“Hay un país en el mundo/ colocado/ en el mismo trayecto del sol./ Oriundo de la noche./ Colocado/ en un inverosímil archipiélago/de azúcar y de alcohol./ Sencillamente
liviano,/ como un ala de murciélago/ apoyado en la brisa./ Sencillamente claro,/ como el rastro del beso en las solteronas antiguas/ o el día en los tejados”…(Por estos versos empezamos a saber que República Dominicana es mucho más que un espacio de mentiras continuas; un ámbito de sueños imposibles y un compromiso de lucha para todas sus generaciones. Por esos versos Pedro Mir desde siempre ha merecido un espacio en el Panteón Nacional que hasta hoy se le ha negado).
Soy periodista con licenciatura, maestría y doctorado en unos 17 periódicos de México y Santo Domingo, buen sonero e hijo adoptivo de Toña la Negra. He sido delivery de panadería y farmacia, panadero, vendedor de friquitaquis en el Quisqueya, peón de Obras Públicas, torturador especializado en recitar a Buesa, fabricante clandestino de crema envejeciente y vendedor de libros que nadie compró. Amo a las mujeres de Goya y Cezanne. Cuento granitos de arena sin acelerarme con los espejismos y guardo las vías de un ferrocarril imaginario que siempre está por partir. Soy un soñador incurable.