Título original: The Smashing Machine. Año: 2025. Género: Drama. País: USA. Dirección: Ben Safdie. Guion: Ben Safdie. Elenco: Dwayne Johnson, Emily Blunt, Bas Rutten, Paul Lazenby. Duración: 2 horas 3 minutos
“The Smashing Machine” es un filme que se desarrolla a través de varios momentos decisivos en la vida de Mark Kerr, personaje fundamental para el surgimiento del Ultimate Fighting Championship (UFC) y el violento ámbito de las artes marciales mixtas.
El director Ben Safdie (Uncut Gems, 2019) muestra a Mark Kerr y su vínculo con las drogas y el deterioro de su relación con Dawn Staples (Emily Blunt), caracterizados por una tensión en aumento y narrados desde la observación cercana, apostando más por la vivencia interna del luchador que en su mito deportivo.
El filme explora asuntos universales que han sido abordados en muchas películas biográficas, como la búsqueda de redención, el sacrificio físico, la ambición desmesurada y la autodestrucción. Safdie presenta estos motivos en una narración que va más allá del deporte y se transforma en una reflexión acerca de la identidad masculina y la vulnerabilidad del triunfo.
En este sentido, la historia interactúa con clásicos del drama deportivo como “Raging Bull” (Scorsese, 1980), que se hace evidente en la representación descarnada del deportista como víctima de su propia violencia. Además, se perciben ecos de “The Wrestler” (Aronofsky, 2008) al mostrar cómo el deporte es una metáfora para describir el sacrificio físico a cambio de reconocimiento.
Desde el punto de vista biográfico la cinta busca inspirarse en los registros deportivos y en el documental homónimo de 2002. Para ello, reproduce el circuito Pride japonés, cuando las artes marciales mixtas eran todavía un territorio salvaje. No obstante, con el fin de aumentar la tensión narrativa, sobre todo en la cronología de los torneos, el director aplica licencias dramáticas necesarias.
Aunque esto fortalece el realismo psicológico, puede provocar la impresión de que la narración no tiene fluidez. En el primer acto, la energía está enfocada en la ascensión de Kerr, mientras que en el segundo se observa una notable disminución de la acción a favor de la introspección; contraste podría dar lugar a un desbalance.
A pesar de que Dawn está bien delineada, contribuyendo a la profundidad y al equilibrio emocional en su papel como la pareja que intenta mantener a Kerr en su espiral descendente, otros personajes que interactúan con Kerr son apenas esbozados, lo que dificulta entender el entorno social y profesional que da forma al personaje principal.
Sin lugar a duda, el papel de Dwayne Johnson es el centro emocional de la película y una de sus transformaciones más destacadas. Lejos de la personalidad carismática y heroica que mostró en “Fast & Furious” o “Black Adam”, Johnson da una actuación vulnerable, física y contenida. Su cuerpo, formado para mostrar tanto la fuerza como el desgaste del luchador, se transforma en una herramienta de narración.
El guion no brinda respuestas fáciles de redención; en cambio, revela la manera en que la presión de los medios y la demanda de desempeño físico eliminan cualquier rincón humano donde el fracaso se percibe como una consecuencia ineludible de un sistema que ensalza el sufrimiento.
Más allá de lo deportivo, “The Smashing Machine” es una radiografía del costo psicológico del triunfo, reflexionando acerca de la salud mental en el entorno deportivo y formulando preguntas comprometedoras sobre la explotación mediática del sufrimiento. Deja una profunda reflexión acerca de la vulnerabilidad del cuerpo, la mente y el alma ante los ojos intransigentes del éxito.
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