Malas noticias para Ecuador, el primer exportador mundial de bananos. Se ha detectado oficialmente la enfermedad denominada TR4. Esto significa que el hongo responsable probablemente entró en el país hace ya varios meses. Esta alerta sanitaria se está tomando muy en serio en un sector que no se ha librado de las últimas crisis geopolíticas, logísticas y climáticas, y refuerza la postura de quienes abogan por una mayor diversidad de variedades.
Un informe de Marie-Pierre Olphand
Las plantaciones de bananos no se verán diezmadas en los próximos meses, pero la llegada de la TR4 (Fusariosis tropical raza 4) es una noticia grave, ya que no existe tratamiento posible. La única solución es la protección, mediante un control muy estricto de las superficies afectadas, para que la enfermedad no se propague a otras zonas.
“Esto implica instalar vallas alrededor de las zonas afectadas y desinfectar todo lo que entra y sale de las plantaciones, ya sean palas, zapatos o incluso las ruedas de los vehículos agrícolas”, explica en concreto Denis Loeillet, economista del sector en el CIRAD (Centro de Cooperación Internacional en Investigación Agronómica para el Desarrollo).
En Perú, donde la enfermedad apareció en 2021, las medidas no fueron suficientes y se abandonaron zonas enteras de cultivo, lo que provocó una disminución de la producción y el contagio actual en Ecuador. En otros lugares, como Colombia o Filipinas, se ha aprendido a convivir con ella, lo que demuestra que hay formas de actuar para evitar lo peor.
Sin impacto a corto plazo en el suministro
Ecuador comercializa cada año entre 6 y 7 millones de toneladas de bananos, lo que equivale al consumo anual de los 27 países europeos y el Reino Unido. Una enfermedad que afecta a un gigante que alimenta al mundo es motivo de preocupación, pero el futuro dependerá de la velocidad de propagación de la epidemia. A priori, a corto plazo, el efecto no debería ser significativo en cuanto a volúmenes, ya que el abastecimiento mundial estará ampliamente garantizado, pero no se puede descartar un efecto en los precios.
“Las medidas de bioseguridad que se deben aplicar con carácter urgente aumentarán los costes de producción”, explica el experto del CIRAD.
La gran distribución tendrá dificultades para ignorar la situación en las próximas negociaciones y probablemente se verá obligada a comprar bananos a un precio más alto y, tal vez, a revenderlos también a un precio más elevado.
Los límites del Cavendish
Antes de Ecuador, 25 países productores ya se habían visto afectados por esta enfermedad, pero la llegada del TR4 a Ecuador se percibe como un hito importante en el sector, que probablemente cambiará las reglas del juego. Es una señal de que tal vez sea el momento de diversificar las variedades o de trabajar en la resistencia del banano Cavendish, que domina el mercado desde la década de 1960, pero que hoy en día, en Ecuador, muestra un poco más su vulnerabilidad.
Esta es precisamente la misión que se ha fijado en Francia el CIRAD, a través de la iniciativa Bana+, un proyecto de 7,5 millones de euros cuyo objetivo es ofrecer variedades resistentes a la cercosporiosis negra y al TR4, dos de las principales enfermedades fúngicas que atacan al banano.
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