Desde las 3:00 de la tarde eran visibles los equipos de seguridad del presidente Luis Abinader, que compartían y se movían cerca de los miembros de la seguridad de los expresidentes Leonel Fernández, Hipolíto Mejía y Danilo Medina, en todo el entorno de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña, en el lado sur de la Plaza de la Cultura Juan Pablo Duarte.

La dirección del recinto había establecido un escaparate especial frente a la puerta principal de la Biblioteca Nacional, con techo para proteger de las lluvias a los periodistas y fotógrafos. El presidente y los expresidentes llegaron temprano y a las 3:50 minutos de la tarde fueron convocados para acudir a la fotografía oficial, juntos a Rafael Toribio, el presidente del Consejo Económico y Social (CES), responsable de la convocatoria de este jueves. El protocolo indicaba que los expresidentes acompañarían al presidente Luis Abinader para que oficialmente se iniciara el diálogo.

Muy formalmente, y con trajes oscuros, camisas blancas, y corbatas azules de tono pronunciado estaban Luis Abinader, y Rafael Toribio. Leonel Fernández iba con camisa blanca y corbata gris, mientras que Danilo Medina llavaba camisa blanca y corbata morada. Hipólito Mejía iba sin corbata, con traje, con traje oscuro y camisa de rayas rosadas.

Dialogaban cordialmente y en varias ocasiones el presidente encabezaba el trayecto. Primero con Danilo Medina, mientras Leonel e Hipólito iban detrás. Posteriormente, en trayecto hacia el salón de actos, Abinader iba acompañado de Leonel Fernández, en diálogo pausado y atención dispuesta por el expresidente, y detrás iban a buen ritmo Danilo Medina e Hipólito Mejía. A las 3:50 fueron llamados para las fotografías oficiales, y a las 4:04 minutos fueron llamados para iniciar el acto oficial.

En el salón esperaban los representantes de los sectores empresarial, laboral y social, además de invitados de los partidos políticos, algunos minutos, jefes militares, el director nacional de Migración y directivos del CONEP y la Asociación de Industrias. Antes de la llegada del presidente y sus invitados, entraron, por la izquierda, la exvicepresidenta Margarita Cedeño y, por la derecha, el ministro de Trabajo, Eddy Olivares.

Estaban ya sentados los ministros Ito Bisonó y Limbert Cruz. José Ignacio Paliza se movía con agilidad, coordinando las partes del proceso, como presidente del PRM. Muy cerca estaba el scretario general del PLD, Johnny Pujols, Celso Juan Marranzini, César Dargam, el presidente del Senado, Ricardo de los Santos, el Defensor del Pueblo, Pablo Ulloa, el presidente del Tribunal Superior Electoral, Ygnacio Camacho Hidalgo, eran visibles los representantes de iglesias evangélicas y de la católica. Llegaron más tarde Roberto Alvarez y Ruben Silié, ministro y viceministro de Relaciones Exteriores, respectivamente. Se hizo notar Wilfredo Lozano, director del Instituto Nacional para las Migraciones.

El público fue invitado a ponerse de pie para recibir al presidente Luis Abinadr y a los expresidentes Leonel Fernández, Hipólito Mejía y Danilo Medina. Entre aplausos se colocaron en sus respectivos asientos, en el salón Juan Bosch de la Biblioteca Nacional, con una silla adicional, al lado del presidente Luis Abinader, para Rafael Toribio, presidente del CES.

Había una representación notable de los partidos políticos más representativos. También había de los partidos pequeños, aliados, semialiados y pretendidos independientes que se hicieron representar por sus cabezas. A las 4:06 minutos se sentaron en sus respectivos lugares y sonaron las notas del himno nacional para dar oficialmente apertura al acto, que contó con dos discursos. El primero, de Rafael Toribio, presidente del CES, y el segundo de Luis Abinader, presidente de la República.

Toribio informó las seis áreas en las que está dividido el diálogo, a partir de ese momento, y explicó que este encuentro marca un nuevo estilo de gobernanza en la República Dominicana, que podría tener más encuentros de esta naturaleza entre los expresidentes de la República y sus respectivos partidos políticos. Es un espacio para el diálogo, es un ejemplo de madurez democrática y dijo, para concluir, que solo se llega más rápido, pero juntos se puede llegar mucho más lejos.

Todo fue muy rápido. Luego de los aplausos, a las 4:15 minutos de la tarde, Luis Abinader tomó la palabra para un discurso formal de apertura, igualmente breve, pero directo, moderado, sin rimbombancias. Luego de los saludos y de agradecer la presencia de los expresidentes, dijo que la convocatoria es un deber que no admite dilación, porque la situación de Haití es cada vez más peligrosa, no solo para los haitianos, sino para los dominicanos y para toda la región del Caribe. Dijo que ahora estamos en el momento de mayor dificultad y que este momento es un punto inflexible de nuestra historia, porque la crisis en Haití es un gran desafío para los dominicanos y el país debe dar una respuesta unificada a los desafíos que esa crisis presenta. Explicó que la respuesta tiene que se colectiva y no unilateral, dialogada y consensuada y no individual.

El presidente dijo: "nos encontramos en un instante decisivo de nuestra historia, un punto de inflexión que nos desafía a estar a la altura de los ideales que han inspirado cada uno de los logros de nuestra nación. Hoy, más que nunca, debemos hacer un alto en el camino para mirar con profundidad y serenidad el presente que enfrentamos y, sobre todo, el futuro que estamos llamados a construir".

Y explicó que "muchos sectores productivos de nuestro país emplean mano de obra haitiana, situación que ha generado tanto beneficios como desafíos. Este foro tiene la responsabilidad de analizar cómo garantizar que las relaciones laborales se rijan por el respeto a la ley, la dignidad del trabajo y los derechos de todas las personas. Combatir la informalidad y asegurar condiciones laborales justas es parte de la construcción de una República Dominicana más fuerte, más equitativa y humana".

Sostuvo que los acuerdos tienen que ser sembrados en las sesiones del CES sobre la base del consenso nacional. Y que la cuestión migratoria era solamente uno de los temas desafiantes. No entró en particularidades, pero dijo que el trato a los migrantes debe ser humano, respetuoso, pero firme en el control migratorio. Habló sobre el comercio bilateral, sobre la frontera y su control riguroso, sobre la criminalidad, las drogas, el tráfico humano, y tantos otros elementos que deben ser parte del diálogo. Su discurso fue de apenas 10 minutos. Al concluir ese discurso, se anunció la conclusión del acto. A las 4:26 minutos el presidente y los expresidentes salieron del Salón Juan Bosch de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña.

Y algunos de los políticos que estaban allí convocados se tuvieron que guardar los discursos que llevaban elaborados, para lucirse. Este fue solo el acto formal de inicio. Tendrán que esperar las nuevas convocatorias. A partir de ese momento cada quien salió, formalmente, en dirección a su puerto de origen. Leonel, Danilo e Hipólito escucharon sosegadamente y aplaudieron los discursos de Rafael Toribio y de Luis Abinader.

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