En Estados Unidos, el exdirector del FBI, James Comey, ha sido acusado por un gran jurado de Virginia de dos delitos graves: hacer declaraciones falsas al Congreso y obstrucción de una investigación legislativa. Para muchos conservadores, este hecho representa un ajuste de cuentas largamente esperado y un símbolo de que la justicia debe aplicarse a todos por igual, incluso a las figuras más poderosas del aparato de seguridad e inteligencia. A continuación, se presenta una descripción estructurada de la perspectiva conservadora sobre estas acusaciones.
1. La visión central conservadora: rendición de cuentas, no venganza
Los conservadores interpretan las dos acusaciones contra James Comey —declaraciones falsas al Congreso y obstrucción de una investigación— como un acto de rendición de cuentas largamente postergado, más que como una represalia partidista. Desde esta óptica, las acciones de Comey durante y después de las elecciones de 2016 no fueron simples “errores”, sino abusos deliberados de poder que dañaron al país y erosionaron la confianza pública en el FBI.
Se recalca que “nadie está por encima de la ley”. Durante años, los demócratas y el propio Comey repitieron esa frase en referencia a Trump y sus aliados. Ahora, los conservadores sostienen que debe aplicarse el mismo estándar a Comey.
2. La conducta indebida alegada: la “farsa rusa”, filtraciones y falso testimonio
Los conservadores creen que Comey utilizó la narrativa de la “colusión rusa” —impulsada por la campaña de Hillary Clinton— para justificar la vigilancia sobre la campaña de Trump y mantener la investigación incluso después de saber que carecía de fundamento.
Acusaciones específicas:
• Filtraciones autorizadas: Habría instruido a su adjunto Andrew McCabe a filtrar información al Wall Street Journal. McCabe lo confirmó públicamente; Comey lo negó ante el Congreso.
• Declaraciones falsas: Esa negación sustenta el cargo bajo 18 U.S.C. § 1001.
• Obstrucción: Al autorizar filtraciones y luego mentir al respecto, habría obstaculizado la supervisión legislativa.
• Filtraciones tras su destitución: Admitió haber pedido a un amigo (el profesor Daniel Richman) que entregara a la prensa sus memorandos privados para provocar el nombramiento de un fiscal especial.
Para los conservadores, no se trata de tecnicismos menores, sino de acciones que “desgarraron al país” y “paralizaron” los primeros tres años de la presidencia de Trump.
Nadie está por encima de la ley, incluso las figuras más poderosas del aparato de seguridad e inteligencia
3. La ironía simbólica
Muchos subrayan la ironía: Comey enfrenta ahora los mismos cargos bajo 18 U.S.C. § 1001 que se usaron contra Michael Flynn, a quien él mismo presumió haber atrapado “con la guardia baja”.
4. Un caso enfocado, no expansivo
Los comentaristas conservadores destacan que la acusación es estrecha y específica: se limita a dos cargos claros (mentir sobre filtraciones y obstrucción), evitando así interpretaciones de persecución política generalizada.
5. “Dos sistemas de justicia”
Los conservadores sostienen que durante años funcionarios demócratas y sus aliados evitaron consecuencias (servidor privado de Hillary Clinton, dossier Steele, filtraciones de inteligencia), mientras los republicanos enfrentaban procesos agresivos. El caso Comey sería el primer paso para restaurar la fe en el FBI y el Departamento de Justicia.
6. Motivos y psicología de Comey
Algunos lo describen como un hombre bajo presión demócrata tras la derrota de Clinton y bajo la influencia de familiares abiertamente anti-Trump. Interpretan sus acciones como un intento de congraciarse con los demócratas, presentando a Trump como un agente ruso. Se lo caracteriza como “imperioso”, “débil”, “deshonesto” y un “títere de la maquinaria demócrata”.
7. La apuesta: rehabilitar al FBI
Muchos conservadores esperan que procesar a Comey sea el inicio de la rehabilitación del FBI, institución que alguna vez consideraron apolítica y respetada. Creen que solo con responsabilidad visible de los altos mandos se podrá recuperar la credibilidad de los agentes de base.
La acusación contra Comey representa un punto de inflexión en la rendición de cuentas de las élites estadounidenses
8. El contexto político
Los críticos llaman a esto la “gira de venganza” de Trump. Los conservadores responden que la administración Biden ya procesó a Trump y a numerosos activistas republicanos, mientras censuraba y vigilaba a opositores, por lo que es justo que quienes apuntaron contra Trump enfrenten ahora un escrutinio legal.
9. “Esto es solo el comienzo”
Muchos ven en la acusación contra Comey solo la “punta del iceberg”. Otros funcionarios que “politizaron” la inteligencia podrían enfrentar consecuencias similares.
10. Conclusión
Desde la perspectiva conservadora, las acusaciones contra James Comey representan:
• Un punto de inflexión en la rendición de cuentas de las élites.
• Una reivindicación para quienes siempre vieron la investigación rusa como un montaje.
• Una prueba de si la justicia se aplica también a los más altos funcionarios del FBI.
Aunque Comey mantiene la presunción de inocencia, los conservadores sostienen que sus propias admisiones y hallazgos oficiales aportan base suficiente para el proceso. Para ellos, no se trata de venganza, sino de justicia largamente demorada.
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