Recientes aportes de la neurociencia revelan que a lectura es uno de los métodos más importantes para el desarrollo humano. Ahora voy a poner dos ejemplos que ilustran como la lectura puede transformar a personas con condiciones especiales y a otras con limitaciones ambientales.

Elon Musk nació en Sudáfrica en 1971, de padres ingleses,  blancos  y adinerados. Y en 1989, al cumplir 18 años, emigró solo a Canadá y de allí a Estados Unidos. De él, dice su biógrafo y  reputado escritor  Walter Isaacson, en su libro titulado  Elon Musk, :“Musk contaría más tarde, incluso en tono de broma, que tenía Asperger, un término común para una forma del espectro autista que puede afectar las habilidades sociales, las relaciones, la conectividad emocional y la autorregulación de una persona. Nunca fue realmente diagnosticado de niño —reconoce su madre—, pero él dice que tiene Asperger y estoy segura de que está en lo cierto. Dicha condición se vio exacerbada por los traumas de su niñez.”

Entonces, ¿cómo logró Musk con estas condiciones convertirse en un magnate de la tecnología, en el propietario de Testa y de la red social X, entre otras empresas,  y realizar  importantes aportes económicos para que un candidato a presidente retornara al poder, y recientemente le concediera tanto espacio político en su gobierno, como las iniciativas de reducir el tamaño y los gastos del gobierno norteamericano?   Una respuesta, en tal sentido,  la ofrece el escritor  Isaacson, en su libro, al  afirmar que desde niño Musk, frecuentemente  leía hasta las seis de la mañana, otras veces  leía toda la tarde y la mayor parte de la noche, hasta nueve horas seguidas.  Que la lectura era su refugio psicológico. Y que cuando visitaban a alguien, lo primero que hacía era ir a la biblioteca del lugar. Leía incluso dos veces las enciclopedias de sus padres.

Minerva Mirabal,  nació en un campo  de República Dominicana en 1926; de  productores agropecuarios y comerciantes. En 1938 la internaron  en un colegio  en La Vega, donde le desarrolló sus habilidades artísticas y adquirió una fuerte afición por la lectura. En la escuela leía textos religiosos y espirituales, y obras políticas  y literarias,  y periódicos y documentos, muchos de ellos prohibidos.  Ese exceso de  lecturas le provocaron problemas  disciplinarios y calificaciones regulares en sus estudios.

Cuando regresaba al hogar,  leía hasta la madrugada con una velita, mientras todos  dormían. Igualmente cuando la mandaban de vacaciones a otros pueblos para alejarla de esta pasión, se pasaba  días y noches leyendo. Era la principal compradora de libros de la librería de don Alfonso Moreno Martínez, en San Francisco de Macorís; de la Librería Nueva del señor Carías, en la capital; y de otras en pueblos cercanos. Incluso encargaba libros a librerías fuera del país.  Por lo que su esposo, Manolo Tavárez Justo, decía que  Minerva tenia   “la mejor biblioteca del país”.

Asimismo, las cartas de Minerva que publicó su hija Minou Tavarez Mirabal, bajo el titulo de  Mañana te escribiré otra vez; mi libro titulado  Minerva Mirabal, historia de una heroína; su desafío personal y político al dictador Trujillo en 1949, con apenas  23 años;  su condición de  ideóloga y formadora del Movimiento Revolucionario 14 de Junio,  uno de las  organizaciones políticas  más influyente en el derrocamiento de la dictadura, reafirman su talento personal y valentía, gracias a que era un insaciable  lectora.

Por lo que en estos días en que los niños y jóvenes se encuentran en vacaciones, sería oportuno que padres y tutores les fomenten hábitos de la lectura, y los separen, un poco, de las pantallitas recreativas.  Y en cuanto a los adultos mayores, les recomiendan leer cada día mas y de que traten de hacer resúmenes, preferiblemente a mano.

William Galván

Profesor de psicología y antropología de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Investigador académico y consultor de empresas.

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