La reciente instalación de una nueva embajada de la Federación Rusa en la República Dominicana ha captado la atención no solo de los observadores diplomáticos, sino también del sector financiero nacional e internacional. En un contexto global marcado por sanciones severas impuestas a Rusia por parte de Estados Unidos, la Unión Europea y sus aliados occidentales, la apertura de una sede diplomática rusa en territorio dominicano representa un desafío significativo para el sistema bancario nacional, que podría verse obligado a caminar por una delgada línea entre la diplomacia y el cumplimiento normativo internacional.

Los bancos dominicanos, especialmente aquellos que mantienen vínculos operativos con el sistema financiero estadounidense o europeo, como el uso del dólar, acceso al sistema SWIFT y relaciones corresponsales, están obligados a cumplir con las sanciones internacionales vigentes. Esto implica la prohibición de facilitar transacciones financieras, la apertura de cuentas o cualquier servicio bancario a individuos, entidades o instituciones rusas que se encuentren listadas en las sanciones. La violación de estas restricciones podría acarrear sanciones secundarias, incluyendo la pérdida de acceso a mercados clave o el cierre de relaciones corresponsales, lo que representa un riesgo de gran envergadura para cualquier institución financiera local.

Uno de los puntos más sensibles en esta situación es el manejo de cualquier posible relación bancaria con la embajada rusa en Santo Domingo. Si bien las misiones diplomáticas suelen gozar de cierta inmunidad y acceso básico a servicios financieros por razones operativas, la historia reciente demuestra que incluso las cuentas diplomáticas pueden generar suspicacias cuando se utilizan de forma poco transparente. En Italia, por ejemplo, la embajada rusa en Roma fue investigada por realizar múltiples retiros en efectivo que totalizaron casi cuatro millones de euros, lo que levantó alarmas sobre potenciales intentos de eludir las restricciones financieras a través de operaciones en efectivo.

Además del riesgo financiero, está el factor geopolítico. Estados Unidos mantiene una influencia considerable sobre la región del Caribe, y la República Dominicana es vista como un socio estratégico. En este contexto, cualquier percepción de complacencia o colaboración con instituciones o individuos rusos sancionados podría provocar presiones diplomáticas, medidas regulatorias o, en casos extremos, sanciones contra instituciones dominicanas.

En 2023, el gobierno de EE. UU. impuso sanciones a Hungría por permitir la operación del Banco Internacional de Inversiones, vinculado al Kremlin, en su territorio. Esa decisión se basó en preocupaciones de seguridad nacional y operaciones de inteligencia rusas a través de canales financieros oficiales.

Frente a este panorama, algunos observadores consideran que Rusia podría intentar utilizar canales financieros alternativos para sostener su presencia operativa en la República Dominicana. Entre ellos se incluyen el uso de fintechs o criptomonedas, así como operaciones en monedas no occidentales como el yuan chino o el rublo ruso. Sin embargo, estos mecanismos también están siendo monitoreados de cerca por las autoridades internacionales, y en muchos casos, su uso puede detonar alertas regulatorias en las plataformas de cumplimiento financiero de los bancos.

Por otro lado, el Estado dominicano se encuentra en una posición clave. Si bien ha mantenido históricamente una política exterior de no confrontación también debe proteger su relación con sus principales socios comerciales y financieros, especialmente Estados Unidos. En este sentido, se espera que las autoridades dominicanas, incluyendo la Superintendencia de Bancos, la Unidad de Análisis Financiero (UAF) y el Ministerio de Relaciones Exteriores, desempeñen un rol proactivo en la supervisión de las operaciones financieras relacionadas con esta nueva embajada.

Los bancos dominicanos, por su parte, deberán tomar medidas inmediatas para proteger su integridad y reputación. Entre las acciones recomendadas están: reforzar los controles de cumplimiento, establecer protocolos de monitoreo en tiempo real para transacciones relacionadas con personas o entidades rusas, y revisar periódicamente las listas de sancionados internacionales emitidas por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de EE. UU. y otras agencias similares.

La instalación de una embajada rusa en la República Dominicana bajo el actual contexto de sanciones internacionales no es un simple hecho diplomático: es un desafío directo al sistema bancario local. Los bancos dominicanos deberán navegar con extrema cautela, fortaleciendo sus mecanismos de cumplimiento, manteniendo una estrecha colaboración con las autoridades regulatorias y alineándose con los estándares internacionales para evitar sanciones que podrían comprometer la estabilidad y reputación del sistema financiero nacional.

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La columna “La Banca Dominicana por Dentro”, es desarrollada por Jesús Geraldo Martínez, en el interés de aportar al fortalecimiento del Sistema Financiero Dominicano desde una perspectiva analítica y práctica orientada a la formación de conocimientos y divulgación de informaciones exclusivas de dicho sector. Para contactar con el autor. Email jgmartinez20@icloud.com, o seguir a @Jesusgeraldomartinez en Instagram

Jesús Geraldo Martínez

Economista

Dominicano, consultor, con amplia experiencia profesional en regulación y supervisión del sector financiero, destacado por sus conocimientos en gerencia, finanzas bancarias, gestión de riesgos, administración y optimización de portafolios, investigación económica, planificación estratégica, análisis de riesgos financieros y sectoriales, análisis y estructuración de bases de datos, econometría, estadística, diseño y aplicación de modelos de pruebas de estrés.

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