De haber nacido en los años del 1700, me hubiera gustado ser pirata (pata de palo, parche en el ojo izquierdo, una jarra de vino y un rapto de doncella aristócrata por semana). De haber nacido en los años del 1600, hubiera escogido ser miembro distinguido de la corte del Rey Sol (un canto de motete bajo cada ventana y una aceptación de que este planeta seguía siendo cuadrado). De haber nacido en los años veinte del siglo veinte, me hubiera gustado acompañar a Gardel en sus parrandas, saludar a Capone y ser testigo de las primeras luces de Charles Chaplin… (Observen que en ningún momento hablo de escribir una columna periodística diaria).
Soy periodista con licenciatura, maestría y doctorado en unos 17 periódicos de México y Santo Domingo, buen sonero e hijo adoptivo de Toña la Negra. He sido delivery de panadería y farmacia, panadero, vendedor de friquitaquis en el Quisqueya, peón de Obras Públicas, torturador especializado en recitar a Buesa, fabricante clandestino de crema envejeciente y vendedor de libros que nadie compró. Amo a las mujeres de Goya y Cezanne. Cuento granitos de arena sin acelerarme con los espejismos y guardo las vías de un ferrocarril imaginario que siempre está por partir. Soy un soñador incurable.