Todo inició con una idea y un pedazo de madera. Nada fácil, como todo emprendimiento, de esos que se dan luego de muchos intentos, pero que según el protagonista de esta historia, se convierten en esa idea exitosa que luego ves materializarse.

Apoyar a un amigo con un cliente al que debían entregar unos souvenir (recuerdos), fue el empuje que Ismael Ramírez necesitó para crear “Fuera de la Caja”, un negocio de fabricación y creación de regalos, que el mismo define como sostenible y perdurable.

Un pequeño camión de madera fue la inspiración. “Fue un amigo que me dijo: tengo una situación con un cliente y yo sé que tú eres una persona muy creativa; ellos querían hacer un souvenir tipo recordatorio para una empresa de movilidad de valores y pensé en un camión de plástico con todo el branding de esa compañía”, cuenta

Ismael Ramírez. Foto: ©️ Juan Antonio Guio. ACENTO

La idea inicial con sus conocimientos de diseño industrial parecía buena, pero no funcionó, lo que lo llevó a la madera. “Di con una máquina pequeña en el mercado, de láser, cuando aquí el láser no se conocía tanto; entonces yo dije 'bueno, yo tengo un poco de conocimiento de eso. Déjame probar' y así hice el modelo de ese camión, y fascinó”, recuerda con emoción y muestra un pequeño modelo del vehículo de madera.

Al lograr satisfacer las necesidades del cliente de su amigo, Ismael pensó en que había encontrado una oportunidad, pero tampoco prosperó, aunque la idea del camión de madera siguió en su mente.

“Viendo una entrevista de una persona que admiro mucho que es arquitecto, él hizo mención de la frase ´fuera de la caja´ en el contexto de que uno tiene que pensar, innovar, salir del cajón. Y dije: ¡Wao! Me identifiqué”.

Foto: ©️ Juan Antonio Guio. ACENTO

Una decisión de fe

Utilizando sus ahorros y dejando su empleo estable como ingeniero de proceso en una empresa de fabricación de productos de consumo masivo, Ismael decidió probar una vez más. Hizo una réplica del camión para otra persona.

“Me dijo: ¿En qué fecha me entregas 100 unidades de esas?”. Cuenta que no tenía las máquinas para los cortes de la madera y que con ayuda de amigos logró completar el pedido. Se trató de un porta lápiz y porta tarjeta. Dijo que cuando vio la retroalimentación de todo el proceso, pensó que ese era el tipo de negocio que quería.

“Fue una decisión de fe”, asegura. No contaba con los equipos, dejó su trabajo, y justo en ese momento en que decidió iniciar nace su primer hijo.

Aunque económicamente estaba estable, el nacimiento de su hijo fue el motor natural para la innovación y salir de la zona de confort. “Fue una decisión de fe junto a mi esposa, mientras yo era la parte creativa, ella la parte de comunicación, mercadeo, redes sociales”.

Llega la pandemia…

“Pongo la renuncia y tres meses después cierra el país por la pandemia”, recuerda Ismael. El panorama se tornó difícil para el emprendedor al igual que a muchos por los efectos del COVID, que solo en 2020, de acuerdo con datos del Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM) provocó que cerca del 29.4 % de los negocios paralizaran totalmente sus operaciones, el 46.7 % de manera parcial y solo el 22.9 % continuó con normalidad.

A pesar de la incertidumbre que pudo generar, el joven de 36 años, explica que con su esposa buscó estrategias diferentes para el negocio, operando desde su vivienda y ofertando sus artículos por redes sociales.

“Mi esposa me dice 'bueno, el país está cerrado vamos a hacer cuadros, detalles para la casa, vamos a abrir una página', y bueno… Hace unos tres, cuatro años somos casi 15 mil seguidores en Instagram y no hemos parado hasta el día de hoy, gracias a Dios”, dice.

¿Qué distingue Fuera de la Caja de otros negocios? La experiencia del consumidor, responde. Ismael cree que como este tipo de negocios de detalles personalizados puede hacer participar al cliente en su elaboración, eso hace que sea diferente a otros.

“Si te das cuenta, todas nuestras máquinas están a la vista de todos, hasta cierto punto cuando alguien pide una personalización, esa persona es parte también del proceso, porque normalmente la gente hace todo en un cuarto oscuro y luego entrega el resultado”. Dice que además de hacer al cliente parte, el otro punto que lo distingue es la calidad de sus productos.

Foto: ©️ Juan Antonio Guio. ACENTO

La madera, su materia prima

Aunque trabaja con otros materiales, la madera es su principal materia prima, lo que hace que su emprendimiento tenga un equilibrio entre lo ambiental y lo económico.

Uno de los materiales de mayor uso para los artículos que comercializa es el MDF o tablero de fibra de densidad media, considerada más sostenible que la madera maciza porque se produce con fibras de madera recicladas, por lo que evita más talas de árboles.

Ismael explica que tiene distribuidores locales lo que ayuda a mover la economía en su entorno, pero algunas son importadas.

Tomando como ejemplo uno de sus artículos en MDF, dice: “Esta madera es la que utilizan los ebanistas para piezas en los muebles, es económica y es la que ponen detrás para abaratar costos y la madera preciosa va delante. Por así decirlo es menospreciada, sin embargo, en nuestro caso se convierte con genialidad y un buen diseño en la pieza principal”.

En Fuera de la Caja se realizan regalos y souvenirs personalizados como porta lápices, porta tarjetas, llaveros, bolígrafos, letreros, libretas, joyeros, porta llaves, porta celular, bolsos, grecas, termos, retratos, etc.
Establecimiento de Fuera de la Caja. Foto: ©️ Juan Antonio Guio. ACENTO

Generador de empleo

Aunque inició solo y desde la casa como la mayoría de los emprendedores, hoy cuenta con cinco colaboradores que son parte de todo el proceso creativo.
Sostiene que todos intervienen para que el producto esté terminado, porque se trata de una labor de colaboración.

Afirma que hoy puede agradecer que en la etapa en que se encuentra su negocio puede no solo sustentar a su familia sino proveer el salario se sus colaboradores.

De tener momentos en que pensó tirar la toalla, abandonar su proyecto y preguntarse si valía la pena, hoy Fuera de la Caja tiene cuatro años operando, “después de 10 años probando mil ideas”.

“Yo le doy gracias a Dios porque me permitió irme desarrollando en esto y encontrar una pasión y sobre todo compartir esa pasión con todo el equipo de trabajo. Ellos han sido parte de este proceso; cada pieza que sale no es un logro mío, es un logro de todos”, concluye

Katheryn Luna

Editora de Economía

Editora de Economía. Periodista. Comunicadora Social, con maestría en Comunicación Corporativa. Experiencia en temas educativos, salud, turismo, tránsito, transporte, gestión de desechos, agua y economía. Premios AIRD, Funglode, FIL, Indocal, Unicef, Juan Bosch, Raphy Durán y PEL.

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