis Abinader recibió un reconocimiento por su respaldo a los derechos, la dignidad y el bienestar de la clase trabajadora, y fueron los representantes del sector laboral y del sector empresarial quienes hicieron la entrega de la placa que acredita el reconocimiento, junto a los funcionarios de la OIT, María Paz, consejera principal de América Latina para el director de esta entidad, María Helena André, directora de la Oficina de Actividades para los trabajadores de la OIT (ACTRAV), y Luca Bormioli, director del Departamento de Reuniones, Documentos y Relaciones Oficiales de la OIT.

Aunque ese factor de estabilidad y buenas relaciones laborales se destaca poco, y se hacen denuncias de bajos salarios, inflación, reducción de conquistas laborales, entre otras, hay que decir que seguimos avanzando. Recientemente se registró un aumento del 20 por ciento en los salarios de los empleados no sectorizados, y se realizó un 30 por ciento de salarios para los del área turística, y se espera que en el sector agrícola y de la construcción se produzcan adecuaciones parecidas.

Consciente de que ese factor ha sido y seguirá siendo relevante, el presidente Luis Abinader, al momento de recibir el reconocimiento dijo que no se trata de un éxito personal suyo ni de su gobierno, sino de la inteligencia y transparencia con que se manejan las relaciones entre el sector privado, inversionista, y el sector laboral, organizado en centrales sindicales.

No es un logro personal. Eso no se hubiera logrado si no tuviésemos un sector sindical que defiende sus intereses pero es prudente, y un sector empresarial que defiende sus intereses pero con compromisos social”.

Esa es la explicación ofrecida por el presidente, que no deja de ser una constancia, facilitada especialmente por el Ministerio de Trabajo, que ha impulsado sin mucho aspaviento una gran parte de las reformas pendientes, pero que ha dejado, aún a la espera de pactos, otros aspectos, como la reforma de la legislación de la seguridad social y la actualización del Código de Trabajo, en el que se mantiene y sería difícil que no siguiera, la cesantía como modelo de compensación por desvinculación laboral.

El sector empresarial ha dicho y sigue diciendo que existe una distorsión con la cesantía, y que no es posible el pago por la cantidad de años que tenga el empleado a ser cesanteado. Sugieren un seguro por desempleo y llegan hasta un pago de seis salarios, posibles de extenderse hasta 10 salarios para poner fin un acuerdo laboral. Los trabajadores quieren que se mantenga el artículo 80 del Código de Trabajo.

El Ministerio de Trabajo realizó más de 100 reuniones para buscar un acuerdo que incluyera todos los aspectos de la reforma laboral. Y casi hubo acuerdos, pero todo volvió atrás luego de lanzado el proyecto de reforma fiscal por el presidente de la República.

Tal vez ha llegado el momento para el el ministro de Trabajo, Eddy Olivares, retome esas conversaciones y logre algún acuerdo para la actualización y reforma del Código de Trabajo, que es una reivindicación muy apreciada, sin la cesantía, por los trabajadores, y en el que tienen esperanzas tambien los empleadores.

Aspiramos que este reconocimiento al presidente de la República sea una pieza en el andamiaje de reformar el Código de Trabajo, para nuevos reconocimientos al trabajo regulador del Estado de las relaciones laborales entre empleadores y empleados.