Introducción
Al concluir el XII Festival Internacional de Teatro de la República Dominicana (FITE RD 2025), considero oportuno compartir algunas reflexiones y propuestas que contribuyan a fortalecer la organización y proyección de futuras ediciones. Cada festival es un organismo vivo que aprende y crece con sus desafíos, y esta pausa nos brinda la oportunidad de revisar, corregir y potenciar los aciertos alcanzados.
Mi intención es aportar ideas que refuercen tanto la excelencia artística como la calidez humana, la hospitalidad y la experiencia integral que un festival de esta envergadura debe ofrecer, consolidando su rol como plataforma de visión nacional e internacional y puente de encuentro entre culturas.
Entre luces, aplausos y sombras
El FITE RD 2025 representó un esfuerzo valioso y necesario para visibilizar la diversidad escénica nacional e internacional. Este año, el festival reunió 15 compañías internacionales y 17 nacionales, con espectáculos para todos los públicos: desde el teatro callejero que conquistó plazas, hasta obras contemporáneas y clásicas que tuvieron respaldo de asistencia .
España, país invitado, trajo la fuerza de compañías como Teatro Corsario y Unahoramenos, mientras el festival rindió homenaje a Freddy Ginebra, símbolo vivo de la gestión cultural dominicana. Además, vários talleres formativos ofrecieron espacios de aprendizaje y actualización a dramaturgos, actores, directores y escenógrafos.
Sin embargo, la suspensión de funciones por la tormenta tropical Melissa —que obligó a detener las presentaciones desde Santo Domingo hasta Santiago, pasando por Puerto Plata, San Cristóbal, Azua, San Juan, Elías Piña y La Romana— reveló la fragilidad logística y técnica de algunos espacios culturales. También puso en evidencia la necesidad de prever protocolos de emergencia y comunicación más efectivos ante imprevistos naturales.
Asimismo, resultó preocupante la ausencia visible de funcionarios del Ministerio de Cultura en los actos de apertura y clausura, lo cual proyectó una imagen de desapego institucional ante un evento de trascendencia nacional. A ello se sumó la baja asistencia de público, incluso en las galas inaugurales en el Palacio de Bellas Artes y el Teatro Nacional, cuyas salas no alcanzaron su capacidad total.
Otro aspecto que merece atención es la escasa presencia de jóvenes estudiantes y docentes en las funciones y talleres del festival, lo que redujo su impacto educativo y formativo, uno de los pilares esenciales de un evento de esta naturaleza.
El valor de los festivales teatrales
Los festivales de teatro son mucho más que una programación artística: constituyen una herramienta poderosa para el desarrollo cultural, educativo, turístico y económico del país.
Aportes culturales: Transmiten historias, valores, mitos y leyendas que forman parte de la identidad nacional y caribeña, preservando la memoria y el patrimonio escénico.
Aportes educativos: Forman nuevos públicos, despiertan vocaciones y estimulan la creatividad crítica de las generaciones jóvenes.
Aportes económicos y turísticos: Atraen visitantes, fortaleciendo la imagen del país como destino cultural.
Aportes humanos: Fomentan la convivencia entre artistas de distintas procedencias, impulsando el diálogo intercultural y la solidaridad.
El FITE RD, al extender sus funciones a más provincias que nunca, dio pasos importantes hacia la descentralización cultural, acercando el teatro a comunidades que pocas veces tienen acceso a espectáculos de esta calidad.
Reflexión desde la experiencia
Los festivales de teatro son espacios de encuentro, aprendizaje y camaradería. Mantener esa esencia colectiva, la cercanía entre artistas, organizadores y público, debe ser el corazón del FITE.
Un ejemplo de esta calidez fue el ambiente generado en Casa de Teatro, donde el homenajeado del FITE25 recibió personalmente a artistas internacionales, creando un espacio informal de diálogo y hermandad. Estos gestos espontáneos reflejan la hospitalidad dominicana y podrían institucionalizarse como parte del protocolo del festival, acompañados de la presencia activa de las autoridades culturales.
Un festival exitoso combina excelencia artística con una experiencia integral: puntualidad, información clara, acompañamiento logístico y trato humano. Cuando alguno de estos elementos falla, se debilita el espíritu que distingue a los grandes festivales con identidad y memoria.
Aciertos del FITE RD 2025
Diversidad artística y pluralidad de propuestas de alto nivel artístico.
Amplia parrticipación internacional que fortaleció el intercambio cultural.
Entusiasmo del público que asistió a los teatros.
Descentralización cultural.
Difusión digital y cobertura en redes sociales.
Desafíos observados
Durante el desarrollo del festival se identificaron diversos aspectos que requieren atención para fortalecer futuras ediciones. Entre ellos destacan:
Ausencia institucional en momentos clave del evento, tanto en la inauguración como en la clausura.
Baja asistencia de público en los actos de apertura y cierre, especialmente en espacios emblemáticos como el Palacio de Bellas Artes y el Teatro Nacional.
Escasa participación estudiantil y docente en las actividades formativas y presentaciones programadas.
Comunicación insuficiente respecto a los cambios en la programación, lo que generó desorientación entre los participantes.
Deficiencias logísticas y retrasos técnicos que afectaron la puntualidad y el desarrollo de algunas funciones.
Limitada integración entre artistas, organizadores y público, lo que redujo el intercambio cultural esperado.
Fallas técnicas durante la noche inaugural en la Sala Máximo Avilés Blonda del Palacio de Bellas Artes.
Carencia de solemnidad y magnitud en el acto de apertura, aspecto que debe cuidarse para reflejar la importancia del festival.
Propuestas y reflexiones para el FITE RD 2026
- Revisión de fechas: Programar el festival fuera de la temporada ciclónica, para reducir riesgos de suspensión.
- Integración y convivencia: Promover encuentros entre artistas nacionales e internacionales mediante coloquios, conversatorios y cenas compartidas.
- Hospitalidad y acompañamiento: Formar un comité de enlace integrado por teatristas y gestores culturales que asistan personalmente a los invitados.
- Comunicación y planificación: Entregar programas impresos y digitales desde la inauguración, con códigos QR y números de contacto para información inmediata.
- Equipo técnico móvil: Disponer de un grupo de apoyo para atender emergencias técnicas y evitar retrasos en funciones.
- Participación educativa: Involucrar escuelas, universidades y academias de arte mediante convenios institucionales que garanticen la asistencia estudiantil.
- Formación docente: Incluir profesores en talleres y charlas especializadas.
- Difusión nacional: Ampliar la cobertura en medios tradicionales, vallas urbanas y digitales para llegar a públicos diversos.
- Registro de evaluación: Crear un sistema de documentación y retroalimentación que permita corregir errores y capitalizar aciertos.
- Presencia institucional: Asegurar la participación activa y visible de las autoridades culturales en todas las etapas del festival.
- Condiciones laborales: Garantizar salarios justos y condiciones dignas para los artistas nacionales, promoviendo su profesionalización.
- Mantenimiento técnico: Implementar un programa permanente de revisión y mantenimiento de los espacios escénicos (climatización, iluminación, sonido y estructura).
- Antes y después de cada presentación, un representante designado por la organización del Festival deberá dar la bienvenida al grupo o compañía participante, así como al público asistente.
- Centro de Información, Documentación y Retroalimentación del FITE RD, destinado a concentrar y canalizar de manera eficiente toda la información generada durante el festival. Este centro serviría como espacio de referencia para periodistas, críticos, investigadores y gestores culturales interesados en el desarrollo del evento.
Su funcionamiento incluiría:
Registro y distribución de noticias, comunicados y material fotográfico del festival.
Coordinación de entrevistas y reportajes, permitiendo que periodistas o críticos puedan agendar citas con los artistas, directores o compañías invitadas.
Archivo documental con datos sobre cada edición, compañías participantes, obras presentadas y materiales de prensa, facilitando futuras consultas e investigaciones.
Canal de retroalimentación, donde se reciban y sistematicen comentarios, observaciones y propuestas de los participantes, públicos y medios de comunicación.
Este espacio fortalecería la proyección mediática del festival, consolidaría su memoria histórica y fomentaría un diálogo más dinámico entre la organización, los artistas y la prensa especializada.
Reflexión final
El próximo FITE RD debe ser mucho más que un evento escénico: ha de convertirse en un símbolo de identidad, encuentro y proyección cultural, tanto a nivel nacional como internacional. Su verdadera esencia reside en unir generaciones, pueblos y lenguajes a través del arte.
El XIII FITE RD tiene ante sí una oportunidad invaluable: erigirse como un faro cultural del Caribe, donde el arte, la educación artística y la planificación se entrelacen con el desarrollo económico y la hospitalidad que define el alma dominicana.
Si avanzamos con esa visión, el próximo festival no será solo una cita teatral, sino una fiesta del espíritu, un abrazo colectivo donde la escena se convierta en espejo de nuestra identidad y la cultura dominicana se eleve, luminosa, ante los ojos del mundo.
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