Desde guineos hasta pitahayas, los vendedores de frutas se convierten en pilares de las comunidades, especialmente en los barrios populares.
Aunque su objetivo principal es generar ingresos, muchos de estos pequeños comerciantes también cumplen una función social: ofrecen frutas frescas a precios accesibles. Así, su labor trasciende lo comercial y se convierte en un apoyo alimenticio saludable para las familias.
Miguel Ángel Taveras emigró de Padre de las Casas al Gran Santo Domingo. Inició vendiendo llaveros y limpiando botas por los barrios populosos del Gran Santo Domingo para sustentar su vida, hasta que su hermano, también comerciante, le dijo que había una oportunidad para vender frutas.
Él tiene un puesto desde hace 25 años en la Ciudad Ganadera, donde se sienta a escuchar las necesidades alimenticias de los clientes y según la demanda, la temporada y el panorama económico sabe cuáles productos ofrecer.
Su jornada laboral inicia a las 5:00 de la mañana, se acerca a los agricultores y compra la mercancía por mayor y detalle, para luego vender los productos agropecuarios en la Ciudad Ganadera.
Las frutas sandía, granadillo, mango, cereza, lechosa y aguacate son las que más se venden en su puesto número 50 en el mercado.
“Oferto precios cómodos para que las personas se sientan motivadas, además atiendo a cada cliente que quiere comprar”, aseguró.
Resaltó que, para mayo, las piñas y los melones son los frutos que más demandan los clientes debido a “su frescura”.
En 2017, el Ministerio de Agricultura señaló que la región de América Central y Quisqueya cultivaba más de 765,000 hectáreas de frutas, generaban 400,000 puestos laborales y representaban casi un tercio de la producción agropecuaria.
En 2023 hubo un consumo estimado de 313,686,237 quintales de productos agropecuarios, de los cuales, 17 frutas aportaron 104,123,205 quintales, o sea, el 33.1 % del total, (excluyendo el guineo y el plátano).
Al desglosar las estadísticas, el consumo estimado de aguacate fue de 20,908,793, mientras que la producción fue de 22,417,139 quintales.
El consumo de lechosa ascendió a 34,963,600 quintales, el de piña se situó en 16,461,200 quintales y el de naranja dulce unos 2,491,698. Frutas como chinola (1,187,424), limón agrio (1,823,322), melón (945,973), guanabana (461,721) y cereza (203,554) también se destacaron en el consumo de los dominicanos en 2023, de acuerdo con el Viceministerio de Planificación Sectorial Agropecuaria.
"Era muy tímido”
Miguel Ángel contó que era “muy tímido” y “se sentía nervioso” cuando atendía al día entre tres y cuatro personas, pero que a través de los años aumentaron a un promedio de 30-40 clientes cada día. Ante esto, aseguró que se puede vivir económicamente de vender frutas, aunque señaló el costo de adquirir préstamos informales que conllevan el riesgo de tener altas tasas de interés.
El comerciante agrícola dijo que tomó un préstamo de RD$ 300,000 para invertir en el negocio, “ahora solo debo RD$ 50,000 pero no se metan a una tasa alta porque después estaremos mortificados”.
“Me encanta vender frutas, no se desesperen, el tiempo es de Dios es perfecto, la riqueza la verán porque Dios no se queda con lo de nadie que trabaja arduamente”, comentó.
Detalló que si compra un mango por RD$ 25 lo venderá a RD$ 35, teniendo un margen de ganancias de RD$ 10, “precios competitivos que garantizan la fidelidad y que regresen a comprarme”. Señaló que el melón tiene un precio de RD$ 100, la cereza se comercializa a RD$ 125 y el aguacate se vende por RD$ 75.
Miguel Ángel es padre de tres hijos: un militar, una enfermera y un cantante, a quienes inculcó el valor del trabajo desde pequeños con los puestos que realizaba el Instituto de Estabilización de Precios (Inespre) para comprar productos agrícolas y luego revenderlos y así “sacar adelante a su familia con Dios en el centro de nuestras acciones”.
Hoy tiene 55 años, “que lleva con orgullo en este oficio de ofrecer productos frescos a sus clientes”. “Estoy agradecido, fortalecido en el espíritu”, afirmó a ACENTO.
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