El larimar, la piedra nacional de República Dominicana, es un símbolo de identidad cultural, riqueza natural y potencial turístico. Su rareza y belleza no solo radican en su composición volcánica, sino en su exclusividad: solo se encuentra en este país, específicamente en la provincia de Barahona.
Su impacto se traduce a una exportación de 55,296.7 libras de la pectolita que significó ingresos de US$ 823,481, desde el 2022 hasta marzo del 2025, según la Dirección General de Aduanas (DGA). De esta cantidad, US$ 133,832 fueron en el primer trimestre del 2025 por la venta de 9,141 libras.
Nestor Matos, director ejecutivo del Instituto Dominicano de la Calidad (Indocal), reveló a ACENTO que República Dominicana trabaja en la creación de una norma de calidad que busca proteger y garantizar la autenticidad de joyería, accesorios y artículos elaborados con larimar, una piedra descubierta por Miguel Fuertes de Loren en 1916.
Esta iniciativa, según el ejecutivo del Indocal, forma parte de un esfuerzo conjunto entre el Gobierno, el Ministerio de Energía y Minas, y los 700 mineros activos, con el objetivo de preservar la identidad del larimar y asegurar su valor en los mercados internacionales.
Debido a esta singularidad geológica, en 2018 la Oficina Nacional de Propiedad Intelectual (Onapi) otorgó el sello de Denominación de origen para evitar la falsificación de productos de larimar.
La nueva norma de calidad, impulsada por el Instituto Dominicano para la Calidad (Indocal), también buscará combatir la falsificación de esta piedra, un problema frecuente en mercados turísticos y de exportación.
Si bien ya existe la Norma Dominicana (Nordom) 745 sobre el ámbar y larimar que establece sus requisitos de calidad en la fabricación de artesanías o productos con la piedra nacional, el director del Indocal explicó “que sienta un precedente técnico para este proyecto”, y forma parte de un plan más amplio de República Dominicana para proteger productos nacionales “emblemáticos mediante indicaciones geográficas y denominaciones de origen, como el ron, tabaco, cacao y café.
Además, es el sello de calidad para los talleres que trabajan la joyería de ámbar y de larimar.
“El propósito es no sólo resguardar su autenticidad, sino también posicionar al país como un referente internacional de calidad y origen certificado con normas de calidad”, expresó.
Además, agregó que permite a la pectolita ser parte de los productos minerales protegidos como la piedra cruz de Laraquete en Chile y el ámbar de Chiapas, México.
Según declaraciones ofrecidas a ACENTO, el ministro de Energía y Minas, Joel Santos, sostuvo que este avance normativo se está coordinando con el Instituto Dominicano para la Calidad (Indocal), con miras a fortalecer la minería local y posicionar aún más el larimar en los mercados internacionales.
“Vemos esta iniciativa de manera muy positiva. Es una oportunidad para formalizar el trabajo de los mineros, mejorar sus condiciones laborales y fortalecer la cadena de valor del larimar, desde la extracción hasta la joyería”, expresó Santos.
El funcionario destacó que la implementación de una norma permitiría establecer criterios claros de calidad, trazabilidad y autenticidad, elementos esenciales para proteger el prestigio del larimar dominicano y combatir la comercialización de imitaciones.
Señaló los principales retos que enfrenta la industria: la necesidad de mayor capacitación técnica, mejoras en las condiciones de seguridad de los mineros y una estrategia más efectiva de promoción y comercialización de los productos elaborados con larimar.
Actualmente, la mina se encuentra cerrada al público por motivos de intervención y adecuación, pero no se descarta su futura apertura para el ecoturismo y el turismo comunitario.
“Una vez se avance en el proceso de mejora, debería tomarse en cuenta su apertura al turismo, lo cual dinamizaría aún más la economía local”, afirmó el titular de Energía y Minas.
El larimar no solo representa belleza y valor económico, sino también identidad nacional y potencial de desarrollo para las comunidades del sur del país.
Rafael Nazario, director ejecutivo del Cluster Turístico-Productivo de Barahona propuso un modelo de desarrollo que ponga al minero en el centro: “Si yo le pago un peso al minero y luego vendo esta joya en 500, no estamos haciendo nada. El desarrollo tiene que ser de toda la cadena. Hay que formar a la gente, instalar fábricas, traer diseñadores, montar residencias creativas en hoteles de Barahona”.
Recordó algunas experiencias exitosas: cucharas de madera de guayacán con mangos de larimar y relojes de madera con incrustaciones azules que identifican el origen.
“Una vez llevé esas cucharitas a una feria en Europa y se vendieron en segundos. Un comprador me ofreció 100 euros por cada una. ¿Te imaginas lo que eso representa para quien las hizo?”.
Mencionó también el apoyo de programas como Supérate, que han llevado a las diseñadoras a trabajar con artesanas locales.
El larimar, caracterizado por sus vetas azules, es exclusivo del suelo dominicano, a diferencia de otras piedras como el ámbar, la perla y el oro. Además de su valor estético, el larimar representa una importante fuente de ingresos para comunidades de Barahona, donde se extrae y se trabaja artesanalmente, señaló Néstor Matos.
En un paso importante hacia la formalización y mejora de la minería del larimar, autoridades y actores del sector han iniciado conversaciones para establecer una norma técnica que garantice la calidad y autenticidad de esta piedra semipreciosa, considerada un símbolo nacional.
Noticias relacionadas
Compartir esta nota