Ellos fueron obligados a asistir al velatorio, primero los esposaron con las manos hacia adelante, luego los subieron a empujones al autobús mientras varios policías los custodiaban.
Pasaron uno a uno frente al cadáver y nadie se inmutó. De ellos no salió ni una palabra, ni un solo gesto. Apenas lo tenían en frente, miraban su cara de cadáver frío y seguían en silencio.
Después salían por la puerta trasera de la funeraria donde los esperaba el autobús que los llevaría de nuevo a sus celdas en la cárcel más violenta del país. Como si fuera algo normal, cada preso se vio a sí mismo, muerto dentro del ataúd.
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Virgilio López Azuán es escritor y académico, exrector de la Universidad Tecnológica del Sur –UTESUR- y ex director general de Educación -MINERD-. Ha cursado maestrías y especialidades en Educación, Lingüística, Estudios Afroiberomericanos y Participación Comunitaria.
López Azuán es fundador del Movimiento Literario Efluvismo y ha obtenido diversos premios nacionales de literatura en los géneros, cuento, poesía y teatro. Ha publicado una veintena de libros entre los que se destacan: La pretendida de Verapaz (Novela), Sumer: Poética de los números, Paraísos de la nada, Incendios del Agua, Paraísos de la imagen, Unicornio, Ladran los Huesos, Cuando la mar bota peces, entre otros.