Y ahora para terminar, con esta reseña significativa de lo que fue el importante evento Sanando las Raíces, organizado y dirigido como ya hemos mencionado por la Fundación Caribewak y su directora Soraya Franco, les comentaremos sobre las interesantes y enriquecedoras actividades de cierre del evento a las que tuvimos la oportunidad de asistir. La primera de ellas, la conferencia de cierre que dictó el arqueólogo francés André Delpuech, conservador general francés de Patrimonio e investigador del Centro Alexandre Koyré de la Escuela de Altos Estudios de Ciencias Sociales de París, titulada “Un desafío para los museos europeos: Política, práctica y ética en tiempos postcoloniales”. En esta conferencia, Delpuech expone una reflexión sobre cómo se mantienen las relaciones de dominio en los países colonizadores hacia los colonizados, mediante la pertenencia de objetos y valores culturales extraídos a sus poblaciones de origen en tiempos de la colonización, para ser llevados y expuestos como “curiosidades” en colecciones privadas de familias aristocráticas y de la realeza europea. Objetos y piezas etnográficas y culturales que han sido reclamadas mediante batallas políticas y diplomáticas, en devolución a sus pueblos de origen, sin que muchos hayan tenido éxito en su reclamo, como lo ha sido nuestro país por el Cemí de Algodón, secuestrado en el Museo de Turín, ya mencionado.
De igual forma, según las fuentes consultadas, el interés en las piezas precolombinas ha provocado la proliferación de actividades económicas, tanto informales como de comerciantes ilícitos, de personas llamadas “huaqueros” (proveniente de la palabra “huaca”, que en aymara y quechua designa un lugar sagrado en los Andes), saqueadores de tumbas que llevan a cabo excavaciones clandestinas en varios países de Abya Yala y con vastos vestigios culturales y arqueológicos de importancia. Como explica nuestro especialista, estas excavaciones clandestinas privan a los arqueólogos de datos esenciales para analizar, entender y descifrar las culturas y civilizaciones ya desaparecidas, las cuales se realizan actualmente mediante el saqueo de sitios arqueológicos, donde dejan grandes cráteres, llevando a cabo grandes masacres, destruyendo de manera irremediable, fuentes únicas de información, sobre las culturas que en esos lugares han vivido y se han desarrollado. En su conferencia, el arqueólogo André Delpuech hace también alusión a la problemática surgida debido al reclamo de las comunidades ancestrales a quienes les fueron esquilmadas estas piezas de su acervo cultural, y a la arrogancia del europeo al guardarse para sí esos tesoros culturales, que no les pertenecen. Nos confirma en su exposición al mostrar esas posiciones, que los europeos se han sentido con el derecho de propiedad sobre los bienes y tesoros culturales esquilmados, así como al dominio y sentimiento de superioridad por los resultados obtenidos con la sangrienta colonización.
Otra actividad muy interesante, atractiva e importante, fue la visita guiada “La historia por contar”, un recorrido que llevamos a cabo por lugares emblemáticos y significativos de nuestra historia silenciada, en la Zona Colonial, porque por eso así se llama, la historia por contar, que no hemos contado, que desconocemos y a la cual nos obligan a dar la espalda. Es la historia de los esclavizados africanos que entraron por la puerta ubicada detrás del palacio llamado Alcázar de Colón. Por allí, hacia el denominado Barrio Santa Bárbara se guardaba a las personas que habían sido arrancadas de su África natal, de sus familias y comunidades, para traerlos, óigase bien, traerlos, para ser esclavizados en esta isla y en otros territorios de Abya Yala colonizada. Luego de conversar sobre la llegada de estas personas, caminamos hacia donde están las ruinas del llamado Hospital San Nicolás de Bari. Resulta que, en ese lugar, en una pequeña choza tenía su “consultorio” una esclavizada africana con amplios y profundos conocimientos del uso de plantas medicinales con fines curativos. A ella acudían las poblaciones de esclavizados a sanar sus males. Y para borrar y eliminar de la memoria, de la historia y de la realidad de aquella labor de sanación que llevó a cabo la Negrera, los colonizadores tumbaron su sencilla choza y construyeron sobre su espacio ese hospital Nicolás de Bari, del cual solo quedan sus mudos muros, como muestra de la imposición de los colonizadores sobre los colonizados.
Última parada del recorrido, por supuesto, el Parque Colón y la estatua que honra al magnánimo promotor de la destrucción de las poblaciones y las culturas de nuestra isla, de gran parte de las islas del Mar Caribe, así como también de otras regiones del norte, centro y sur de nuestra Abya Yala, señor Cristóbal Colón. Y tuvimos la oportunidad de dar otra mirada a esta estatua y su composición escultórica. El colonizador señala al parecer en otras direcciones donde se encontraron mayores riquezas y más poblaciones para esclavizar. En el conjunto escultórico se representa a la Reina Anacaona, cuyo nombre en lengua iñeri, significa “incesable valor”, y quien fuera cacica y gobernadora del cacicazgo de Xaragua, tras la muerte de su hermano Bohechío, así como también esposa del cacique del cacicazgo de Maguana, Caonabo. Y siendo ella una persona de su rango, y de su valentía al haber enfrentado a los colonizadores dejados por Colon en el Fuerte de la Navidad, en la Bahía que hoy se denomina Luperón, se la representa de la manera más vil y degradante a los pies del colonizador. Se nos explica que esta composición escultórica nos representa a una Anacaona completamente contraria a la que fue en realidad, una Anacaona en posición de adoración y reverencia al colonizador, en actitud de aceptación a una posición servil frente al invasor europeo. Tal cual como se sigue manteniendo a la población afrodescendiente de los esclavizados, de manera que siga siendo posible y fácil su dominación.
Como actividad final, el evento Sanando las Raíces cerró con broche de oro con una visita a las Cuevas del Pommier, en un “reencuentro con la memoria: el territorio como archivo”, así como lo leen, de forma literal. A través de los relatos de Domingo Abreu Collado, espeleólogo y estudioso de las manifestaciones rupestres de nuestro país, hicimos un maravilloso recorrido observando las pictografías que han dejado como testimonio de sus culturas, los pueblos que han hecho vida en estas cuevas antes de la llegada de los colonizadores. Pudimos observar diferentes rituales, manifestaciones de ciclos y procesos naturales a través de representación de animales simbólicos, los cuales manifestaban por su conducta conocimientos sobre la estructura de las cuevas, como, por ejemplo, la ubicación de espacios y la posibilidad de entradas y salidas del lugar. De igual forma se observan manifestaciones de rituales de diversa índole, que nos habla de forma viva sobre las riquezas y conocimientos culturales de esos pueblos.
Como ya les había mencionado al referir sobre la conferencia que dictara el señor Abreu Collado, tuvimos la oportunidad de ver las manifestaciones culturales del contacto de las culturas locales, llamadas tainas, con las culturas arawacas, nahuas, incas y mayas que confluyeron durante siglos en nuestras islas del Caribe como su territorio ancestral. Significativa fue la presencia en el grupo de Maná Shanenawá, lo cual sirvió para compartirnos sus conocimientos y experiencias, lo que pueden ver sus ojos que no habían podido ver los nuestros, en la composición y estructura de las rocas manipuladas, donde nos muestra al habitante local en contacto e intercambio con el jaguar, así como otras manifestaciones compartidas entre los expertos, y sobre lo cual, cuando volvamos, podremos tener información.
Por último, tuvimos la maravillosa oportunidad de participar en cantos, bailes y música rituales y ceremoniales y de sanación, en una celebración de alegría y amor compartido, y sobre todo de una gran valoración espiritual y emocional de nuestra herencia cultural que hacemos presente con esa celebración.
Ahora quiero regresar, luego de este recorrido por esta magnífica experiencia de adquisición y ampliación de conocimientos al título que he puesto para estas reseñas: Sanando, descubriendo o recuperando nuestras raíces: ¿cuál de todas? Porque me parece que es una reflexión necesaria, toda vez que hemos tenido una historia tan tortuosa y difícil, en la cual hemos tenidos muchas pérdidas y tragedias que debemos sanar, sí, pero de igual forma descubrir y recuperar. Descubrir toda la verdad sobre los hechos históricos ocurridos que nos aportan este presente que vivimos con opresión, negación y vulneración de nuestra maravillosa identidad, de nuestros derechos a ser quienes queremos ser y como queremos ser. Y es la razón de la convocatoria para reflexionar, porque necesitamos sanar nuestras raíces, pero también descubrirlas y recuperarlas. Y es una tarea que continuaremos llevando a cabo. Sin lugar a dudas.
Fuentes consultadas:
https://www.ecoledulouvre.fr/fr/annuaire-recherche/delpuech-andre
https://shs.cairn.info/publications-de-Andr%C3%A9-Delpuech–65359?lang=es
https://es.wikipedia.org/wiki/Anacaona
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