Estas respuestas nacen de una profunda reflexión personal y del diálogo sincero con mi familia, que siempre ha sido mi sostén y mi inspiración. No son aspiraciones individuales, sino convicciones que surgen de una vida dedicada a la universidad y a la sociedad que le da sentido.
Quiero ser Vicerrector de Extensión porque siento que mi misión en la universidad está ligada a servir más allá de las aulas, llevando el conocimiento y la cultura a cada rincón de la sociedad. Mi experiencia como decano de la Facultad de Humanidades me ha confirmado que la universidad no puede encerrarse en sí misma; debe abrirse, dialogar y caminar junto a la gente.
La extensión universitaria es, a mi entender, la función más compleja de todas, pues no se limita a un solo campo, sino que integra los saberes de la docencia y de la investigación para proyectarlos a la sociedad. Su grandeza radica en que exige conocer la riqueza de la enseñanza y el rigor del pensamiento científico para transformarlos en acciones concretas que toquen la vida de la gente. Desde el estudiante más humilde hasta el académico más destacado, todos somos, de alguna manera, extensionistas y hacernos conscientes de esa realidad forma parte de nuestra misión.
Mi visión de futuro como Vicerrector de Extensión es construir un puente sólido entre la universidad y la sociedad, un puente que no sea de un solo sentido, sino de ida y vuelta. Sueño con una extensión que siga escuchando más, que dé voz a las comunidades y que se nutra de la sabiduría popular, al tiempo que irradie cultura, ciencia y valores democráticos.
Mi compromiso con la UASD no es circunstancial, sino fruto de un largo camino de trabajo y entrega. Lo asumí primero como coordinador de cátedra, luego como director de la Escuela de Letras y más tarde como decano de la Facultad de Humanidades. Cada una de estas responsabilidades me ha enseñado que servir a la universidad es también servir al país. Por eso aspiro a la Vicerrectoría de Extensión, convencido de que desde allí puedo multiplicar los esfuerzos y consolidar el papel de la UASD como una institución abierta, inclusiva y comprometida con el bien común.
Nada debe partir del cero. Toda visión de futuro se construye sobre los cimientos de lo ya alcanzado. Por eso, mi proyecto en la Vicerrectoría de Extensión implica realizar un levantamiento serio y respetuoso de los valiosos aportes de los pasados vicerrectores de Extensión. Con el concurso de los profesores extensionistas y de toda la comunidad universitaria, quiero integrar a nuestro programa las mejores experiencias y prácticas que han demostrado impacto en la sociedad. Solo así podremos avanzar con paso firme, honrando el pasado y proyectando un futuro de mayor vinculación, diálogo y transformación social.
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