Cada día es más habitual adquirir productos en plataformas extranjeras, contratar servicios digitales o simplemente realizar pagos durante viajes internacionales, se impone una pregunta clave para el consumidor moderno: ¿conviene más usar una tarjeta en moneda nacional o una tarjeta en dólares?

La respuesta no es única ni absoluta. Todo dependerá del perfil del usuario, de la frecuencia de las transacciones internacionales, del comportamiento del tipo de cambio. A continuación, exploramos ambas alternativas y sus implicaciones financieras.

Usar una tarjeta en moneda nacional para compras en dólares ofrece algunas ventajas claras para el consumidor promedio. La principal es la comodidad: prácticamente todos los usuarios cuentan con una tarjeta emitida en su moneda en pesos, lo que les permite realizar pagos internacionales sin necesidad de abrir cuentas en dólares o adquirir divisas con antelación. Además, el proceso es automático: el banco se encarga de realizar la conversión al tipo de cambio vigente, sin que el cliente tenga que intervenir en el cálculo.

No obstante, esta facilidad tiene un costo financiero importante. El principal inconveniente radica en el tipo de cambio desfavorable que aplican la mayoría de los bancos,  lo que incrementa el costo final de cada compra.

El banco convierte el monto en dólares al equivalente en moneda local, aplicando su tasa de cambio del día a la cual por lo general le agregan un 5% adicional, es decir que si el tipo de cambio está a RD$60 x 1 dólar, cuando la entidad bancaria hace la conversión sería RD$63 x 1 dólar.

Por otro lado, para quienes tienen a tarjetas en dólares, esta modalidad ofrece ventajas claras, aunque también exige cierta preparación.

Ventajas

-Control sobre el tipo de cambio: El usuario tiene la posibilidad de comprar dólares con anticipación cuando el mercado presenta una cotización favorable. De este modo, evita la incertidumbre y se protege frente a futuras devaluaciones.

-Evita cargos ocultos: Al no haber necesidad de conversión, no se aplican comisiones por cambio de moneda.

-Transparencia total: El monto facturado será exactamente igual al que aparece en la tienda o plataforma, sin sorpresas en el estado de cuenta.

Desventajas

-Necesidad de liquidez en dólares: Es indispensable contar con una cuenta en moneda extranjera y disponer de los fondos dolares necesarios antes o despúes de la compra lo cual agrega un riesgo cambiario importante a la hora del pago.

¿Qué opción es más conveniente?

La conveniencia depende del perfil y los hábitos del usuario. Para quienes realizan compras frecuentes en dólares, como suscripciones a servicios digitales, reservas en línea, viajes o negocios internacionales, lo más recomendable es utilizar una tarjeta en dólares. Esta permite planificar y evitar fluctuaciones desfavorables del tipo de cambio, además de representar un ahorro tangible en comisiones y sobrecostos.

En cambio, para usuarios ocasionales, que realizan compras esporádicas o de bajo monto, la tarjeta en moneda nacional puede ser una alternativa aceptable. No obstante, es fundamental estar consciente de los cargos adicionales, revisar el tipo de cambio aplicado por el banco, y considerar si el costo adicional justifica la comodidad.

El auge del comercio electrónico, el crecimiento del turismo y la dolarización parcial de muchas economías latinoamericanas hacen que esta decisión sea cada vez más relevante. Saber cómo pagar en moneda extranjera no es solo una cuestión operativa, sino una decisión financiera inteligente que puede impactar directamente en tu bolsillo.

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Tu Consultorio Financiero es una columna desarrollada por Jesús Geraldo Martínez sobre finanzas personales, para orientar a las personas con conocimientos básicos en finanzas y economía a mejorar su entendimiento. Para consultar con el autor puede escribir al correo abogadojesus@icloud.com, o en Instagram @Jesusgeraldomartinez

Jesús Geraldo Martínez

Economista

Dominicano, consultor, con amplia experiencia profesional en regulación y supervisión del sector financiero, destacado por sus conocimientos en gerencia, finanzas bancarias, gestión de riesgos, administración y optimización de portafolios, investigación económica, planificación estratégica, análisis de riesgos financieros y sectoriales, análisis y estructuración de bases de datos, econometría, estadística, diseño y aplicación de modelos de pruebas de estrés.

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