No hay un tercer atacantes: los dos hombres que abrieron fuego eran un padre y su hijo, de 50 y 24 años. El padre, Sajid Akram, fue abatido por la policía, mientras que el hijo, herido por los disparos, se encuentra hospitalizado. El padre tenía permiso para portar armas y poseía seis armas de fuego, todas ellas incautadas durante un registro en su domicilio, según informa nuestro corresponsal en Sídney, Grégory Plesse. Aún se desconocen los motivos de los agresores y, según la policía, el ataque no parece haber sido premeditado.
Banderas del Estado Islámico
Según la cadena pública ABC, los servicios de inteligencia australianos ya se habían interesado por el perfil del hijo, Naveed Akram, sospechoso de mantener estrechos vínculos con un miembro del grupo Estado Islámico detenido y condenado en 2019 por preparar un atentado en Australia. Los investigadores antiterroristas estiman que los dos atacantes habrían jurado lealtad a la organización yihadista. Se habrían encontrado dos banderas del EI en su vehículo.
El jefe de inteligencia interna, Mike Burgess, indicó que uno de los tiradores era “conocido por nuestros servicios, pero no como una amenaza inmediata”. Sin embargo, la policía de Nueva Gales del Sur afirma no poder confirmar la información difundida por la ABC.
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En sus declaraciones a la prensa australiana, la madre y la esposa de los dos sospechosos se niegan a creer en su culpabilidad. El día del ataque, los dos hombres le “dijeron que se iban a pescar” el fin de semana. “No tiene armas de fuego”, declaró al Sydney Morning Herald sobre su hijo. Ni siquiera sale. No se junta con sus amigos. No bebe, no fuma, no va a lugares de mala reputación. Va al trabajo, vuelve a casa, hace deporte y eso es todo. Todo el mundo soñaría con tener un hijo como el mío. Es un buen chico”. Sajid Akram era propietario de una frutería y su hijo era albañil y estaba buscando trabajo después de haber sido despedido dos meses antes.
"Un ataque contra los judíos australianos"
Por su parte, el primer ministro australiano, Anthony Albanese, declaró en un discurso televisado que fue "un ataque dirigido contra los judíos australianos", durante Janucá, una festividad conocida como la Fiesta de las Luces, que debió ser "un día de alegría".
Albanese posteriormente propuso endurecer las leyes contra la tenencia de armas, luego de que la policía confirmara que uno de los atacantes tenía licencia para poseer seis armas de fuego.
Entre los muertos se encuentra Eli Schlanger, nacido en Londres, padre de cinco hijos de 41 años que se desempeñaba como rabino asistente en el centro cultural judío Chabad de Bondi, contó su primo al medio británico Jewish News.
"¿Cómo puede un rabino alegre que fue a una playa a difundir felicidad y luz, a hacer del mundo un lugar mejor, perder la vida de esta manera?", dijo el rabino Zalman Lewis.
La cancillería francesa informó que un ciudadano del país murió en el ataque.
Dirigentes del mundo condenaron el tiroteo, desde Europa a Estados Unidos donde el presidente, Donald Trump, declaró que se trató de un acto "puramente antisemita".
El primer ministro, Benjamin Netanyahu, reprochó a Australia haber reconocido al Estado palestino.
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