Hace días que debíamos estar lanzando en todo el país, y en especial en áreas críticas, operativos contra la vulnerabilidad territorial y edificatoria.
El sacrificio de 231 dominicanos en el Jet Set es el legado de muerte y dolor para que no haya dudas en radicalizar el control de la vulnerabilidad de las edificaciones e imponen ordenamiento territorial nacional normativo y radical. En especial, en Santo Domingo, Santiago y La Altagracia, provincias con mayor registro de nuevas edificaciones en correspondencia con la Oficina Nacional de Estadística (ONE).
Hay que masificar a nivel público y privado, la medición y el control de la «vulnerabilidad, la peligrosidad, la exposición y el riesgo».
Intervengamos la PELIGROSIDAD definida como la característica de un evento o fenómeno físico potencialmente dañino que puede ocasionar pérdidas de vidas, lesiones personales, afectación de propiedades, trastornos sociales y económicos o degradación ambiental. Un peligro está caracterizado por su localización, intensidad, frecuencia, probabilidad de ocurrencia y duración.
Hagamos registros de EXPOSICIÓN, es decir inventario de aquellas personas o elementos inseguros a un peligro en una zona y un periodo de tiempo concretos. Es un elemento duración y presencia ante el riesgo.
Midamos la VULNERABILIDAD o sea aquellas condiciones propias de los elementos expuestos al riesgo que les hacen más susceptibles de sufrir los impactos negativos y que en definitiva, pueden implicar una mayor o menor afección a un territorio o asentamiento humano concreto.
Establezcamos el RIESGO como la probabilidad de ocurrencia de consecuencias adversas, o pérdidas esperadas (como muertes, lesiones personales, en propiedades, en el medio de vida de las comunidades, suspensión de las actividades económicas o daños en el medio ambiente), resultantes de las interacciones entre la peligrosidad y las condiciones de vulnerabilidad existentes.
La investigación técnica y judicial de la tragedia, debiera comparar los existentes estudios de microzonificación de la ciudad de Santo Domingo con la vulnerabilidad edificatoria, sumada al mantenimiento, el ruido, la carga material y humana promedio de la edificación de marras.
En ese centro lúdico se creó un «fatal laboratorio perfecto» para un derrumbe edificatorio asociado a terremotos. Igualmente, para la puesta en práctica de medidas de respuesta y mitigación inmediata.
El inexcusable accidente acontece en la Cuaresma Cristiana, también es una oportunidad real y dramática para que la meditación trascendente y el recogimiento, se impongan sobre la cultura hedonista de la publicidad comercial en esta Semana Santa.
Asimismo, la propuesta de Plan Nacional de Ordenamiento Territorial (PNOT) en elaboración, tiene una magnífica oportunidad de endurecerse. Es coyuntura para reestructurar toda la estrategia y sus acciones concretas; para incorporar las sugerencias normativas pendientes y robustecer esta herramienta. No es momento de academicismo o desgastante teoría líquida.
En Santiago, fue USAID que ante nuestra solicitud al embajador Robert Fanning, como Plan Estratégico (PES), en 2008, se facilitó que Richard Goughnour, director de este organismo, aportara recursos para evaluar más de 250 edificaciones privadas y públicas.
Las glorias de la geo-sísmica nacional, Rafael Corominas Pepín y Orlando Franco, apoyaron los expertos operativos, Ervin Vargas y Luis Peña, para efectuar el estudio que demostró que más del 70% de las edificaciones evaluadas, tenían algún nivel de vulnerabilidad física.
En 2011, entró en vigencia el reglamento del MOPC, para el diseño sismorresistente de edificaciones pudiéndose ajustar potenciales edificaciones vulnerables.
Dado que Santiago se encuentra en una zona con gran actividad sísmica, en el límite de las placas Caribe y América del Norte, a la vez que evaluamos una muestra de edificaciones; logramos que la Unión Europea (UE) financiara el primer estudio de microzonificación sísmica de la ciudad del Yaque.
Igualmente, el plan estratégico (PES) y BID a partir de un modelo probabilístico calcularon, el comportamiento sismo-resistente de edificaciones y diferentes comportamientos de suelos. Concluimos que un terremoto de 475 años de retorno, podría destruir 32% del valor de las edificaciones, y alcanzar una tasa de mortalidad del 6%, lo que supondría 34,000 muertos y heridos graves.
Repetimos cuando en Santiago no había microzonificación para la gestión de riesgos sísmicos, fueron el Ayuntamiento y CDES, que lograron que ésta fuera la primera ciudad con un estudio microzonificado del suelo. Los capitaleños tenían “embullaos” a la Unión Europea para hacer el estudio sólo en el Distrito Nacional. Nosotros nos impusimos, trajimos a Santiago casi a la fuerza, al Instituto Minero y Geológico de España y al Buró de Investigaciones Geológicas y Mineras de Francia.
Con estos técnicos europeos pusimos en operación la metodología para utilizarse en la reducción del riesgo sísmico en ciudades: la microzonificación. Los instrumentos de trabajo se depositaron en el local del Consejo del Centro Histórico de la calle Del Sol, casa donada al Arzobispado y al CDES por acuerdo firmado con la Gobernación (2004-2008). Se evaluaron los niveles de amenaza sísmica y los efectos locales probables. Esto permitió la implementación de estrategias que tomen en cuenta estas condiciones del suelo que son responsables de la modificación de la respuesta sísmica. La acción preventiva contra sismos tiene que tener primero, un enfoque territorial de ciudad, en armonía al provincial y regional.
Debiera valorarse la presencia en diferentes edificaciones de planes de contingencias, zonas de escapes, alertas tempranas y equipos de mitigación. El ayuntamiento de Santiago tiene un plan de resiliencia al respecto. Hagamos del luto, una gran oportunidad para reflexionar y actuar.
El iceberg de la vulnerabilidad edificatoria se puede vencer con un Sistema de Redes de Gestión de Riesgo que implique la sumatoria inteligente de muchas tramas y tejidos del Estado, el sector privado y la sociedad civil.
Redes de los ayuntamientos, redes de gobierno, redes de los organismos de educación (escuelas y colegios), redes de centros de salud (hospitales-clínicas), redes de empresas de encuentros masivos.
También grupos de asociaciones de la sociedad civil, del Ministerio de Defensa, de la Defensa Civil, de los Bomberos y de las fuerzas de orden público, las federaciones de juntas de vecinos y entes de servicio (empresas de agua, electricidad, telefonía, plataforma digitales y empresas de telefonía). Actuar ante desastres es proceder armónico y preventivamente ante catástrofes humanas, económicas y físicas.
Necesitamos continuar con los simulacros para impulsar un sistema de redes integrales de gestión de riesgo en operación dinámica. Para los neófitos en las tareas estratégicas o aquellos voluntariosos que hoy descubren el “hilo en bollito”, recordamos que la articulación de este sistema es un proyecto estructurante concertado en el Plan Estratégico de Santiago, donde Ayuntamiento, Gobernación, Coraasan, asociaciones empresariales y sociedad civil.
El primer simulacro de ciudad, lo efectuamos en el Parque Central fue la primera concreción exitosa del Plan de Contingencia ante Terremotos del Municipio y la Provincia Santiago. Su gestor principal fue el Ministerio de Medio Ambiente para la ocasión. Se elaboró con articulación institucional pública-privada.
Es el municipio Santiago el territorio que tiene el problema geo-sísmico más importante de la isla, por eso la Comisión Nacional de Emergencia (CNE) en cumplimiento de la Ley 147-02 de Gestión de Riesgos, debe repetidamente asegurar el rol integrado de todos. Antes que sustituir, reemplazar y suplantar los órganos locales, la labor de los organismos centrales del Estado es llegar a Santiago a fortalecer los procesos de gestión territoriales. En Santiago esa es una tradición que debe cuidarse con mucho esmero y diligencia.
En este contexto recordamos el CDES creó “Santiago Solidario”, con el arzobispado. El nombre de esta “Corporación Ciudadana” y el borrador de sus Estatutos legales de fundación se formularon técnicamente en el CDES y luego se presentaron al conjunto de 30 organizaciones que conformaron la asamblea fundacional de lo que es hoy la entidad por la que nos sentimos orgullosos de haber contribuido a crear la Corporación Ciudadana Santiago Solidario (CCSS).
Como decía el presidente Ronald Reagan “contra el éxito no se discute”. Hoy la Corporación Ciudadana Santiago Solidario (CCSS), es la entidad que más apoyó el éxito en el rescate del río Gurabo para cuidar la armonía con INAPA y la Defensa Civil para facilitar la gestión de riesgos y en consecuencia, la prevención, mitigación y respuesta (PMR). Las competencias de Estado corresponden a nivel provincial a la Gobernación y a nivel municipal al Ayuntamiento del Municipio Santiago, cuando se trate de este territorio. Si en la ciudad de Santiago es que se ubica la falla sísmica, entonces que nadie discuta el rol del gobierno local.
A nivel municipal, el sistema de redes integrales de gestión de riesgo es el conjunto de intervenciones técnicas, institucionales y organizativas que permitirán a los ayuntamientos apoyados por el MEPyD como órganos rectores del riesgo sísmico municipal y a las gobernaciones órganos rectores provinciales, dimensionar no solamente, daños físicos esperados, víctimas o pérdidas económicas equivalentes, sino también en los factores sociales, organizacionales e institucionales asociados.
Se impone que hagamos urgente, los operativos contra la vulnerabilidad territorial y edificatoria.
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