Un país de luto

A raíz del lamentable hecho ocurrido en la madrugada del martes y que ha consternado a toda la sociedad dominicana, esta columna, el autor y la Sociedad Dominicana de Radio Aficionados, se unen al dolor inmenso que embarga hoy a nuestro país.

Nos solidarizamos profundamente con todas las familias que han sido afectadas por esta tragedia, y con todos aquellos que hoy sufren una pérdida irreparable. No existen palabras suficientes para aliviar la magnitud de su pérdida, pero sí existe un sentimiento unánime de solidaridad que nos une como sociedad en este difícil momento.

Vayan también nuestras plegarias y agradecimiento infinito a los cientos de hombres y mujeres que de una manera u otra han dedicado largas horas de esfuerzo y trabajo incansables para ayudar en el proceso de búsqueda y rescate y atención a las personas afectadas por este lamentable hecho. Su esfuerzo, sacrificios y entrega no pasan desapercibidos. Una vez más se demuestra que la República Dominicana es un pueblo solidario en los momentos más difíciles.

Que en medio de este duelo encontremos refugio en la promesa eterna del Salmo 34:18: ’Cercano está Jehová a los quebrantados de corazón; y salva a los contritos de espíritu.'

Nuestros pensamientos y condolencias están con todas las víctimas y sus seres queridos. Compartimos su tristeza y elevamos nuestras oraciones para que Dios, en su infinita misericordia, les de paz y conformidad en estos momentos difíciles.