El recuerdo de Mauricio Báez como símbolo de la lucha obrera y de la resistencia antitrujillista desde la clase trabajadora tuvo una importancia muy significativa para el 14 de Junio cuyo frente guerrillero en la región Este del país llevó su nombre durante la insurrección de noviembre de 1963. El artículo periodístico publicado en la columna “Los que orientaron la lucha” del 10 de febrero de 1962 nos cuenta el papel que jugó el líder cañero en la construcción de federaciones, sindicatos y medios de comunicación propios de los trabajadores. Diferentes aspectos se resaltan en esta pequeña biografía pues tenemos que, en el plano humano, el solo hecho de hacer frente a Trujillo durante su dictadura es un dato revelador de su talante y valor. En el plano moral, Báez supo resistir a las presiones del poder sin ceder a las tentaciones ni chantajes del gobierno.

Mauricio Báez.

La represión, la cárcel y el exilio fueron los caminos por los que transitó el orgullo petromacorisano hasta su asesinato en La Habana de 1951 por parte de los agentes del SIM. En ese sentido, su historia de vida nos sirve para retratar la brutalidad del régimen, que no conocía fronteras para desplegar su largo brazo criminal. Al salir a la luz pública el 1J4, en julio de 1961 se abrieron las puertas para que el pueblo pudiera pensar una sociedad más justa y democrática. En ese entonces, la figura de Mauricio Báez se levantaba como en los mejores tiempos de sus luchas obreras como un digno ejemplo del revolucionario proletario, comprometido con la emancipación de los humildes. En su persona, se cruzaban los dos grandes ejes ideológicos del catorcismo: la Liberación Nacional por su activa lucha contra el imperialismo (al denunciar el papel de las compañías extranjeras en la explotación de los obreros del azúcar) y el Socialismo, en el marco de las luchas de clase que impulsó por el bienestar de los trabajadores que sufrían “salarios de miseria” tal como él mismo denunció.

Padua Falet.

El Movimiento 14 de Junio, al reivindicarlo en su gesta guerrillera de 1963, no solamente honró a un mártir de la tiranía trujillista, sino que inscribió la causa obrera como parte esencial de su proyecto transformador para nuestra sociedad. En continuidad con Mauricio Báez, estuvo el mártir guerrillero José Padua Falet, histórico catorcista, quien fuera un extraordinario dirigente obrero y fundador del Sindicato Unido de Trabajadores Cañeros del Central Romana. Padua Falet fue de los que subió a las “escarpadas montañas” para defender la dignidad proclamada por el partido verdinegro liderado por Manolo Tavárez Justo en cada uno de sus programas de radio “Política y orientación”: “Tierra para los campesinos, trabajo para los obreros, pan y libertad para todos, por eso lucha el 14 de Junio”.

Los que orientaron la lucha

MAURICIO BÁEZ DE LOS SANTOS

El asesinato en La Habana de Mauricio Báez puso fin a una vida pletórica de lucha contra la tiranía trujillista.

Nació en Sabana Grande de Palenque, provincia de Santo Domingo, el 28 de septiembre de 1911, hijo de Daniel Báez y de Julia de los Santos.

En 1915, la familia se trasladó al batey de Cayacoa, en San Pedro de Macorís. Durante su adolescencia, Mauricio se ocupó de la escuela nocturna en la ciudad.

Comenzó los estudios secundarios cuando tenía 15 años y se destacó en ellos hasta que en el año 1928 se dedicó por completo a las actividades sindicales. Se convirtió en líder sindical a principio de los años 30, y comenzó a trabajar como estibador en los muelles, ingresando en el gremio de estibadores en 1932.

Ahí se destacó como orador y defensor de los derechos de los marinos. Fue elegido secretario general del gremio, en el período de 1938-1939. Empezó el acto criminal con Primo Antonio Báez, y Emérito Bobadilla en un periódico llamado Combate, con el que elaboraban un grupo de ideas progresistas y avanzadas. Se pone en contacto con los gremios obreros de todas las ciudades del país, luchando a brazo partido por su lado. Gracias a su eficiencia se destacaron en el mismo Antonio Jesús Rivas y José del Orbe (todavía vive); Teodoro Güechert, asesinado por Trujillo en 1947; Nicolás Mercedes, actualmente presidente de ese gremio.

Contrajo matrimonio en 1939 con la joven Mercedes Cuevas, con la que procreó varios hijos, de quien se separó en 1943.

Siguió sus actividades obreras y periodísticas. Se dedicó por esa época a preparar los cursos primarios, ayudado por los profesores Roberto McCabe, Dato Parra y Luis Salme.

A comienzos de los años 40, emprendió su trabajo y se destinó para formar líderes de los ingenios. En estas actividades surgen los sindicatos obreros de los ingenios Ozama, Porvenir, Santa Fé y Cristóbal Colón. Al tratar de formar un sindicato en el ingenio Compañía, el señor Edwin Killinger, poderoso administrador, pidió su arresto, que fue ejecutado por el teniente Castillo del SIM.

En 1941 fue deportado por el Gobierno, hacia Puerto Plata. Desde allí se trasladó a Santiago, La Vega y Villa Altagracia, donde contactó con los trabajadores de los ingenios.
Mauricio huyó por Santa Fe, llegando a San Pedro de Macorís.

Ingresó en 1944 en la escuela normal superior, tratando de seguir una carrera. Allí conoció a Carmen Frías Constanzo, quien fue su inseparable compañera de lucha.

Fundó entonces el periódico El despertador, para usar las actividades obreras. Trataron de meterlo preso en una serie de mítines que se demostración de solidaridad. Se celebraron mítines en distintos lugares del Este. Al ser detenido, el pueblo se dirigió en masa a la fortaleza y se vieron obligados a soltarlo a las pocas horas.

Mauricio continuó sus actividades obreras, periodísticas y estudiantiles. El 6 de enero de 1946 comenzó la huelga en el Este. Se inició en La Romana y fue apoyada por todos los sectores obreros de la región oriental. Esta fue la primera huelga general de una región del país.

Trujillo no se atrevió en esta ocasión a ahogarla en sangre. Envió a altos personeros de su gobierno, como el general Federico Fiallo y Ramón Marrero Aristy, a negociar con los obreros. Al disolverse pacíficamente la huelga, Mauricio fue informado de que el coronel Tuto Colón y Plúyer Trujillo tenían órdenes de asesinarlo.

Ayudado por los yolaseros, huyó de noche y llegó a la capital, donde se asiló en la embajada de México. Salió del país hacia Cuba. En La Habana, se reunió con los dirigentes del Congreso de Trabajadores Cubanos y con dirigentes obreros de México y Colombia.

Por el escándalo internacional que produjo la huelga general del Este, Trujillo se vio obligado a simular que permitiría un Congreso Obrero dominicano.

Regresa Mauricio a los cinco meses de haber salido del país para tomar parte en el Congreso, al que asistieron varios extranjeros. De 350 delegados presentes, 310 votaron a favor de Mauricio para el cargo de secretario general.

Sin embargo, por una sucia maniobra técnica no fue elegido, y en su lugar fue impuesto Julio César Ballester, quien contaba solo con 2 votos elegido secretario de organización de la Confederación de Trabajadores Dominicanos. Desarrolla una gran actividad en todo el país, a favor de la clase obrera y comienza a crear varios gremios y sindicatos.

En esa época, Teódulo Guerrero Méndez pasa a ocupar el cargo de secretario general de la Federación Provincial de Trabajadores en San Pedro de Macorís. Se inicia entonces el movimiento oficialista contra el prestigio de Mauricio Báez.

El Gobierno promulgó una disposición “dominicanizando” los gremios y sindicatos que no estaban dentro de la línea oficial. Se trata de la vieja política de sembrar el divisionismo en las masas obreras para aislar a sus dirigentes combativos y encumbrar a los lacayos del régimen.

La acción de la dictadura se hacía sentir en la Federación. La policía arresta a Mauricio Báez y lo somete a interrogatorios.

En esa época los trabajadores de ingenios se alarmaban debido a la proporción que estaba tomando el movimiento obrero, y el gobierno arbitrariamente le envía al ejército. Obligaba por la vía gubernamental, a “milicianizar” a todos los obreros del país, a filas militares.

Se fueron con él Roberto McCabe, Dato Pajarito, Ramón Grullón, Julio Raúl Dumay y otros más.

Desde esa salida, el gobierno inició una persecución sistemática a todos los sindicalistas: Pedro Martínez, César Baretti y otros.

Otros ya no aguantaban más y se fueron al exilio. El ejemplo de Mauricio había calado en el sentimiento obrero. En el exilio recibe una beca y se va a estudiar periodismo en La Habana. Eso fue en 1950.

En enero de 1951 es asesinado en la capital cubana. Verificando investigaciones, el gobierno revolucionario descubre que el asesinato de Mauricio fue obra del SIM, todos agentes trujillistas.

Su familia es perseguida, siendo encarcelados sus hermanos, su esposa y sus hijos Pedro y Federico.

El pueblo de San Pedro de Macorís rindió un homenaje a Mauricio poniéndole su nombre a un parque que muestra una estatua en bronce entre las aulas de los compañeros de su ciudad.

Centro de Estudios Histórico Sociales 14 de Junio

Centro de Estudios

El Centro de Estudios Histórico-Sociales 14 de Junio, adscrito al Museo de la Dignidad de la República Dominicana.

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