Hector-Colombino-Perello

Héctor Colombino Perelló nació en el año 1922 en la provincia Peravia. Comenzó a publicar en 1941 en la revista Ecos del Valle. En sus obras completas aparece retratado el espacio escolar banilejo en los capítulos: La enseñanza pública y particular, La creación de la Escuela Normal 1941, Normalistas en acción, Centros educativos y Los exámenes escolares, Primeras letras y Escuelas en 1977.

En dos de ellos: La enseñanza pública y particular y Primeras letras, rememora los planteles y docentes que recuerda de su Bani natal, entre los años 1920: y 1930. La Escuela Graduanda Mixta (La sabana) plantel que tuvo como primera directora a la señora América viuda Pérez, y que fue construido en el periodo de la Primera Intervención Norteamericana de 1916.

Fue estudiante de este plantel al que acudía: “con una tablilla de pizarra debajo del brazo y un lápiz hecho de ese mismo material, al cual llamábamos crayón”[1]

Utilizaba el clásico libro Mantilla con el que se alfabetizaron miles de dominicanos y El libro Segundo y Cuarto de Lectura en el que pudo leer autores de la talla de Leopoldo Alas, Benito Pérez Galdós, Emilia Pardo Bazán, Ramón de Campoamor, Rubén Darío, Jorge Isaac, Juan de Dios Peza, Leopoldo Lugones, José Santos Chocano, Gasto F. Deligne, Manuel de Jesús Galván, José Gabriel García, Miguel A. Garrido, Salomé Ureña y Arturo Pellerano Castro.

Allí recibió docencia de los maestros: Sílfide Herrera de Landestoy, Aurelia Objío, Eugenia Contín, Antonieta Ortiz, Melitina Cabral, Francisco Cruz Peña, Héctor Manuel Valdez, Rafael Emilio Gallardo y Ramón Belis Bernal.

Recuerda el agradable paisaje que a veces decoraba la sabana cuando caían las florecillas amarillas de los abrojos que abundaban en el paisaje y el pasar de burros y vacas, escena que acompañabas sus recreos escolares.

En una reflexión bastante emotiva y sobre todo elocuente para cualquier investigación sobre las escuelas mixtas y por género, describe la decepción emocional que supuso para él, el cambio de la escuela mixta a la exclusiva para varones. Cambio debido a la creación de la escuela para niñas Duarte, que supuso el traslado de su directora la señorita Henriquez y las estudiantes de sexo femenino al recién inaugurado plantel.

“Poco tiempo después quedó solo como director de dicha escuela el profesor Gallardo y a partir de ese momento, no obstante, el afecto que este me profesaba, empecé a ver las cosas dese otro punto de vista, ya que el recordado director implantó una rígida y casi militar disciplina, que nos puso en cintura a todos los muchachos en ese plante de enseñanza.

La escuela de la sabana bajo la dirección del profesor Gallardo, se convirtió en una especie de colegio militar, destinándose todos los días una hora para la ejecución de ejercicios militares y colocando en los pantalones de nuestros uniformes de fuerte azul una cinta blanca al estilo de los cadetes.” [2]

En adición a esta férrea disciplina se cercó con alambre el plantel escolar y se destinó una parte de su terreno para su labranza, obligando a los estudiantes a convertirse en agricultores improvisados. No solo las féminas tuvieron una educación restringida a un currículo que decidía por ellas, según este testimonio, también los varones.

También funcionaban para la época la escuela de Rosa María Blanco, constituida en los terrenos donde estuvo inicialmente la escuela de Isabel Fernández viuda Billini. La escuela Industrial de Señoritas, bajo la dirección de Ximena Fernández y de las profesoras Ana Pérez, Anita Citrón de Pimentel y Consuelo Objío que enseñaban costura, bordado entre otros oficios.

La escuela de economía doméstica que sustituyó la anterior, bajo la dirección de Fifa Díaz. La escuelita de primeras letras de Amancia Objío, considerada como la gran alfabetizadora. La escuela particular de Rafael Emilio Gallardo.

El Instituto Horacio Vásquez que dirigía el profesor Manuel Bello, y que fue el primer centro de enseñanza comercial instalado en Baní y tenía como docente a la puertorriqueña Geñíta Pesante, así como La Escuela Comercial cuyo director era Ricardo Emilio en el momento en que escribió las notas.

El colegio de Ana Antonia, modista que tuvo una escuela en 1925 en el barrio Villa Majega, pero reconocida en todo el pueblo pues enseñó las primeras letras a cientos de banilejos.

Destaca la llegada alrededor de 1930 de los hermanos Bustos de nacionalidad chilena, quienes introdujeron al país el método de alfabetización global y el profesor brasileño de apellido Filho, “Autor de un libro de test para el niño a base de edad e inteligencia, en donde se enseñaba del todo, las partes, al contrario, como tradicionalmente se venía haciendo en los centros escolares.”[3]

El prologuista de sus obras completas Fredy Aguavivas indica que “más que historiador es un cronista de nuestro folclore” y es precisamente con esa vocación de retratista de la cultura dominicana que logró fotografiar el escenario educativo del Baní de su recuerdo.

[1] Perelló, Héctor Colombino, Fundación Héctor Colombino Perelló, Obras Completas, Baní, 1994. Página30.

[2] Pg. 31

[3] Pg. 227

Duleidys Rodríguez Castro

Duleidys Rodríguez Castro es filósofa egresada del Instituto Filosófico Pedro Francisco Bonó. Posee una maestría en Filosofía en el Mundo Global por la Universidad del País Vasco. Es coleccionista especializada en historia de la educación dominicana. Desde hace 17 años se desempeña como profesora de Literatura.

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