"El Innombrable" (1995) es una obra poética de la narradora y poeta dominicana Mélida García (1956-2005, Cotuí, República Dominicana). Fue publicada con una tirada limitada de cientos (100) ejemplares. Con portada del poeta y pintor Lorgio Núñez. Fotografía de Vicente Yens. Impresos Computarizados, S.A. 59 págs. Santo Domingo, República Dominicana, 1995.

Esta obra contiene un prólogo del poeta dominicano Víctor Villegas, y un escrito, a manera de prólogo, del fenecido crítico literario dominicano Antonio Manuel Bretón. Además, contiene una nota introductoria del escritor cubano Gualterio Núñez Estrada (Santiago de Cuba, 4-7-95).

Desde esa obra, la poeta García expresa agradecimientos a su madre, Julia Reyes; a su hermana, Gladys García, y a César Rafael Roa (in memoriam), por haberle mostrado que la amistad verdadera continúa viva a pesar de la muerte, y por eso se le hizo imposible pensarlo en pasado.

Entrando a la estructuración gráfica de la obra, aparte de esos prólogos, agradecimientos y dedicatorias, la autora hace una dedicatoria especial:

"Hay un alguien para quien se abrieron las puertas de mi alma". Ese alguien está guardado/tras los muros de mi alma/porque ese alguien subyace entre sus tejidos.

"A ese alguien le dedico esta obra". (Ver obra citada, pág. 17).

Hay un marcado y profundo sentimiento intimista en la estructuración de los veinte (20) breves poemas que conforman el cuerpo gráfico de este libro.

Poniendo mi mirada sobre el primer canto, mis ojos se detienen en la expresión de una voz melancólica, soñadora, enamorada. Sí, enamorada, porque, desde su formación de mujer militante izquierdista, también militó desde el amor intimista hasta la cobertura patriótica de su pensar y su anhelar patriótico. Veamos:

"Danzan en mi entorno luces/si con tu voz/mi oído unges/inundándome de colores/sedándome con palabras// Ramilletes de sosiego/de mi ser se apoderan/cuando en mi ser interior/tu imagen fraguo// Ávida/anhelante/siempre espero/que con tu voz/apacientes mi alma". (Ver pág. 19, obra citada).

Esa es la voz enamorada y resentida, a la vez, de la poeta que procura sentirse y tenerse desde la voz del amado. Esa es la poeta asumida en su querer particular y singular, desde su vida… en la intimidad del amor carnal y espiritual, convertido en la semanticidad del poema, a partir de la metáfora.

Se advierte en esta poética un ritmo tenso que atraviesa al poema, para atrapar el sentimiento y el pensar de sus lectores(as). Es una poética musical, sentimental y melancólica.

Mélida García, poeta.

Se deja atrás la voz amargada, para dejarnos la sonoridad de quien persigue su angustia para seguir viviendo. La poeta se nos desnuda en su estatura humana, para dejarnos la imagen de que también desde el amor se vive y se sufre. Veamos:

"Hoy/suficiente valor tengo/para admitir que siento miedo//Hoy/tengo un terrible miedo/al pensar que nunca podré tenerlo//Hoy/siento un pavoroso miedo/al pensar que un día podré tenerlo//Hoy/no sé qué me produce más miedo://si pensar no tenerlo…/si pensar tenerlo//Hoy/me aterra pensar que un día/lo tendré para luego no tenerlo." (Ver pág. 31, obra citada).

Es la melancolía hecha canto y sentimiento la que brota de estos versos. La autora es aquí la soñadora enamorada, sostenida desde la angustia y el resentimiento de la amada, entre el valor de la amante y la duda inadvertida de quien no se siente poseída por la voz del amante que subyace en el vórtice de estos cantos.

La poeta se sabe diluida y ajena de sí misma, ante su amante. Se sabe entregada y en la distancia del olvido que le pertenece. Ella camina en medio de su propio insomnio. Se maldice, al saberse prisionera de quien jamás la ha perseguido.

Esto nos parece una paradoja, pero es la realidad intimista de la creadora, desde su lógica de mujer enamorada, inmersa en su universo poético poblado de melancolía. Veamos:

"Camino en medio del insomnio/que me atrapa el espíritu/sintiendo/que soy irremisiblemente/ajena de mí misma/que mi yo/ya no me pertenece/que ha sido/fuera de mí lanzado/y ha pasado a ser/propiedad de alguien/que jamás lo ha pedido". (…) (Ver pág. 33, obra citada).

Conocimos las acciones militantes de esta creadora y de sus posturas libertarias. No todos sabían de su voz amorosa e intimista, desde la cual, hoy se nos abre ante el espejo de la vida, o del espejo de su propia vida, para dejarnos ver y sentir su otra imagen de mujer revolucionaria, enamorada y angustiada.

Hasta para conocer su real identidad personal, esta obra nos puede servir, porque desde ella, lo humano y mortal de la autora aflora desde su alma. Es esta la voz de identidad de esta autora. Esta es su confesión particular y personal, para poder tener una idea clara y precisa de esta escritora, en su rol de poeta y narradora.

Ella se sabía ser una mortal… habitante en los contornos de los mortales. Se sabía no ser una "santa", sino la creadora libertaria, apegada a los resentimientos del amor, desde su espacio espiritual y material.

En ese ir y venir… y en ese dolor del amar, en su condición terrenal, se sabía náufraga desde su alma, y anhelaba ese naufragio para seguir viviendo.  Veamos:

"Mi alma zozobrando/mi alma acongojándose/mi alma peligrando/mi alma hundiéndose/mi alma agonizando/mi alma hundiéndose/mi alma agonizando/mi alma afligiéndose/mi alma abismándose/mi alma oscureciéndose/mi alma inquietándose/mi alma extraviándose/mi alma perdiéndose/mi alma marchitada/mi alma ennochecida/mi alma lastimada/mi alma enajenada/mi alma adolorida/mi alma atormentada/mi alma herida/mi alma despojada/mi alma trastornada/mi alma en laberintos/mi alma entre tinieblas/mi alma con las sombras/mi alma bajo brumas/mi alma sobre nieblas/mi alma muriendo". (Ver pág. 37, obra citada)

Este es el confesionario de la poeta, en su travesía amorosa y revolucionaria. Le atribuyo esos dos conceptos, porque son posibilidades demostrables, dentro de la multiplicidad de sentidos de su canto intimista.

La poética aquí queda abierta a otras miradas exploratorias. He elegido esta visión como una muestra de abrir la puerta a la lectura, al estudio y a la degustación del ritmo y del lirismo melancólico e intimista en los cantos de esta creadora. 

EN ESTA NOTA

Julio Cuevas

Poeta

Poeta, ensayista y crítico literario. Licenciatura en Educación, mención Filosofía y Letras-UASD. Maestria en Lingüística Aplicada-INTEC. Doctor en Derecho-O&M, con Maestria en Relaciones Internacionales, para el Área del Caribe-FLACSO-INTEC. Administración Cultural en Venezuela-OEA-CLACDEC. Fue Embajador, Encargado de Asuntos Culturales de la Cancillería dominicana. Ex-Secretario General de la Comisión Dominicana para la UNESCO. Es egresado de la Escuela Diplomática y Consular del Ministerio de Relaciones Exteriores. Actual Embajador Adscrito. Doctorado en Filosofía para un Mundo Global, Universidad País Vasco. OBRAS: ¨Epistolario del Crepúsculo¨, (poemas, 1974), ¨Visión Critica en Torno a la Poesía de Víctor Villegas¨, (Ensayo, 1975), ¨Testimonio del Tiempo¨ (poemas, 1986), ¨Homenaje en Tono Oblicuo¨ (poemas, 1992), ¨Los Cantos del Hierofante¨ (poemas, 1997),¨Poemas Tierra Adentro¨ (poema, 2008) y Literatura Infantil para el Desarrollo de la Creatividad y el Pensamiento Crítico (Ensayo,2013). Profesor Escuela de Letras UASD.

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