La industria de la construcción ha entrado a un período de rápida parálisis por falta de mano de obra (haitiana, claro), y las plantaciones agrícolas empiezan a despoblarse (porque los peones haitianos están prácticamente prohibidos). La construcción y la agricultura son dos columnas laborales fundamentales de la economía dominicana, con miles y miles de plazas ocupadas por trabajadores haitianos, que representan una parte importante de la economía laboral-consumista que los dominicanos no ocupan… ¿Qué hacer? (Ojalá que Luis y Danilo hayan hablado de esto, también, y que Luis tome firmes decisiones).

Ramón Colombo

Periodista

Soy periodista con licenciatura, maestría y doctorado en unos 17 periódicos de México y Santo Domingo, buen sonero e hijo adoptivo de Toña la Negra. He sido delivery de panadería y farmacia, panadero, vendedor de friquitaquis en el Quisqueya, peón de Obras Públicas, torturador especializado en recitar a Buesa, fabricante clandestino de crema envejeciente y vendedor de libros que nadie compró. Amo a las mujeres de Goya y Cezanne. Cuento granitos de arena sin acelerarme con los espejismos y guardo las vías de un ferrocarril imaginario que siempre está por partir. Soy un soñador incurable.

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