En declaraciones recientes, el presidente Luis Abinader destacó que el país ocupa el segundo lugar en conectividad aérea en América Latina, logro que no es fortuito, sino resultado de una continuidad de políticas de Estado sostenidas a lo largo de los años. Es cierto que bajo su administración el crecimiento del sector ha sido continuo, y es que esta ecuación ha sido el motor de una historia de éxito que hoy celebra uno de sus capítulos más notables.

Sin embargo, en el sector turístico, pocas preguntas resumen mejor la relación entre la aviación y el desarrollo de la industria que esta: ¿quién vino primero, el huevo o la gallina? La conectividad aérea y el turismo se necesitan mutuamente; sin vuelos no hay viajeros, y sin viajeros, no hay vuelos que despeguen.

En los últimos años, según informó el presidente durante su encuentro semanal con la prensa, las rutas aéreas pasaron de 878 en 2020 a 1096 en 2025, y ya se han aprobado 1310 nuevas rutas, de las cuales el 88% están activas.

El país cuenta hoy con 365 aerolíneas activas, incluyendo 13 nacionales, lo que representa un incremento del 365% en asientos disponibles para aerolíneas locales. Y a la fecha se han suscrito 50 de los 73 acuerdos bilaterales de aviación y modernizado aeropuertos estratégicos como Punta Cana, El Cibao y Las Américas, con una inversión privada estimada en 700 millones de dólares.

Un dato de primordial importancia es que el país mantiene la Categoría 1 de la FAA y un 86.19% de cumplimiento de la OACI, situándose entre los más seguros de la región.

Hace casi dos décadas, el país inició una transformación firme en nuestra aviación civil. La creación del Instituto Dominicano de Aviación Civil (IDAC) mediante la Ley 491-06 fue el punto de partida de un proceso que requería visión, institucionalidad y constancia. Posteriormente, la implementación de impuestos especiales aplicados a los boletos aéreos permitió financiar los fondos necesarios para la modernización del sector y para alcanzar una vieja aspiración: el acuerdo de “Cielos Abiertos” con Estados Unidos.

Este acuerdo, firmado finalmente en agosto de 2024, marcó un antes y un después: tras más de 25 años de negociaciones, República Dominicana entró al grupo de países con un transporte aéreo liberalizado. Esto abrió nuevas oportunidades para aerolíneas nacionales e internacionales, reduciendo costos y ampliando las rutas hacia Estados Unidos, nuestro principal mercado emisor de turistas.

La expansión de rutas no ocurre por coincidencias o buena suerte. Para que una aerolínea planifique una nueva ruta, el destino debe gestionarla y crear la demanda. Es decir, la oferta de vuelos crece en función de la demanda turística. Por eso, la promoción internacional sostenida del país durante más de dos décadas ha sido clave. Campañas permanentes en mercados emisores como Estados Unidos, Canadá, España, Francia, Alemania, Inglaterra, Italia y Suramérica, posicionaron nuestro destino y sentaron las bases para el auge actual.

El inicio de vuelos directos de prestigiosas líneas aéreas como JetBlue, Aeroméxico y British Airways, la expansión de rutas de Air France, Iberia, Air Europa, entre otras, fueron posibles gracias al trabajo en colaboración del sector público y privado, quienes apoyaron a las líneas con significantes campañas de publicidad con el objetivo de crear la demanda necesaria para el establecimiento de los vuelos.

Si bien el Estado y el sector privado avanzan juntos en la modernización de aeropuertos, la construcción de nuevas terminales —como la de Cabo Rojo, en Pedernales— y la expansión de la capacidad operativa de las principales terminales del país, es imprescindible que se trabaje conscientemente en dos estrategias fundamentales: estas son la planificación del crecimiento sostenible de la oferta hotelera y la necesaria programación del aumento de la demanda. En cinco años contaremos con nuevos destinos turísticos internos como Miches, Punta Bergantín y Cabo Rojo en Pedernales, que, junto a los destinos ya tradicionales, podría significar el incremento de unas 20,000 habitaciones hoteleras más de las disponibles actualmente (ya son más de 90,000). Por lo tanto, el verdadero éxito de los destinos dependerá del crecimiento de la demanda.

Está comprobado que detrás de cada vuelo que aterriza hay décadas de trabajo institucional, de políticas públicas coherentes, de técnicos, diplomáticos y promotores que entendieron que sin conectividad aérea no hay turismo. Pero también hay una enseñanza: el turismo es el potente motor que impulsa la aviación. Lo que comenzó como una apuesta por abrir cielos hoy se traduce en prosperidad, empleo y orgullo nacional.

Magaly Toribio

Mercadóloga y Hotelera

Magaly Toribio, Hotelera y mercadóloga por convicción, politóloga para intentar entender el mundo, amante de las palabras y la buena lectura. Ex- viceministra de turismo, reconocida en múltiples ocasiones por los principales gremios del sector turístico nacional e internacional. Experta en marketing turístico y gestión sostenible de destinos turísticos. Investigadora, académica y consultora privada de empresas, universidades y destinos turísticos. Presidente de la empresa TARGET Consultores de Mercadeo y creadora de la primera empresa del país suplidora de soluciones de movilidad para turistas con discapacidad, Scooters DR.

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