James Lovell fotografiado vistiendo su traje de astronauta aunque sin casco.

Getty Images
James Lowell, reconocido comandante de la NASA, murió a los 97 años.

El astronauta Jim Lovell, quien guió con éxito la misión del Apolo 13 de regreso a la Tierra en 1970, murió este viernes a los 97 años.

La NASA declaró que Lovell "convirtió una potencial tragedia en un éxito" después de que un intento de aterrizar en la Luna fuera abortado debido a una explosión a bordo de la nave espacial, mientras se encontraba a cientos de miles de kilómetros de la Tierra.

Decenas de millones de personas vieron por televisión cómo Lovell y otros dos astronautas amerizaban en el océano Pacífico, un momento que se ha convertido en uno de los más icónicos en la historia de los viajes espaciales.

Lovell, quien también formó parte de la misión Apolo 8, fue el primer hombre en viajar dos veces a la Luna.

El jefe interino de la NASA, Sean Duffy, dijo que Lovell ayudó al programa espacial estadounidense a "forjar un camino histórico".

La extraordinaria vida de Lovell

Un sábado, un joven de 16 años arrastró un pesado tubo de un metro de largo hasta el centro de un gran campo en Wisconsin.

Había convencido a su profesor de ciencias para que lo ayudara a construir un cohete improvisado.

De alguna manera, había conseguido los ingredientes para fabricar pólvora: nitrato de potasio, azufre y carbón.

Se colocó un casco de soldador como protección. Llenó el tubo con pólvora, encendió un fósforo y corrió lo más rápido que pudo.

El cohete ascendió 24 metros y explotó. Si los químicos hubieran estado empaquetados de forma diferente, él habría volado en pedazos.

Para Jim Lovell, esto era más que una travesura adolescente.

La tripulación del desafortunado Apolo 13: Jack Swigert, Jim Lovell y Fred Haise. Sostienen maquetas de la nave.

Getty Images
La tripulación del desafortunado Apolo 13: Jack Swigert, Jim Lovell y Fred Haise.

James Arthur Lovell Jr. nació el 25 de marzo de 1928, apenas un año después del histórico vuelo de Charles Lindbergh sobre el Atlántico.

"Los niños se interesan por los dinosaurios o los aviones", dijo. "Yo era totalmente un niño de aviones".

Pero cuando tenía 5 años, su padre murió en un accidente automovilístico.

Su madre, Blanche, trabajaba sin descanso para costear ropa y comida para la familia. La universidad estaba fuera de su alcance económico.

Piloto naval

La respuesta fue la Marina de EE.UU., que buscaba nuevos pilotos tras la Segunda Guerra Mundial. No construiría cohetes, pero al menos ahí podía volar.

Lovell se inscribió en un programa que lo enviaba a la universidad con gastos pagados por las fuerzas armadas mientras se entrenaba como piloto de combate.

Dos años después, apostó por cambiarse a la Academia Naval en Annapolis, con la esperanza de trabajar con sus amados cohetes.

Fue una decisión afortunada.

Pocos meses después estalló la Guerra de Corea y sus antiguos compañeros fueron enviados al sudeste asiático. Muchos no terminaron sus estudios.

El matrimonio estaba prohibido en la Academia y las novias eran desalentadas.

Pero Lovell tenía una novia: Marilyn Gerlach, la chica de secundaria a la que tímidamente invitó al baile de graduación.

Horas después de graduarse en 1952, el recién nombrado alférez Lovell se casó con Marilyn.

Estuvieron juntos más de 70 años, hasta la muerte de ella en 2023.

Marilyn y Jim Lovell, en blanco y negro

Getty Images
Jim y Marilyn Lovell se conocieron en la secundaria.

Tras graduarse, Lovell fue asignado a un grupo de portaaviones para volar jets desde barcos por la noche.

Era una tarea peligrosa, solo apta para temerarios. Pero para él, no era suficiente.

Espacio

En 1958, solicitó ingresar a la NASA.

El Proyecto Mercury era el intento de EE.UU. de colocar a un hombre en órbita. Lovell fue uno de los 110 pilotos de prueba considerados, pero una afección hepática temporal frustró sus posibilidades.

Cuatro años después, lo intentó de nuevo.

En junio de 1962, tras rigurosas pruebas médicas, la NASA anunció a los "Nuevos Nueve". Estos serían los hombres encargados de cumplir la promesa del presidente Kennedy de llevar estadounidenses a la Luna.

Era el grupo más selecto de aviadores jamás reunido. Incluía a Neil Armstrong, John Young y, cumpliendo su sueño de la infancia, Jim Lovell.

La tripulación del Apolo 8 en entrenamiento. Se los ve en sus asientos con los cinturones abrochados.

Getty Images
El Apolo 8 era la misión más peligrosa de la NASA hasta ese momento.

Tres años después, estaba listo.

Su primer viaje al espacio fue a bordo del Gemini 7, junto al astronauta Frank Borman.

Su misión: comprobar si los humanos podían sobrevivir dos semanas en el espacio. Si no, la Luna sería inalcanzable.

Tras completar el récord de resistencia, Lovell comandó el Gemini 12 junto al novato Buzz Aldrin.

Esta vez demostraron que el ser humano podía trabajar fuera de una nave espacial. Aldrin salió al vacío y pasó cinco horas fotografiando campos estelares.

Ahora, el objetivo era la Luna.

La tripulación del Apolo 8 sería la primera en viajar más allá de la órbita terrestre y entrar en la gravedad de otro cuerpo celeste.

Era la misión más peligrosa de la NASA hasta entonces.

El amanecer en la Tierra

El cohete Saturn V que lanzó a Lovell, Borman y William Anders a 40.000 km/h era enorme, tres veces más grande que cualquier otro del programa Gemini.

Sesenta y ocho horas después del despegue, lo lograron: el Apolo 8 se deslizó silenciosamente detrás de la Luna.

Los astronautas, fascinados, se pegaron a las ventanas, los primeros humanos en ver el lado oculto de nuestro vecino celestial. Y luego, en el horizonte, apareció una vista increíble.

"¡El amanecer en la Tierra!", exclamó Borman.

"¡Rápido, la cámara!", respondió Lovell.

La mitad de la Tierra iluminada por el Sol y la otra mitad a oscuras, vista durante el vuelo espacial.

Getty Images
La imagen de la Tierra desde el espacio cautivó al mundo.

Era la víspera de Navidad de 1968.

EE.UU. estaba inmerso en la Guerra de Vietnam y en disturbios sociales. Pero en ese momento, parecía que la humanidad estaba unida.

El mundo vio su planeta como lo vieron los astronautas: frágil y hermoso, brillando en la desolación del espacio.

Para Lovell, fue la experiencia más conmovedora de su vida.

En ese preciso momento, a 385.000 kilómetros de distancia, un hombre en un Rolls-Royce azul se detuvo frente a la casa de Lovell en Houston. Caminó y le entregó una caja a Marilyn.

Ella abrió el papel de seda con estampado de estrellas y sacó una chaqueta de visón. "Feliz Navidad", decía la tarjeta que la acompañaba, "con cariño del Hombre en la Luna".

Lyndon Johnson viendo la misión Apolo 8 en tres televisores.

Getty Images
El presidente Lyndon Johnson, como millones de personas, estuvo pegado a sus televisores durante la misión del Apolo 8.

Subieron como astronautas y bajaron convertidos en celebridades.

Hubo desfiles con cintas de papel, homenajes del Congreso y un lugar en la portada de la revista Time. Y ni siquiera habían pisado la Luna.

Ese honor, por supuesto, fue para Neil Armstrong y Buzz Aldrin.

Un año después, el sueño de Kennedy se cumplió póstumamente. Se dio un pequeño paso y la humanidad dio un gran salto. Los "Nuevos Nueve" habían cumplido su misión.

"Houston, tenemos un problema"

En abril de 1970, Lovell, Jack Swigert y Fred Haise estaban decididos a seguir los pasos de Armstrong y Aldrin hacia la superficie lunar en el Apolo 13.

Pero las cosas salieron muy mal.

Estaban a 320.000 kilómetros de la Tierra y acercándose a su objetivo cuando detectaron baja presión en un tanque de hidrógeno. Era necesario agitarlo para evitar que el gas superfrío se asentara en capas.

Swigert activó el interruptor. Debería haber sido un procedimiento rutinario, pero el módulo de mando, Odyssey, se sacudió. La presión de oxígeno cayó y la energía se apagó.

"Creo que tenemos un problema aquí", dijo Swigert.

Lovell tuvo que repetir el mensaje para un atónito Control de Misión: "Houston, tenemos un problema".

Fue una de las mayores subestimaciones de todos los tiempos.

La tripulación estaba en serios problemas: una explosión dramática había dejado inutilizada su nave.

Los controladores de vuelo de la NASA intentan hacer que el averiado Apolo 13 regrese a la Tierra.

Getty Images
Los controladores de vuelo de la NASA intentaron hacer que el averiado Apolo 13 regresara a la Tierra.

Haise y Lovell trabajaron frenéticamente para activar el módulo lunar, Aquarius.

No estaba diseñado para usarse hasta llegar a la Luna. No tenía escudo térmico, por lo que no podía utilizarse para reingresar a la atmósfera terrestre. Pero podía mantenerlos con vida hasta entonces.

El mundo contuvo el aliento y observó.

Por segunda vez, Lovell había unido al mundo como uno solo.

"Durante cuatro días", dijo Marilyn, "no sabía si era esposa o viuda".

Las temperaturas cayeron hasta el punto de congelación, y debieron racionar la comida y el agua.

Pasaron días antes de que regresaran lentamente a los límites de la atmósfera terrestre.

Volvieron a bordo del Odyssey y rezaron para que el escudo térmico no estuviera dañado.

El silencio de radio que acompaña al reingreso se prolongó mucho más de lo normal. Millones miraban por televisión, muchos convencidos de que todo estaba perdido.

Después de seis minutos agonizantes, la voz de Swigert rompió el silencio.

El equipo en Tierra contuvo la respiración hasta que los paracaídas se desplegaron y la tripulación llegó a salvo.

La misión fue el mayor fracaso de la NASA y, sin duda, su hora más gloriosa.

Astronautas del Apolo 13 esperan ser rescatados en una balsa. La cápsula espacial se ve detrás de ellos y un helicóptero sobrevuela.

Getty Images
Jim Lovell, Fred Haise y Jack Swigert fueron rescatados en el océano Pacífico tras su dramática odisea.

Lovell se retiró de la Marina en 1973 y optó por una vida tranquila.

Su libro, Apollo 13, se convirtió en la famosa película de 1995, protagonizada por Tom Hanks como Jim Lovell.

Para el filme, el director le pidió que se vistiera como almirante para una escena en la que estrechaba la mano de Hanks cuando la tripulación era rescatada del mar.

Pero el viejo héroe no aceptó. No veía razón para adornar falsamente su currículum.

Sacó su viejo uniforme de la Marina, lo desempolvó y se lo puso para la aparición especial.

"Me retiré como capitán", insistió, "y capitán seguiré siendo".

""

BBC

Haz clic aquí para leer más historias de BBC News Mundo.

Suscríbete aquí a nuestro nuevo newsletter para recibir cada viernes una selección de nuestro mejor contenido de la semana.

También puedes seguirnos en YouTube, Instagram, TikTok, X, Facebook y en nuestro nuevo canal de WhatsApp.

Y recuerda que puedes recibir notificaciones en nuestra app. Descarga la última versión y actívalas.

!function(s,e,n,c,r){if(r=s._ns_bbcws=s._ns_bbcws||r,s[r]||(s[r+"_d"]=s[r+"_d"]||[],s[r]=function(){s[r+"_d"].push(arguments)},s[r].sources=[]),c&&s[r].sources.indexOf(c)<0){var t=e.createElement(n);t.async=1,t.src=c;var a=e.getElementsByTagName(n)[0];a.parentNode.insertBefore(t,a),s[r].sources.push(c)}}(window,document,"script","https://news.files.bbci.co.uk/ws/partner-analytics/js/fullTracker.min.js","s_bbcws");s_bbcws('syndSource','ISAPI');s_bbcws('orgUnit','ws');s_bbcws('platform','partner');s_bbcws('partner','acento.com.do');s_bbcws('producer','mundo');s_bbcws('language','es');s_bbcws('setStory', {'origin': 'optimo','guid': 'cz60gjve1ygo','assetType': 'article','pageCounter': 'mundo.articles.cz60gjve1ygo.page','title': '"Houston, tenemos un problema": muere Jim Lovell, el heroico astronauta que logró llevar al Apolo 13 a salvo de regreso a la Tierra','author': 'Redacción – BBC News Mundo','published': '2025-08-08T23:25:21.242Z','updated': '2025-08-08T23:25:21.242Z'});s_bbcws('track','pageView');

BBC News Mundo

La British Broadcasting Corporation (Corporación Británica de Radiodifusión) es el servicio público de radio, televisión e internet de Reino Unido, con más de nueve décadas de trayectoria. Es independiente de controles comerciales y/o políticos y opera bajo un estatuto real que garantiza dicha independencia. La BBC cuenta con una red de más de 250 corresponsales en territorio británico y más de 100 ciudades capitales de todo el mundo.

Ver más