La trata y tráfico de personas es un delito que consiste en captar a una persona mediante algún tipo de engaño o coacción con el objetivo de explotarlo; y la explotación es el verbo que más resuena en este delito, porque a un ser humano se le puede explotar de diversas maneras: sexual, comercial y laboral.

El caso es peor cuando los organismos internacionales indican que una tercera parte de las víctimas a nivel mundial son niños, es decir, uno de cada tres víctimas, que ven su futuro lacerado y trucando por tratantes que buscan lucrarse.

“Un desafío es poder identificar a una víctima porque sucede en la clandestinidad y en espacios en donde tal vez no sea tan visible durante la cotidianidad, pero también sucede en frente de nuestros ojos”, comentó Mario Cordero, oficial de programas de trata de personas y tráfico ilícito de migrantes de la Oficina Regional para Centroamérica y el Caribe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).

“Siempre se habla de que la niñez es el futuro y coincido, pero, también, es el presente y es en el presente el que está siendo explotado y es el presente el que le está haciendo arrebatada la oportunidad, sus expectativas y anhelos”, aseguró Cordero.

Un reportaje de este medio de comunicación indicó que 44 menores de edad fueron rescatados por trata sexual, trabajo forzado, mendicidad y adopción irregular. Las víctimas representaron el 57.8 % de las 76 personas identificadas por el Ministerio de Asuntos Exteriores (Mirex).

En Quisqueya, el 33 % de la población tiene menos 19 años, o lo que es lo mismo 3,555,414 de los 10,773,983 dominicanos al cierre del 2022, por lo que supone un reto la disminución de este flagelo.

“Hay muchos mitos y estereotipos alrededor del delito, en primer lugar, que solo existe con fines de explotación sexual, pero está prácticamente en todas las modalidades como el matrimonio forzado, reclutamiento de menores para cometer actividades ilícitas como la medicina y el trabajo forzado, incluso el tráfico de órganos”, aseguró el representante de la ONUCD.

Citó retos como violencia intrafamiliar, condiciones de vulnerabilidad, poco acceso a educación y desigualdad, ejes que deben abordarse para evitar que los tratantes violen los derechos de los menores de edad.

El país, durante los últimos 12 meses ha firmado acuerdos a favor de la capacitación, con un intento para disminuir el turismo sexual, sin embargo, la ministra de la MujerMayra Jiménez, indicó que los menores de edad en condiciones de vulnerabilidad están en situación de mayor riesgo, desprotección y tienen un profundo desconocimiento sobre la dimensión de este crimen en sus vidas.

“Necesitamos mayor compromiso del Estado dominicano, que ha estado muy enfocado en enfrentar este flagelo y que aspira a su erradicación, la trata no solo socava la integridad física y psicológica de las víctimas, sino que tiene profundas implicaciones sociales, económicas y culturales, porque perpetúan el círculo de la pobreza, imposibilita la cohesión social y erosiona la confianza en la sociedad”, expresó Jiménez.

Explicó que la mala práctica es un crimen contra el Estado, ya que implica costos significativos para los países porque representa pérdidas de capital humano y productividad.

Dijo que si bien el país ha avanzado en la lucha, reconoció “que aún persisten desafíos para hacer frente a la explotación sexual y el trabajo forzoso, los cuales siguen siendo las principales formas de sometimiento a la que se ve expuesta las víctimas”.

Citó que, desde el 2022, las casas de acogida han brindado protección a 1,203 víctimas de trata y tráfico de personas, y entre enero-julio del 2024, se contabilizan 72 víctimas.

Sin embargo, resaltó la urgencia de continuar las acciones de prevención y protección de los derechos a las víctimas, “la trata de personas afecta a millones en todo el mundo especialmente a mujeres, niñas, adolescentes y jóvenes”.

“Hemos trabajado en la propuesta de modificación de la ley sobre trata y tráfico de personas, la reforma de esta ley es fundamental y es absolutamente necesaria para avanzar en respuesta desde el Estado dominicano a este flagelo como un crimen de guerra y de género. Tenemos la esperanza de que, en una próxima legislatura, el Congreso Nacional le dé una norma actualizada que vaya en correspondencia con este crimen”, comentó.

Mientras, el ministro de Asuntos Exteriores, Roberto Álvarez, señaló que desde los ejes estratégicos de prevención, persecución y protección, se busca enfrentar la trata desde múltiples frentes, implementando políticas y acciones concretas para proteger a las víctimas, sancionar a los culpables y prevenir nuevos casos.

“Debemos seguir emprendiendo esfuerzos de modernización legislativa en materia de trata y tráfico de personas, a la vez que es imperativo abordar las causas fundamentales de la trata de personas, como son la pobreza, la falta de acceso a la educación y la atención médica, la discriminación, la violencia y todos los factores que hacen a las personas más vulnerables a la explotación”, continuó Álvarez.

Las voces silenciadas que buscan salir de la trata de persona requieren de mayor esfuerzo de parte de las autoridades para combatir este flagelo, que solo en 2023 fueron rescatados 34 niñas y dos niños, más del 52.9 % de las 68 víctimas reportadas como tráfico sexual.

El canciller aseguró que en el contexto dominicano, “es imperativo invertir este enfoque para detener de manera definitiva la puerta giratoria de la migración irregular”.