El ex mandatario filipino Rodrigo Duterte fue detenido el martes 11 de marzo tras aterrizar en el aeropuerto de Manila en aplicación de una orden de detención emitida por la Corte Penal Internacional (CPI) por su mortífera guerra contra las drogas.
El ex presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, fue detenido el martes en el aeropuerto de Manila en aplicación de una orden de detención emitida por la Corte Penal Internacional (CPI), que lo sospecha de crímenes contra la humanidad en relación con su mortífera guerra contra las drogas.
Las organizaciones de derechos humanos estiman que decenas de miles de hombres, en su mayoría pobres, fueron asesinados por la policía y grupos parapoliciales, a menudo sin pruebas de que estuvieran relacionados con las drogas. La CPI ha abierto una investigación sobre esta campaña, iniciada en 2016, que considera que puede constituir un crimen contra la humanidad.
Actualmente detenido
“A primera hora de esta mañana, Interpol Manila ha recibido la copia oficial de una orden de detención emitida por la CPI”, ha informado la Presidencia en un comunicado. “Actualmente se encuentra detenido”. “El ex presidente y su grupo se encuentran en buen estado de salud y están siendo examinados por los médicos”, continuó la misma fuente.
El ex mandatario, de 79 años, regresaba de un breve viaje a Hong Kong y acababa de aterrizar en el aeropuerto internacional de Manila. En un discurso ante miles de trabajadores filipinos en Hong Kong el domingo, el expresidente (2016-2022) había condenado la investigación, calificando a los investigadores de la CPI de “hijos de puta”, al tiempo que admitía que “aceptaría” su eventual detención.
Filipinas se retiró de la CPI en 2019 por orden suya, pero el tribunal con sede en La Haya (Países Bajos) ha dicho que mantendrá la jurisdicción sobre los asesinatos que tuvieron lugar antes de la retirada del país, así como los asesinatos en la ciudad de Davao, cuando Rodrigo Duterte era alcalde de la localidad antes de convertirse en presidente.
Miles de muertos
Más de 6.000 personas han muerto en operaciones antidroga durante la presidencia de Duterte, según cifras oficiales publicadas por Filipinas. Los fiscales de la CPI cifran el número de muertos entre 12.000 y 30.000.
El ex presidente sigue siendo un hombre muy popular para muchos filipinos que apoyaron sus soluciones rápidas a la delincuencia. Sigue siendo una poderosa fuerza política y aspira a recuperar su puesto de alcalde en las elecciones de mitad de mandato de mayo.
Rodrigo Duterte, que se autodenomina asesino, ha dado instrucciones a sus agentes de policía para que disparen mortalmente a presuntos narcotraficantes si sus vidas corren peligro. En octubre defendió con firmeza su mortífera guerra contra las drogas, en el marco de su comparecencia ante el Senado, que está investigando los asesinatos a gran escala cometidos durante este periodo. “No cuestionen mis políticas, porque no tengo excusas ni pretextos. Hice lo que tenía que hacer y, lo crean o no, lo hice por mi país”, dijo Rodrigo Duterte.
(Con AFP)
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