Durante los primeros tres meses del año, el tema del tipo de cambio dominicano se convirtió en el epicentro del debate económico y político. Las tensiones en los mercados internacionales, la incertidumbre global por las tasas de interés en economías desarrolladas, una mayor demanda estacional de dólares por parte de los importadores combinada con una desaceleración temporal en las exportaciones provocó una rápida depreciación del peso frente al dólar, lo que alimentó la preocupación de distintos sectores.

En medio de ese ambiente cargado de dudas, surgió un escepticismo generalizado respecto a las acciones que estaba tomando el Banco Central de la República Dominicana (BCRD). Algunas voces llegaron incluso a insinuar que las medidas anunciadas eran insuficientes, o que respondían más a intereses políticos que a fundamentos técnicos. Se intentó minar la confianza tanto en las autoridades monetarias como en el propio gobierno, en un contexto donde ya existía incertidumbre externa. Sin embargo, los resultados más recientes han demostrado que las decisiones adoptadas estaban respaldadas por análisis sólidos y una visión integral de la economía.

Estas dos últimas semanas, la economía dominicana ha sido testigo de una notable apreciación del peso frente al dólar estadounidense. Este fenómeno ha sido impulsado por una serie de medidas prudenciales y monetarias adoptadas por el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) y la Junta Monetaria, destinadas a fortalecer la estabilidad cambiaria y mitigar riesgos asociados.

Según datos del portal InfoDolar.com.do, el tipo de cambio ha experimentado una disminución significativa en el último período. En las casas de cambio, la tasa de venta del dólar pasó de RD$63.70 a RD$62.70, mientras que en los bancos múltiples descendió de RD$63.60 a RD$63.00. Se proyecta que esta tendencia continúe, estabilizándose entre RD$62.50 y RD$63.00 en los próximos seis meses, siempre y cuando se mantenga el curso actual de disciplina monetaria y se consolide la recuperación de las principales fuentes de divisas del país.

A esta estabilización se suma el comportamiento reciente del mercado profesional de divisas, donde también se ha evidenciado una apreciación sustancial del peso dominicano. Según datos recabados entre el 3 de marzo y el día de hoy, el tipo de cambio alcanzó su punto máximo el pasado 27 de marzo, cuando la tasa mayorista de compra se situó en RD$63.46 por dólar y la de venta en RD$63.53. Desde entonces, en apenas diez días, el peso ha mostrado una recuperación de aproximadamente un 2.5%, reduciendo la tasa de compra mayorista a RD$61.90 y la de venta a RD$62.05. Incluso se han registrado operaciones de venta al nivel de RD$61.88, lo que confirma la tendencia a la baja y la efectividad de las medidas implementadas por el Banco Central para contener las presiones especulativas y devolver confianza al mercado cambiario

Este comportamiento no es casual, sino el resultado de una combinación de factores estructurales y medidas estratégicas diseñadas para fortalecer la confianza en el sistema financiero y en el peso dominicano.

La Junta Monetaria, en coordinación con el Banco Central, también han emitido resoluciones clave que refuerzan las normas prudenciales en el sistema bancario nacional. Estas medidas buscan reducir el riesgo cambiario, proteger la estabilidad financiera y asegurar que las instituciones actúen con la debida responsabilidad en el manejo de divisas.

Entre las decisiones más relevantes se destacan:

  • Posición neta en moneda extranjera: Se establecieron límites más estrictos a la posición cambiaria de las entidades bancarias, obligándolas a mantener un balance más equilibrado entre sus activos y pasivos en moneda extranjera. Esto reduce la posibilidad de que movimientos abruptos en el tipo de cambio afecten su estabilidad financiera.
  • Préstamos a no generadores de divisas: Se incrementaron las provisiones que deben realizar los bancos cuando otorgan créditos a personas o empresas que no generan ingresos en dólares. Esta medida busca proteger el sistema frente al riesgo de impago en caso de una depreciación repentina del peso.
  • Fortalecimiento de la solvencia bancaria: Se ha exigido un mayor nivel de capital a las entidades, reforzando su capacidad para enfrentar eventuales pérdidas cambiarias y asegurar la confianza del público en el sistema financiero.

Como se ha resaltado en anteriores artículos, los fundamentos económicos del país siguen siendo sólidos: un turismo en plena expansión, niveles adecuados de reservas internacionales, un sistema financiero bien capitalizado y una política fiscal relativamente estable.

Las recientes fluctuaciones del tipo de cambio no respondían a desequilibrios estructurales, sino a movimientos especulativos y ajustes temporales en los flujos de divisas. Las medidas del Banco Central lograron contener esas presiones, sin necesidad de sacrificar las metas de crecimiento ni incurrir en políticas monetarias restrictivas en relación a la tasa de política, que pudieran frenar la economía.

Cabe destacar que el accionar del Banco Central ha sido eminentemente técnico y preventivo. En lugar de esperar a que la presión cambiaria se volviera insostenible, se actuó con decisión, demostrando una vez más la madurez institucional alcanzada por la política monetaria dominicana en los últimos años.

El éxito de estas medidas también es resultado de una comunicación clara y transparente con los agentes económicos. Las autoridades han mantenido informada a la población, han publicado sus decisiones y fundamentos en tiempo real, y han propiciado un ambiente de diálogo constructivo con los sectores productivos.

Todo apunta a que la tendencia actual continuará durante el resto del año. Si no hay disrupciones externas inesperadas y se mantiene el ritmo de crecimiento del turismo, las remesas y la inversión extranjera directa, el tipo de cambio podría mantenerse dentro de una banda de estabilidad entre los RD$62.50 y RD$63.00 por dólar.

Esto permitirá a los sectores productivos planificar con mayor certidumbre, reducirá la presión sobre los precios de los bienes importados y consolidará la percepción de que el peso dominicano es una moneda fuerte, respaldada por una economía que ha demostrado su capacidad de resiliencia.

Los hechos han hablado por sí solos. La estrategia del Banco Central ha surtido efecto. A pesar del escepticismo inicial, las medidas adoptadas han logrado estabilizar el tipo de cambio.. En lugar de ceder a las presiones, se actuó con firmeza, prudencia y visión de largo de corto y mediano plazo.

Ahora, corresponde al resto de los actores sectores productivos, consumidores, formadores de opinión, asumir una postura igualmente responsable, comprendiendo que la estabilidad cambiaria es un bien colectivo, y que protegerla requiere del compromiso de todos.

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La columna “La Banca Dominicana por Dentro”, es desarrollada por Jesús Geraldo Martínez, en el interés de aportar al fortalecimiento del Sistema Financiero Dominicano desde una perspectiva analítica y práctica orientada a la formación de conocimientos y divulgación de informaciones exclusivas de dicho sector. Para contactar con el autor. Email jgmartinez20@icloud.com, o seguir a @Jesusgeraldomartinez en Instagram.

Jesús Geraldo Martínez

Economista

Dominicano, consultor, con amplia experiencia profesional en regulación y supervisión del sector financiero, destacado por sus conocimientos en gerencia, finanzas bancarias, gestión de riesgos, administración y optimización de portafolios, investigación económica, planificación estratégica, análisis de riesgos financieros y sectoriales, análisis y estructuración de bases de datos, econometría, estadística, diseño y aplicación de modelos de pruebas de estrés.

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