¿Cuáles han sido los profesores que más la han marcado y por qué?

El Dr. Malaquías Gil, la señorita Consuelo Nivar, el Dr. Jorge Tena Reyes. Con ellos comencé a entender los acontecimientos más importantes en la vida de mi nación desde una perspectiva histórica.

La doctora Josefina me enseñó con profundidad lo que motiva e influye en la conducta de los seres humanos y cómo este conocimiento orienta al maestro a entender cómo, qué, cuándo y dónde aprendía el niño o el joven.

En Harvard University fue la primera vez que estuve expuesta a la tecnología y su centro de cómputos me impresionó. Hubo que explicarme en varias sesiones qué era, cómo funcionaba y para qué se usaba.

Ahí, aprendí la relación entre educación-formación de capital humano y la economía. No he logrado que en República Dominicana los docentes y muchos gobernantes entiendan esa relación y el proceso que lleva a su éxito, traducido en una nación prospera, con un capital humano adecuado que sostiene una economía nacional sólida, creciente, que produce riquezas para todos.

Tampoco he logrado ver para quién van esas riquezas y las oportunidades para todos que manda la constitución, tampoco lo he visto hecho realidad en 66 años de trabajo continuo, permanente, en el sector privado y con todos los gobiernos, siempre en cargos directivos.

Pero, durante esos años, en el discurrir del tránsito de mi vida laboral y profesional hasta hoy, sobre todo desde 1959 hasta el año 2000 en el que me jubilé de APEC, la que dirigí desde 1965, he podido lograr la satisfacción de ver los logros de los miles que fueron mis alumnos porque, aunque era la ejecutiva de las instituciones, nunca me separé del aula. Siempre enseñaba y fui maestra de diferentes asignaturas. Dejé de enseñar cuando me jubilé de APEC después de 35 años de servicio.

Me reintegré en la administración gracias a la invitación de mis amigas y compañeras de profesión Ligia Amada Melo, Alejandrina German y la difunta Minerva Vincent, que en el caso de ellas, todas con filiaciones políticas partidistas, al igual que mi entrañable amiga y colega Ivelise Prats de Pérez, respetaron mi apoliticidad partidista y el afecto que nos unió y que nos llevó a que ellas fueran mis asesoras cuando me tocó dirigir los destinos del sistema educativo dominicano como su ministra, y yo fui asesora de todas cuando eran ellas las que dirigían el sistema.

Minerva no llegó a ser ministra, pero se desempeñó como si lo fuera, porque era una mano más que derecha para todos y los últimos años míos en APEC ella los trabajó conmigo en la creación de una institución que se llamó APEC de investigaciones pedagogías.

En el MIT me impresionó sobremanera el profesor de Gerencia. Ahí aprendí que dirigir no era sentirme superior, sino guía de aquellos que me acompañaban para realizar una labor exitosa para aquellos a quienes servíamos en conjunto y en igualdad de condiciones. Y reivindiqué a la mujer en la educación con las mismas condiciones y consideraciones que la sociedad machista les daba a los hombres.

Fuera de las aulas universitarias, en APEC, tuve en mis superiores grandes figuras que considero maestros: German Ornes Coiscou, don Ramón Tapia, el Dr. Donald Reid Cabral, monseñor Aybar castellanos y Dennis Simó.

Pero el gran maestro y mentor de mi vida, no solo profesional, sino también personal que me ha marcado para siempre y su presencia en mi conducta no me abandona, fue el gran empresario casado con la educación dominicana, padre de la educación de la segunda mitad del siglo XX y los primeros del siglo XXI el inolvidable ingeniero Gustavo Tavares Espaillat.

Gustavo me dejó una herencia invaluable: hoy, su hijo, para mí uno de los más grandes humanistas con quienes he estado, el licenciado Juan Tomás Tavares, mi gran asesor desde que su padre falleció.

La ministra ad vitan, Jacqueline Malagón, concluye la entrevista con el mismo buen humor y la buena hospitalidad con que fui recibida en su hogar. Era sábado en la tarde, la enérgica maestra había llegado el día anterior de un viaje al exterior y ese día le esperaban dos compromisos más relacionados a su trabajo en Educación.

La historiografía de la educación dominicana tiene pendiente la realización del listado y análisis de las biografías profesionales de los ministros de educación desde 1844 hasta nuestros días, lo que permitiría conocer los perfiles de los funcionarios que han asumido la posición más alta del sistema educativo. observando las medidas más importantes que fueron aprobadas en su gestión. La duración en el cargo, la región de procedencia, el género, la edad promedio en tomar posesión, la titulación, la experiencia laboral y la relación de los ministros con organizaciones políticas.

Duleidys Rodríguez Castro

Duleidys Rodríguez Castro es filósofa egresada del Instituto Filosófico Pedro Francisco Bonó. Posee una maestría en Filosofía en el Mundo Global por la Universidad del País Vasco. Es coleccionista especializada en historia de la educación dominicana. Desde hace 17 años se desempeña como profesora de Literatura.

Ver más