En mi artículo anterior, señalé como precedentes de la posverdad a la explotación comercial de las noticias por los medios de comunicación tradicionales y a la manipulación política de la información por parte de las grandes cadenas de televisión. En el referido escrito abordé el tema de la explotación comercial. Ahora quiero abordar el tema de la manipulación informativa. Aunque por razones pedagógicas los muestre separados, realmente ambos fenómenos están interrelacionados.

unque la posverdad no se reduzca a la manipulación informativa y a la desinformación, sin duda son componentes importantes de su dinámica. Pero la distorsión de las noticias no surgieron con el surgimiento de internet y la posverdad. Las grandes cadenas televisivas como Fox ya habían iniciado el proceso de conformación de la opinión pública.

En su libro Posverdad, Lee McIntyre señala como Fox News ha ido moldeando la opinión de sus seguidores en función del proyecto político republicano hata el punto de que un estudio del 2013 mostró que el 69% por ciento de sus seguidores mostraron escepticismo ante el cambio climático, frente al 29% de Los Angeles Times y el 17 % del Washington Post. Otro estudio señalado por McIntyre señala que los seguidores de de Fox News han estado menos informados que los que no han visto noticia alguna. (2018, p. 70. Traducción libre).

La revolución digital ha amplificado esta situación. Las nuevas plataformas digitales han servido de base para la superposición de la narración ideológica o el relato excitante sobre la información y el relato sobrio. Con ello, han ganado la atención con respecto a la investigación periodística basada en evidencias.

Con la atención de los usuarios, han ganado la batalla por los ingresos, dejando en situación de vulnerabilidad a los medios tradicionales llamados a  informar.

Como afirma Jürgen Habermas, esta reorganización y reducción de costos lesiona el núcleo de la esfera pública. El diálogo democrático requiere de la investigación costosa. Se abre así la puerta a la receptividad del liderazgo populista quebrándose la resistencia que los medios deben ejercer dentro un Estado constitucional democrático. (Citado en Viner, https://www.irishtimes.com/opinion/katharine-viner-how-technology-disrupted-the-truth-1.2723761).

Una democracia auténtica requiere de una ciudadanía capaz de tomar decisiones informadas. El grave peligro de la proliferación de agentes individuales y colectivos interesados en una desinformación atractiva antes que una informacion “aburrida” constituye uno de los grandes problemas en la denominada “era de la posverdad”.