El histórico Hotel Mercedes, considerado por especialistas como el primer hotel moderno del Cibao y uno de los pioneros del turismo urbano en el país, reabre sus puertas este 29 de noviembre de 2025 transformado en el nuevo Centro Cultural Banreservas y Museo de Arte de Santiago.
El dato lo destaca el historiador Edwin Espinal Hernández, miembro de número de la Academia Dominicana de la Historia, al pronunciar las palabras centrales del acto inaugural. Espinal Hernández es autor del tratado Historia Social de Santiago (Tomos 1 y 2), que exponen la trayectoria de la Ciudad Corazón desde el nacimiento de la República hasta 1916. Actualmente trabaja en el tercer tomo para exponer las actividades de la urbe cibaeña hasta el año 2000.
Apuntó en el acto de inauguración el pasado viernes 29 de noviembre, que la reapertura marca un hito para la ciudad, que recupera uno de los inmuebles más emblemáticos de su vida social del siglo XX.

Hotel Mercedes 1932.El rescate del edificio, promovido por Banreservas, restituye a Santiago un punto de referencia de considerable valor simbólico, dijo.
Discurso de Espinal Hernández, con motivo de la inauguración del Museo de las Artes de Santiago y Centro Cultural Banreservas del Cibao:
“La recuperación del Hotel Mercedes para ser destinado al centro cultural y el museo de arte que hoy se inauguran impone evocar sucintamente su historia.
El 28 de febrero de 1928, Gabriel Robledo García, inmigrante español natural de Fresno de Losa, Burgos, Castilla y León, representado por su hermano Francisco, compró a Felicia Castellanos de Petito el solar para este inmueble, cuya construcción encargó a su paisano Romualdo García Vera.

Edwin Espinal Hernández, historiador y abogado de Santiago, quien realizó la investigación sobre la labor como primera cineasta dominicana de María Elena Stefani Espaillat. Entonces fue denominado inicialmente como Edificio Robledo, quedó concluido en breve tiempo, pues fue bendecido por el Pbro. José Manuel Román el 9 de abril de 1929. Levantado en concreto armado expresamente para hotel, tuvo 44 habitaciones en sus pisos segundo y tercero, comedor en la primera planta y terraza en el cuarto nivel.
El 17 de diciembre de 1929, Robledo formalizó su arrendamiento, a partir del 1 de enero de 1930, con el puertorriqueño Alfonso Aguayo Silva, figura de una poliédrica personalidad en la vida social de la ciudad, reconocido por su popular café El Colmado y esposo desde 1904 de la mocana con raíces veganas Mercedes Ceara Guzmán. En celebración del nombre de su esposa, nombró el hotel como Mercedes.
Desde la celebración de la graduación como licenciado en Derecho por la Universidad de Santo Domingo de Joaquín Balaguer en 1929 hasta los festivales bailables con la orquesta Hollywood en 1961, pasando por la instalación de la emisora La Voz de la Hispaniola HI9B, de Morito Sánchez Correa en 1936; la radiodifusión por primera vez en dicha emisora del merengue “Compadre Pedro Juan”, por la orquesta de Luis Alberti en ese mismo año; la asunción del nombre Águilas Cibaeñas para el Santiago Baseball Club en 1937 y la fundación en sus salones del Club Rotario Santiago en 1944, el Hotel Mercedes se convirtió en eje de la vida social y recreativa de la ciudad, acogiendo por igual a huéspedes señeros, como el geólogo petrolero estadounidense Frederik Gardner Clapp, en 1935; la soprano afroamericana Lillian Evanti, en 1939, quien iniciaría las presentaciones artísticas de la sociedad Pro Arte en vísperas de la Segunda Guerra Mundial; y la periodista norteamericana Page Cooper, en 1946, quien recogería sus vivencias aquí en su obra “Sambumbia – Un descubrimiento de la República Dominicana, la Hispaniola moderna”.
Como en aquel hotel de La casa de los espíritus de Isabel Allende, donde “una señora con el aire triste y pulcro de una tía provinciana, uniformada de azul con cuello blanco almidonado” recibía a sus huéspedes, tratamos de hacernos la ilusión de que podría salir a nuestro encuentro doña Mercedes, con su mirada firme y bondadosa.
Pero hoy, el viejo Hotel Mercedes renace como Centro Cultural Banreservas, celebración a la que asistimos con la esperanza de que la nostalgia por el rastro de tantos pasos en su escalera de azulejos y sus pisos de mosaicos sea sustituida por una nueva andadura como espacio cultural y recreativo, que resguarde la historia de su antecesor y que se convierta, como él, en un hito que refleje el espíritu y el pensamiento de Santiago y el Cibao”.
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