La ambliopía, conocida como ojo vago, requiere detección temprana y tratamiento oportuno para evitar discapacidad visual permanente, advirtió el doctor Víctor Cabrera.
Para conmemorar el Día Mundial de la Ambliopía, el doctor Cabrera realizó el 15 de octubre una jornada de evaluaciones gratuitas en el colegio Padre Julio Silla, Santo Domingo Oeste, dirigida a niños de 3 a 8 años, con el objetivo de concienciar y detectar casos tempranos.
Según el médico, la ambliopía se define como la pérdida de visión en uno o ambos ojos por falta de uso durante el periodo crítico del desarrollo visual en la infancia, cuando el cerebro visual deja de “aprender” a ver correctamente.
Entre las causas más comunes se identifican los defectos refractivos no corregidos (hipermetropía, miopía, astigmatismo), el estrabismo y alteraciones oculares que impiden el estímulo visual, como cataratas congénitas o ptosis palpebral.
La prevalencia global estimada por metanálisis ronda el 1,44 %, con cifras absolutas que en 2019 situaron a cerca de 99,2 millones de personas afectadas, según estudios epidemiológicos.
La ambliopía tiene repercusiones educativas, cognitivas y laborales a largo plazo, y se considera que hasta un 80 % de la discapacidad visual podría evitarse con intervenciones oportunas.
Una dificultad clínica es que la ambliopía suele ser asintomática, dado que el ojo sano compensa la visión, lo que retrasa la sospecha y reduce la ventana de éxito terapéutico.
Se deben vigilar señales de alerta como estrabismo, acercarse mucho a objetos o pantallas, entrecerrar un ojo, inclinar la cabeza, quejas de visión borrosa o dificultades en la coordinación motora.
Las recomendaciones del especialista incluyen valoraciones desde el primer mes de vida, una evaluación crítica entre 3 y 4 años y exámenes periódicos durante la infancia para maximizar la eficacia del tratamiento.
Las estrategias terapéuticas buscan corregir la causa y estimular el ojo afectado mediante oclusiones (parche), penalización farmacológica u óptica y actividades de estimulación visual, con mejores resultados cuanto más temprano se inicie el tratamiento.
“El diagnóstico oportuno puede transformar un ojo que iba a perder visión en uno con posibilidades reales de desarrollo funcional”, afirmó el doctor Cabrera al instar a pediatras, docentes y autoridades a priorizar la educación y la detección tempranas.
El doctor Víctor Cabrera es oftalmólogo dedicado a la prevención y educación comunitaria en salud visual en República Dominicana, con énfasis en reducir la discapacidad visual evitable mediante programas de detección y tratamiento.
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