Entre los arquetipos establecidos por Carl Jung, se encuentra el del héroe. Usualmente, este esquema o patrón mental no suele ser muy estudiado. Es un arquetipo universal y en todas las culturas de la humanidad ha estado presente y es importante saber por qué.
Este arquetipo junguiano fue desarrollado por Joseph Campbell en su obra: El héroe de las mil caras. Simboliza la energía psíquica, capacidad para superar obstáculos y trascender nuestras limitaciones. Campbell nos muestra cómo vivimos nuestra existencia como si fuera un viaje, carrera o aventura; a través de esta contamos con fortalezas y debilidades, además de aliados y adversarios. El concepto del viaje en la existencia humana es prácticamente universal.
Este tema va dirigido a los jóvenes, porque son los que siguen caminando sin rendirse. Al decir jóvenes, no hago mención a ninguna edad en particular, ya que hay personas de 70 y 80 años que siguen haciendo planes de vida con entusiasmo, y adultos de 20 que ya perdieron la motivación de vivir.
El héroe marca un camino a seguir, siendo un modelo de resiliencia, resistencia y valor. Las historias de héroes y superhéroes no pasarán, porque representan un estímulo para dar la milla extra, para no conformarse con la contagiosa mediocridad. El ejemplo del héroe nos estimula a desarrollar aptitudes y actitudes para la superación.
En todas las culturas, normalmente se espera la venida de un héroe, que acuda a resolver los problemas o conflictos que no nos hemos decidido a resolver. El héroe puede ser: Hércules, Jesucristo, Superman, los bomberos, un político, etc. Pero arrastramos la idea desde niños de que alguien y no nosotros resuelva nuestros conflictos o problemas. Madurar disminuye la dependencia.
La imagen popular del superhéroe invulnerable, que, de manera todopoderosa, resolvía los mayores peligros sin siquiera inmutarse, ha estado cambiando a un perfil más real y humano, en el que muestra vulnerabilidad, dolor, preocupación y necesidad de apoyo. Y cada vez vemos más la imagen de “la superheroína”. Hace algunas décadas, la posición social de la mujer era bastante pasiva y dependiente, lo que afortunadamente ha cambiado.
Estamos aprendiendo a valorar más al héroe que, pese a su fragilidad y temores, se lanza a salvar a otros, que aquel que lo hace porque no tiene nada que perder. Es la idea de ser fuerte pese a nuestras debilidades y dar, aunque sea difícil. Ya la Madre Teresa de Calcuta invitaba a “dar hasta que duela”.
El héroe nos motiva a salir de nuestro confort iniciando nuestro camino, nos ayuda a definir nuestra identidad, incrementa nuestra resiliencia, reafirma nuestra escala de valores, nos facilita controlar nuestra “sombra” o parte obscura y manifiesta una especie de programa iniciático en la medida en que se van superando niveles de existencia.
Esta identificación con el héroe no es una casualidad, sino que el inconsciente colectivo vigente en la sociedad lo presenta como una especie de predeterminación, que nos impulsa a seguir el modelo y, cuando rechazamos el camino, nuestro inconsciente nos presiona desde nuestro nivel emocional y nos sentimos fracasados.
Podrías sentirte poca cosa, pero sin lugar a duda, la semilla del héroe está en ti y tu potencial es muy superior a lo que has podido reconocer
El sentido del héroe es más amplio de lo que habitualmente consideramos; una madre soltera que con mucho esfuerzo logra levantar de forma satisfactoria a sus hijos es tan héroe como aquel que tiene mucho poder y logra realizar alguna hazaña a favor de un pueblo. Siempre hay algo que podemos aportar; lo esencial será descubrirlo. La disposición a actuar y la empatía nos mueven a conectar con las necesidades de los demás.
En República Dominicana, durante el siglo pasado, hubo jóvenes que se lanzaron a las calles a defender la democracia ante un atentado militar que pretendía establecer una dictadura. Los militares golpistas, al sentirse amenazados por la revuelta popular, lograron el apoyo de los Estados Unidos, que envió unos 42 mil soldados, ya que temían el desarrollo de otra dictadura de izquierda en el Caribe como la de Cuba. La revolución fue finalizada mediante acuerdos que fueron violados, de manera que el grupo denominado “constitucionalistas” fue perseguido y aplastado por el gobierno dominicano y los EE. UU. En cierta forma, los que atentaron contra la democracia fueron notoriamente favorecidos, mientras que los que lucharon para mantener la voluntad popular fueron aplastados sistemáticamente, aunque con discreción. Consecuencia: una generación marcada por la represión y el desencanto, que heredó a los jóvenes un sentimiento de pasividad política y un escepticismo que aún resuena. Actualmente, predomina la demagogia sobre el espíritu revolucionario.
El sentido del héroe es más amplio de lo que habitualmente consideramos
Los héroes guardan relación con los ideales y perder los ideales conlleva perder el sentido de la existencia, pudiendo provocar una profunda depresión. Si traicionamos nuestros ideales y valores, incluso si logramos tener más, siempre seremos menos.
Podrías sentirte poca cosa, pero sin lugar a duda, la semilla del héroe está en ti y tu potencial es muy superior a lo que has podido reconocer. Nada te hará sentir mayor realización que desarrollar lo que realmente puedes ser.
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