El presidente Luis Abinader, ante la renuncia del ministro de Hacienda, Jochy Vicente, designó al ingeniero industrial y economista Magín Díaz, en esa importante posición oficial.

Hacienda administra y maneja la deuda pública, gestiona y administra los ingresos del Estado, emite bonos y otros Instrumentos financieros nacionales e internacionales, renegocia la deuda externa, y es el responsable de poner en ejecución la ley de Responsabilidad Fiscal aprobada el pasado año y que representa un parte aguas en el Estado en materia de déficit fiscal.

En su carta de renuncia, fechada el 10 de julio de 2025, Jochy Vicente le dice al presidente lo siguiente: “Estoy convencido de que el Ministerio de Hacienda requiere de sangre nueva que consolide los avances alcanzados durante estos cinco años y continúe ejecutando su visión en lo que resta del período gubernamental”.

Para el presidente Abinader esa “sangre nueva” indicada por Jochy Vicente se encuentra en la persona de Magín Díaz, hasta su designación director de la Escuela de Economía de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra.

Se ha criticado que Magín Díaz fue durante 4 años en el último gobierno de Danilo Medina director de la Dirección General de Impuestos Internos, y que por tanto es un hombre vinculado al ex presidente y a su partido. Error de apreciación, decimos nosotros, porque Magín es un profesional de muy alta calificación, que se ha expresado siempre con libertad, que no se ha inscrito en ningún partido político, y que ha ejercido la función pública con idoneidad y con transparencia, siendo siempre recto, firme en rechazar componendas e irregularidades y en someter a la justicia a los incumplidores.

Magín Díaz es un técnico que ejerció como viceministro del entonces Ministerio de Finanzas en el gobierno de Hipólito Mejía, y luego continuó ejerciendo en el gobierno de Leonel Fernández, y posteriormente fue contratado en el gobierno de Danilo Medina. Sin compromisos políticos.

La decisión del presidente Abinader es acertada. Magín Díaz ha opinado sobre los asuntos económicos y fiscales. Ha escrito durante varios años una columna en Acento, y las posiciones que expresa tienen el carácter de la objetividad analítica, muy alejado de consideraciones políticas o partidarias.

Su designación, por el presidente Abinader, es un gesto de apertura y de reconocimiento a las virtudes y calidades que adornan a Magín Díaz.

En este momento el gobierno del presidente Abinader necesita una persona como él, con objetividad, conocimientos, pulcritud y calificación para mantener el déficit fiscal controlado, para pensar con eficiencia en la forma de aumentar las recaudaciones, para administrar las negociaciones de deuda y bonos que se presenten, y para repensar y replantear la posibilidad de una reforma fiscal que supere la frustrada el año pasado, elaborada por Jochy Vicente y administrada por él con sus métodos y convicciones, y en la que el presidente ofreció su apoyo a su entonces ministro de Hacienda.

Al margen de las consideraciones políticas, el presidente, el gabinete, el gobierno y el país necesitan un economista y técnica de las condiciones de Magín Díaz, y estamos convencidos de que realizará una labor satisfactoria. Le corresponde integrarse al proceso de fusión de los ministerios de Hacienda y Economía y Planificación, dirigir a ambos equipos, y apoyar al presidente y su gabinete en el manejo financiero del Estado en condiciones de convulsión económica a nivel internacional. No es tarea fácil. Además, Magín es una persona con cualidades de ecuanimidad, paciencia y tolerancia para enfrentar desafíos mayores. Son condiciones muy necesarias para cualquier funcionario público en esta época. Deseamos éxitos a Magín Díaz y al gobierno en este nuevo desafío.