El pasado viernes el Consejo Nacional de la Magistratura completó la matrícula de la Suprema Corte de Justicia al escoger cinco nuevos jueces para tan alto y fundamental tribunal.
Sin duda, el proceso de escogencia y la escogencia misma han sido elogiados favorablemente por los organismos y personalidades competentes.
No he visto ni una crítica negativa. Al contrario, la mayoría coincide en que los escogidos son profesionales competentes, con hojas de servicios en el ámbito intelectual, jurídico y académico. Y con muy buenas reputaciones.
Y subrayo lo de la buena reputación, porque a mi juicio, no solo se trata de escoger para ese alto e importantísimo tribunal a abogados y jurisconsultos competentes, sino que es fundamental, también, que sean reconocidos por ser éticos en lo privado y en lo público, y en el ejercicio del derecho. Se ha cumplido, por fortuna, con esos anhelos.
Hace alrededor de cinco años, siendo director del periódico digital El Correo, me brindó la oportunidad y el privilegio de publicar un artículo de temas históricos todos los lunes. Específico lo de los temas históricos porque al doctor Namphy le cautiva la perspectiva cultural e histórica.
En mi caso, siento una alta satisfacción y, si se quiere, alegría por esas escogencias.
Y es que a dos de los escogidos, el doctor Namphy Rodríguez y el doctor Edyson Alarcón, los conozco personalmente y sé de sus talentos y honorabilidad.
El doctor Edyson Alarcón, de una amplia trayectoria en el tren jurídico, es de mi pueblo, Hato Mayor del Rey, donde llevo 50 años residiendo y conozco al cojo sentado y al ciego durmiendo. La noticia de su escogencia ha sido recibida por Hato Mayor con mucha alegría y satisfacción. Diferentes personalidades, académicos, intelectuales, instituciones han manifestado su apoyo. El doctor Alarcón siempre ha sido bien valorado en su pueblo. Nada es más placentero que ser bien valorado en el pueblo que te vio nacer y crecer.
En cuanto al doctor Namphy Rodríguez, su escogencia ha sido muy bien recibida y valorada por el espectro nacional.
Namphy no solo es un académico del ámbito jurídico, donde ha hecho significativos aportes bibliográficos en el derecho constitucional y electoral, sino que además es un sólido intelectual, poseedor de una amplia cultura y una perspectiva histórica.
Namphy, hoy juez de la SCJ, es un intelectual afable, decente, educado y talentoso.
Hace alrededor de cinco años, siendo director del periódico digital El Correo, me brindó la oportunidad y el privilegio de publicar un artículo de temas históricos todos los lunes. Específico lo de los temas históricos porque al doctor Namphy le cautiva la perspectiva cultural e histórica.
He tenido la oportunidad de conversar con él, especialmente sobre temas culturales e históricos, y la verdad, siempre es un agrado hacerlo.
Hoy el país se siente complacido y satisfecho por el nuevo camino que le tocará transitar, que estoy seguro lo hará con decoro, dignidad y consciente de que a los cargos se va, no para llenar un ego personal, sino para dejar un legado para la familia, amigos y, sobre todo, al país.
Stefan Zweig, uno de mis biógrafos preferidos, escribió que "la suerte es la preparación en espera de una oportunidad". Al doctor Namphy, preparado como pocos, le llegó la oportunidad de servirle al país desde esa nueva atalaya y dejar un legado del cual su familia, amigos y el país nos sentiremos orgullosos.
Mis calurosas felicitaciones para el doctor Edyson Alarcón, orgullo de Hato Mayor.
Muchas felicidades para el doctor Namphy Rodríguez, un académico de grandes luces jurídicas y culturales.
Muchas felicidades para el Consejo Nacional de la Magistratura que los eligió.
Muchos éxitos.
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