Esta es la cuarta parte del reportaje: “Destino del dolor: explotación sexual infantil en el paraíso del todo incluido”.

Margarita era una adolescente de 15 años a la que un extranjero suministraba los recursos para el sustento económico a su familia, en Cabarete, Puerto Plata. Hoy tiene 17 años. Una dominicana menor de edad, de color piel morena, de cabello negro como una ciguapa y ojos chispeantes.

Un dominicano le regalaba celulares mientras ella vivía en situación de pobreza, en La Novia del Atlántico. Ella asistía a terapia psicológica para “sobrellevar los encuentros sexuales con turistas desconocidos”, sin embargo, nunca denunció ni comentó lo que le sucedía. Cuando fue a casa del hombre, le sacó una fotografía del pasaporte y llamó a su médico para que la asociación sin fines de lucro, Caminante, acudiera por ella. 

La fémina es parte de las estadísticas globales, que señalan que por cada 10 víctimas detectadas, cinco son mujeres adultas y dos niñas, en 2018.

El hombre no tuvo ningún proceso judicial, recordó en conversación con ACENTO, debido a que no quiso someterse a trámites burocráticos. “Solo quería mejorar mi situación socioeconómica”, donde él le pagaba hasta RD$ 2,500 durante un fin de semana, “todo era un secreto que lastimaba mi interior”.

La Organización de las Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen establece el porcentaje de víctimas de trata para explotación sexual en 38.7 %, solo un 0.1 % menor que el trabajo forzoso. Además, se calcula que el 60 % de las víctimas en el mundo son niñas y mujeres, según el reporte Trafficking in Persons 2022.

Estas estadísticas solo muestran un panorama que se viven en las calles y barrios populosos, y zonas turísticas a nivel mundial.

Denisse Pichardo, la directora ejecutiva de Caminante, una organización sin fines de lucro, aseveró que la sociedad dominicana debe “poner el foco y las luces en distintas situaciones que pasan a nuestros adolescentes, no solo en embarazo a temprana edad, sino en temas de explotación sexual que muchas veces se practica a la luz y vista de todos”.

Pero, Pichardo comentó que el rol de las asociaciones sin fines de lucro buscan proteger, apoyar y sacar adelante a niñas y adolescentes víctimas de trata sexual y explotación sexual comercial. “A veces uno se cansa de denunciar y ve que los casos se quedan engavetados en el sistema judicial”, comentó.

Pese a esta situación, la Procuraduría General de la República contabilizó 2,398 casos de delitos sexuales entre el período enero y abril del 2024. De este monto, 445  fue por concepto de violación sexual, 682 agresiones sexuales y 260 acosos sexuales, para el 57.8 % del total.

Los ejecutivos del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Carlos Carrera y Fabiana Gorenstein, aseguraron que existe una cierta tolerancia o normalización a la violencia contra la niñez y la adolescencia

“Superar este cuadro requiere esfuerzos importantes de todos los sectores para la sensibilización de padres, madres, tutores, profesionales de la educación, de la salud y del sector social para ir eliminando progresivamente las formas de violencia hacia la niñez y la adolescencia de nuestra cultura”, explicaron.  

Para lograrlo se requieren de esfuerzos en la creación de actividades recreativas, cursos de manualidades y entornos seguros para “que las chicas menores de edad puedan salir adelante a través del conocimiento y capacitaciones de manera gratuita”, resaltó la ejecutiva de Caminante.

Secuelas, las heridas internas que nunca sanan

Fátima Peña viajaba a otras provincias de República Dominicana a buscar el sustento financiero de cada día y proveer los servicios y bienes básicos a su hija recién nacida. Su madre lavaba y planchaba los siete días de la semana, y su padre se había casado con otra fémina, divorciándose de sus hijos.

“Me casé luego de vivir con mi abuela y quedé embarazada, luego descubrí que él me engañaba y volví a casa de mi abuela”. Es cuando una amiga le dice “Si tu no consigues tus chelitos diarios vas a pasar trabajo, y nos fuimos para Baní, a un cabaré. Esa noche fue trágica porque nunca había estado en un ambiente así. Les tenía temor a los borrachos… Con 16 años y tenía que beber para perder la vergüenza”.

Recordó sus mudanzas desde Santo Domingo a La Vega, La Romana y San Pedro de Macorís. Es en esta última provincia donde conoce a una compañera que le dice: “Se nos arregló el día, nos vamos a Curazao, nos vamos a ejercer el trabajo sexual”. 

Era una proxeneta que les sacaría el pasaporte, les daría el dinero para presentar en migración y comprar el vuelo hacia Campo Alegre, Curazao.

Una vez en la isla neerlandesa del Caribe, le quitaron el pasaporte y el dinero. “Día, noche y madrugada teníamos que trabajar de manera sexual. Comencé a consumir sustancias ilícitas para aguantar las jornadas que iniciaban a las seis de la tarde”.

Durante los tres años que duraba el contrato, sólo pudo llamar una sola vez a su progenitora. “Yo creo que vengo con una rumba de dinero porque con todo lo que yo trabajé ahí, yo sabía que debía tener una buena cantidad… pero me sacan una lista de deudas y solo regresé con US$ 82 en manos”.

La directora del Movimiento de Mujeres Unidas (Modemu), que aboga por las féminas heridas de esta práctica ilegal que lacera las vidas de los niños, niñas y adolescentes, es clara: la herida nunca se cura, se aprende a manejar.

“Tuve que volver a revivir todo lo que pasé mientras iba al acompañamiento con una psicóloga, para ir asimilando y sanando”.

Carlos Cano, psicólogo forense y penitenciario, aseguró que existen una serie de impactos que la víctima puede desarrollar a nivel psicológico, como el trastorno de estrés postraumático (TEPT), es decir, experimentan flashbacks, pesadillas y ansiedad extrema. 

Por otro lado, también se puede generar una depresión que conlleva paulatinamente a la pérdida de interés en actividades, sentimientos de desesperanza y tristeza profunda. 

En casos más extremos, la víctima puede llegar incluso a trastornos disociativos como mecanismo de defensa para escapar de ese dolor emocional, que termina fragmentando su identidad y su realidad. “Asimismo, se puede dar el caso de, paulatinamente, disminuir la autoestima y generar culpa, llegando a creer erróneamente que son responsables de su situación”, acotó.

Una mala práctica que no conoce fronteras

Existe una realidad, América Latina y el Caribe vive de la industria turística. De hecho, para 2024 se estiman que Brasil (US$ 16,810 millones), México (US$14,800 millones), Argentina (US$ 7,100 millones) y Colombia (US$ 3,800 millones) sean los principales países con mayores ingresos procedentes del turismo.

El Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC) reveló que el sector en América Latina podría representar US$ 260,000 millones a la economía de la región y crear ocho millones de nuevos empleos en la próxima década.

No obstante, se enfrentan en la explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes (ESCNNA), acto en el cual una persona, empresa o instituciones utiliza a un niño, niña o adolescente en actividades sexuales a cambio de dinero, favores en especie o cualquier otra remuneración lo cual constituye explotación sexual en la forma de prostitución de niños, niñas y adolescentes. 

En la región de las Américas, el 80 % de los casos identificados son de mujeres y niñas, y más del 70 % de estos casos tienen como finalidad la explotación sexual. 

Según Naciones Unidas, 2.5 millones el número de personas víctimas de la trata. Sin embargo, se calcula que por cada víctima identificada existen 20 más sin identificar. El último informe de la Agencia de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (UNODC) afirma que las mujeres y niñas siguen estando especialmente afectadas por la trata de seres humanos. 

Pero, la Organización Internacional de Trabajo (OIT) establece que 25,000 niños dominicanos están implicados en el sector del sexo, siendo la menor cifra que en países como China (200,000), India (400,000), Sri Lanka (30,000), Tailandia (250,000) y Venezuela (40,000).

El conteo del Counter Trafficking Data Collaborative (CTDC) muestra que, en la región del mundo, una de cada tres víctimas de trata es menor de edad, y que en Centroamérica y el Caribe es donde se presenta el mayor número de casos. 

Diferencias

La prostitución en República Dominicana no es prohibida por mandato legal, o sea, se puede ejercer. Sin embargo, el Artículo 334 establece penas para las personas que faciliten la corrupción de menores de 18 años.

Además, castiga el proxenetismo y considera proxeneta aquel que de cualquier manera ayude, asista o encubra personas con miras a la prostitución o al reclutamiento de personas con miras a la explotación sexual.

Arabelis Mejía, catedrática, aclaró que los términos “trabajador sexual” y “profesional del sexo” se han hecho populares entre las organizaciones que desarrollan proyectos dirigidos a estas personas y enfatizan la naturaleza laboral de proporcionar servicios sexuales. 

Sin embargo, estos términos no están universalmente aceptados ya que muchas personas, incluyendo los propios “trabajadores sexuales”, no reconocen su participación en el comercio sexual como un trabajo ni lo consideran una actividad económica legítima.

Una de las conquistas es el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, cuyo propósito es denunciar la explotación infantil en todo el mundo, concienciar a las personas, a las organizaciones sociales, y a los gobiernos para que adopten la meta 8.7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que busca “asegurar la prohibición y eliminación de las peores formas de trabajo infantil en todas sus formas”.

Para la catedrática Abigail Mejía, en República Dominicana aún persisten niños limpiavidrios y pedigüeños, los niños buzos en los vertederos, prostitución de niñas de 12 años o del turismo sexual, “fenómenos que nunca son combatidos con la debida responsabilidad del Estado dominicano y la firmeza que ameritan por su gravedad, y que casi siempre se trata con indiferencia”.

Desde Unicef aclaran que el rol de detección y de atención a casos de violencia, abuso o explotación sexual le corresponde a las autoridades e instituciones que forman parte del sistema especializado de protección de niños, niñas y adolescentes (NNA) contra la violencia.

“Como Unicef  ofrecemos asistencia técnica a las autoridades para fortalecer capacidades, desarrollo de mecanismos de coordinación y mapeo de servicios para atención a casos de violencia hacia NNA”.

Son muchas las niñas y adolescentes que se entrelazan sus historias, sueños y anhelos con turistas no residentes que buscan vulnerar a los infantes a cambio de promesas y mejoría social y económica. Pero, la Real Academia Española (RAE) es más contundente de la palabra prostitución: actividad a la que se dedica la persona que mantiene relaciones sexuales con otras, a cambio de dinero.

Las voces silenciadas que buscan salir de la industria del turismo sexual y la trata de persona requieren de mayor esfuerzo de parte de las autoridades para combatir este flagelo, que solo en 2023  fueron rescatados 34 niñas y dos niños, más del 52.9 % de las 68 víctimas reportadas como tráfico sexual.

Este reportaje denominado “Destino del dolor: explotación sexual infantil en el paraíso del todo incluido” consta de cuatro partes. Fue realizado en colaboración con la periodista de Justicia, Mery Ann Escolástico.