La televisión dominicana ha estado presente desde el inicio de la democracia, a la caída de la dictadura de Trujillo. Fue la televisión el medio que se abrió más abiertamente a la difusión de informaciones, a la investigación periodística, a las entrevistas históricas, a líderes políticos, empresarios, magistrados y dio pie al surgimiento de estrellas de la televisión, que aún hoy se mantienen como íconos, algunos ya fallecidos, como Socorrro Castellanos, Freddy Beras Goico, Yaqui Núñez del Risco, Bruno Pimentel, Milton Peláez, Cecilia García o Roberto Salcedo, entre otros.

¿Quién no conoce a Nuria Piera y su trabajo en la televisión, desde niña? Nuria ha sido y sigue siendo uno de los símbolos éticos del trabajo televisivo, para evolucionar con el programa de investigación de mayor impacto en los últimos 30 años. Nuria ha sido y sigue siendo una persona de altísima solvencia, de ganado respeto, de una ética comprobada, por encima de cualquier querella que los enemigos que se ha ganado, precisamente su valiente trabajo, quien poner a circular ahora para afectar su crédito.

Nuria Piera, en el programa del pasado sábado, se dedicó a ofrecer explicaciones sobre su trabajo, sobre el negocio de la televisión, sobre la naturaleza de sus acuerdos con Color Visión, y sobre la forma en que administra sus recursos.

Incluso dijo que evita salir a la calle, para no encontrarse con muchos enemigos que su trabajo le ha granjeado, porque su respeto es esencialmente al país, al público que la conoce y la sigue, y porque su opción ha sido por un trabajo periodístico de riesgo, que es lo que implica investigar y poner en evidencia a ladrones, bandoleros, estafadores, funcionarios, farsantes que se muestran como profesionales sin tener un título académico, estafadores, narcotraficantes y toda una caterva de delincuentes, que ahora, en un ambiente en que la falsedad y el odio se enseñorean, quisieran arrastrarla a un abismo en el que ella no cabe.

Nuria no tiene que dar explicaciones. Su trabajo habla de ella. Los casos que ha seleccionado para escarbar y mostrar presentan la podredumbre de una sociedad en que el más avivato, el relacionado, el familiar, aprovecha la oportunidad para hacer negocios oportunistas, estafar a todo el que puede, incluyendo al Estado. Nuria Piera es una heroína del periodismo y del buen trabajo investigativo. A ella se le debe dar toda la protección posible, merece todo el respeto de la sociedad que aspira a la profilaxis de los delincuentes estafadores, los que hoy utilizan las redes sociales y otros medios para delinquir, para difamar sin fundamento, y porque se trata de personajes de plastilina, de servilletas húmedas, que jamás han hecho nada por la decencia en este país, por poner en evidencia a ningún delincuente, y que en realidad lo que hacen es defender narcotraficantes, asesinos y ladrones. Nuria es ahora el objetivo de esos canallas.

Nuria no tiene que dar explicaciones, el país no le pide que ofrezca detalles de nada, porque todo el que la conoce sabe de su origen, de su honestidad, de su laboriosidad, y que ella y su familia siempre fueron víctimas del poder, comenzado por su padre, Enrique Piera, un periodista que fue asesinado en los 12 años de Balaguer.

Nuria debe sentirse orgullosa del trabajo que ha realizado, y jamás debe sentir temor ni evitar salir a la calle, porque esa es la actitud de los delincuentes, de los cobardes, que han estropeado la decencia en este país, y que deben avergonzarse de mostrarse en los espacios públicos. Nuria es y será siempre motivo de orgullo para los dominicanos que aman esta patria y que desean que aquí no haya corrupción ni impunidad.

Si la televisión dominicana de hoy tiene un programa pulcro, digno, realizado con esmero y con pulcritud, tenemos que hablar, en primer lugar del que hace Nuria Piera, y de otras valiosas producciones que están basadas en la investigación periodística seria, y que son la negación de la tertulia especulativa y falaz en donde se trata de denigrar a profesionales de bien construida trayectoria, como es el caso de Nuria Piera.