Resumen

Este artículo reflexiona en torno a la figura del autor de literatura infantil desde tres planos inseparables: la poésica –la forma en que la palabra se hace juego y descubrimiento–; la ética –la responsabilidad de acompañar sin adoctrinar–; y el mercado editorial –un escenario donde conviven la creación y la lógica comercial. Desde el enfoque del Amaramorismo, se propone comprender la escritura para la infancia como un acto de ternura poésica comprometido con la dignidad del lector niño y con la sostenibilidad cultural del libro en la economía global del entretenimiento.

Introducción

La literatura infantil no solo se pregunta qué se escribe para los niños, sino quién lo hace y desde dónde. Estudios recientes recuerdan que la incorporación de la literatura infantil a los programas universitarios es relativamente tardía y que su estatuto académico sigue negociándose.  Esta “minoridad institucional” convive hoy con una explosión editorial sin precedentes, donde los libros dirigidos a la infancia y la juventud fueron el segundo segmento con mayor crecimiento de ventas en España durante 2024.  Ante ese contraste, cuestionar la figura del autor implica atender, simultáneamente, a la belleza del texto, a la responsabilidad con el lector emergente y a las presiones de un mercado cada vez más transmedia.

1. Poésica de la palabra dirigida a la infancia

El arte de narrar para niños exige recuperar la mirada de “aquellos que todavía son capaces de asombrarse” y, al mismo tiempo, dominar recursos estéticos que fomenten la lectura placentera y crítica. La investigación pedagógica subraya que la LI se consolida cuando conjuga literariedad y apertura epistemológica.  En términos amaramoristas, escribir para la infancia significa sembrar “semillas de asombro tierno” que permitan al lector descubrir el mundo sin renunciar a su derecho al juego lingüístico o idiomático. Así, la poésica infantil se erige como puente entre la memoria de la niñez y el porvenir de la lengua.

2.Ética de la voz que acompaña

La pregunta ética parte de un principio: todo texto convoca una relación asimétrica entre un autor adulto y un lector en formación. La crítica especializada advierte contra la tentación de convertir los libros infantiles en meros instrumentos de adoctrinamiento. No obstante, Juan Mata nos recuerda que:

La literatura infantil, como la literatura de adultos, permite imaginar posibilidades, ir al encuentro de mundo desconocidos, conocer nuevas formas de pensar y actuar, simular lo que se quiere ser.  Y eso, para los niños que están aprendiendo a vivir, supone una experiencia de carácter ético (p.112).

Esta visión coincide con el Amaramorismo: la obra no dicta códigos cerrados, sino que habilita espacios de reflexión afectiva donde la ternura se traduce en pensamiento crítico. La ética del autor infantil es, por tanto, una ética de la escucha: escribe para que el niño pueda replantear el mundo sin perder la inocencia de la esperanza.

3.El mercado: entre producto y poesía

La LI vive en la intersección de la pedagogía y la economía cultural. En 2024 el sector del libro español superó los 1 200 millones de euros, con 77 millones de ejemplares vendidos; las obras infantiles y juveniles crecieron un 12 % respecto al año anterior. Esa expansión se entrelaza con fenómenos transmedia que convierten a la Feria de Bolonia en una plataforma de licencias, videojuegos y series. La paradoja es evidente: el mismo mercado que amplifica la visibilidad de los autores puede empujar a simplificar tramas o a priorizar personajes “licenciables”. La pregunta vuelve sobre el escritor: ¿cómo preservar la integridad poésica en un ecosistema que mide el éxito por unidades vendidas y adaptaciones audiovisuales?

4.Respuesta desde el Amaramorismo: escribir como acto de ternura poésica

El Amaramorismo reivindica la escritura infantil como gesto de ternura activa. Al concebir el texto como “abrazo verbal”, el autor asume un pacto: cada metáfora debe cuidar, cada giro debe dignificar. De ahí que la poésica amarosa se traduzca en prácticas concretas:

Lengua inclusiva y musical que celebre la diversidad y la sonoridad del mundo.

Personajes empáticos, capaces de mostrar vulnerabilidad y resiliencia sin moralismos prefabricados.

Tramas abiertas que inviten al lector a completar sentidos, cultivando la imaginación como facultad ética.

Tal enfoque no desconoce la realidad del mercado; la confronta proponiendo valor literario sostenible: obras que resistan la volatilidad de las modas porque se arraigan en la verdad afectiva de la experiencia humana.

5.¿Qué exige el porvenir? Una poésica del compromiso amaroso

El porvenir reclama autores capaces de dialogar con la inteligencia artificial, con la narrativa transmedia y con los nuevos hábitos de lectura sin renunciar a la hondura estética. Esto exige una “poésica del compromiso amaroso”:

Investigación constante sobre las necesidades afectivas y cognitivas de la infancia.

Colaboración ética con editores y mediadores para defender tiempos de lectura lenta frente a la sobreestimulación digital.

Formación continua en estudios de infancia, pedagogía y derechos de la niñez, de modo que la obra literaria sea también un acto de ciudadanía.

Desde el Amaramorismo, el autor se convierte en custodio de futuro: su tarea es sembrar palabras que, al crecer, permitan a los lectores reconocerse dignos de amar y ser amados.

Conclusión

La literatura infantil no es un terreno neutral: cada texto configura imaginarios, valores y horizontes de sentido. El desafío contemporáneo consiste en equilibrar la invención poésica, la responsabilidad ética y las presiones de un mercado globalizado. El Amaramorismo ofrece una brújula: escribir para los niños es un acto de ternura poésica y de compromiso social que trasciende el producto para convertirse en promesa de humanidad.

Referencias (APA 7.ª ed.)

Koch, T. (2025, 3 abril). Todos a por el público más pequeño, la gallina de los huevos de oro. El País.

Mata, J. (2014). Ética, literatura infantil y formación literaria. Impossibilia. Revista Internacional de Estudios Literarios.

Pascua Vicente, S. (2025, 7 marzo). España: Se publican los datos del mercado del libro en el año 2024. Instituto Autor.

Soto-Vázquez, J., Pérez-Parejo, R., Jaraíz-Cabanillas, F. J., & Ruiz-Labrador, E. E. (2022). La Didáctica de la Literatura Infantil y Juvenil en los planes docentes universitarios españoles. Ocnos, 21(2).

Virgilio Hernández Pichardo

Educador, promotor cultural y escritor

Virgilio Hernández Pichardo. Es educador, promotor cultural y escritor. Doctor en Humanidades, en Estudios Sociales y Culturales del Caribe. Maestrías en Educación, Mención Planificación Educativa y en Lingüística Aplicada. Especialidades en Promoción de la lectura y la Literatura Infantil y en Lingüística Aplicada. Licenciado en educación, Mención Letras Modernas y Maestro Normal Primario. En el área cultural miembro fundador de los talleres literarios: “Líttera” de la Alianza Cibaeña. “2001” de la UTESA y “Letras Unidas” de Santiago. Ha sido expositor de trabajos en varias instituciones de Santiago y en Ferias del Libro. En el plano escritural ha escrito y publicado artículos y ensayos sobre el idioma español y literarios. Así como libros de poemas para niños y adultos. Ha desarrollado una propuesta teórica, práctica, espiritual, poética, educativa, antropológica, filosófica, lingüística, idiomática, literaria y cultural, llamada, Virgilioamaramorismo.

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