La Antigua Orden Dominicana, la expresión más estridente del antihaitismo visceral de la ultraderecha dominicana, tiene en programada otra movilización para el miércoles 23 de julio. Esta vez en las inmediaciones del Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP).
La frecuencia con que esta organización neofascista monta sus movilizaciones (Hoyo de Friusa, en marzo; Palacio Nacional, en abril; Congreso Nacional, en mayo) me mueve a hacerme esta pregunta: ¿De dónde saca la plata para mantener ese ritmo en la realización de sus actividades?
Para llevar a cientos de personas a una movilización no basta la capacidad movilizadora de sus organizadores. Se requiere también de recursos para cubrir el costo de su montaje.
- Alquiler de quipos, amplificadores, bocinas, micrófonos, etc.
- Transporte, gastos de desplazamiento de los organizadores y los participantes.
- Publicidad, afiches, volantes, publicidad en línea.
- Relaciones públicas, comunicados de prensa, contactos con los medios, etc.
- Servicios profesionales, creación y gestión de sitio web o redes sociales.
- Seguridad, vigilantes, encargados del orden.
- Otros gastos, alimentos y refrigerios para organizadores, voluntarios y participantes, etc.
Nada de esto cae del cielo. Días antes a la movilización del Hoyo de Friusa, oficiales retirados, de tendencia neofascista, promocionaron la marcha en espacios televisivos y en las redes sociales. De seguro que no son los únicos detrás de esta organización, tiene que haber más gente.
En Europa, es bien conocido el modo de financiación de la ultraderecha. El Ressemblement national français (Agrupación Nacional Francesa), La Liga, en Italia, el Fidesz, en Hungría, y el Ukip, británico, son financiados por los grandes multimillonarios de esos países.
Es a golpe de millones que estas organizaciones han logrado vender su discurso contra las “élites” en el poder y presentarse como defensores de los trabajadores y los pobres, siempre que sean nativos blancos, por su puesto.
Hasta ahora, la retórica antiinmigrante de estas organizaciones ha dado buenos resultados electorales en Francia y Alemania, pasando por Italia, Hungría, Austria, Dinamarca y Países Bajos.
Veamos quiénes son estos ultranacionalistas, “antiélites” y “defensores” de los pobres.
Viktor Orban, primer ministro húngaro, tiene como amigo personal y soporte financiero a uno de los hombres más ricos de Hungría, Lórinc Mészáros, que ha construido su fortuna gracias a los contratos públicos que le ha otorgado el gobierno de Orban. La familia de Oban es objeto de varias investigaciones de organizaciones antifraudes europeas por malversación de fondos públicos.
El partido ultraderechista FPÖ, de Austria, es también objeto de investigaciones anticorrupción y malversación de fondos públicos.
El partido de ultraderecha AFD, de Alemania, está en la palestra pública por un affaire de financiamientos ilegales, provenientes de multimillonarios alemanes que viven en Suiza.
En Italia, un secretario de Estado, proveniente de La Liga, dimitió por acusaciones de corrupción. Se demostró que recibió soborno de hombres de negocio vinculados a la mafia siciliana.
La mayoría de estos partidos tienen también estrechos lazos con el poder ruso. En 2017, La Liga firmó un acuerdo de cooperación con el partido de Putin. También el FPÖ austríaco, la AFD alemana, el Fidesz húngaro y la Agrupación Nacional de Francia, que recibió un generoso préstamo de los rusos.
Estos son los “antiélites” y “defensores” de los trabajadores y los pobres europeos.
En Estados Unidos, donde el dinero es el motor de las campañas electorales, Donald Trump fue llevado al poder por un sector de la oligarquía tecnológica, con Elon Musk a la cabeza. Musk se siente hoy traicionado por su socio, pero Trump sigue ahí para defender los intereses de los multimillonarios, aunque no sean necesariamente los de Musk.
Los ricos más reaccionarios del país están al tanto de esta dinámica y saben que tienen que moverse y soltar los pesos para llevar a sus yes man al poder.
Los pírricos resultados electores de los partidos de ultraderecha, Fuerza Nacional Progresista, Esperanza Democrática, del nieto de Trujillo, entre otros, parece que están moviendo a los ricos de ultraderecha a buscar nuevas opciones, con más capacidad para traducir sus posiciones políticas en resultados electoras, y, para esto, qué mejor instrumento que un grupo neofascista antiinmigrante, que tiene hoy la limitación de estar encabezado por un joven semianalfabeto, pero que una vez fortalecida la opción, puede ser perfectamente reemplazado por alguien más presentable.
Los dominicanos tienen derecho a saber quiénes están detrás de esta trama. Corresponde al periodismo de investigación, identificarlos, señalarlos con sus nombres y apellidos.
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