De inicio queremos reconocer el acierto del Dr. Mario Lama quien, poco tiempo después de comenzar su gestión al frente del Servicio Nacional de Salud (SNS), se abocó a crear el Departamento de Salud Mental y nombrar a un personal para la coordinación de estos servicios a nivel nacional. Con este solo paso demostró su interés en un tema en donde históricamente ha habido dejadez estatal, exceptuando el trabajo realizado por la Dra. Altagracia Guzmán Marcelino. De hecho, el Dr. Lama hizo algo más, en el mes de noviembre de 2024, ordena reestructurar dicho Departamento, “con el objetivo de aplicar mejoras y aumentar la eficiencia”. Ese empeño, nueva vez, nos dice que el tema en cuestión es de genuino valor para su dirección al frente del SNS.

En la actualidad, hay más de una coyuntura en donde el Dr. Lama pudiera lucir su deseo en mejorar el estado de situación por la que atraviesa la salud mental y así afianzar en la comunidad esta percepción nuestra, a la vez que, bajo su impulso, se concreticen, desde el SNS, los anhelos de transformación, eficiencia y calidad, largamente esperados por los usuarios de los servicios, sus familiares y la colectividad, en sentido general.

La primera oportunidad, que en la actualidad está en el tapete público y en la agenda oficial, es el PROYECTO DE LEY SOBRE SALUD MENTAL DE LA REPUBLICA DOMINICANA, QUE DEROGA LA LEY NO. 12-06, que tuvo a bien introducir al Senado de la República el ministro de Salud para su discusión y aprobación. Este proyecto, aún con sus matices, es un paso de avance trascendente que toda la sociedad debe apoyar en pos de una pronta sanción y posterior promulgación y publicación.

Somos del conocimiento de que personal del Departamento de Salud Mental del SNS se mantiene aun hoy, trabajando activamente en la Mesa que se conformó en el Ministerio de Salud en el año 2015, con el fin de dar a la postre, con la ansiada propuesta y posterior seguimiento, hasta llegar al momento de su publicación en la Gaceta Oficial.  Nuestra invitación es a que el propio Dr. Lama, se coloque en primera fila, y haga abogacía de manera pública, firme y continua, por la aprobación de esta Ley.

Cuando colocamos la palabra “matices”, no lo hicimos con inocencia. El proyecto citado, tiene un gran inconveniente, que atañe sobre todo al mismo SNS. No identifica la fuente de financiamiento. Sabemos que sin recursos económicos que la sustenten, de ser aprobada, es ley muerta. El SNS debe abogar para que el Congreso identifique los fondos que hagan que la misma, al aprobarse, tenga la fuente necesaria asegurada para hacerla una realidad. Porque de no ser así, en quien recae la máxima responsabilidad para implementarla, el SNS, no podrá hacerlo, por lo que será el primero en ser criticado.

Es pertinente, pues, escuchar a la voz autorizada de su director ejecutivo, reclamar lo que por justicia se requiere para tener a mano un instrumento completo, que le puede dar un vuelco a la prestación de servicio al enfermo mental en nuestro país. Por demás, será el propio SNS quien se convertiría en beneficiario principal, dado que, el peso más considerable de ese presupuesto iría destinado a la instauración de políticas de atención, diana de su misión.

Hay una segunda invitación. Sabemos que el SNS está en la fase final de las gestiones para poner a funcionar la Torre Clínico Quirúrgica de la Ciudad Sanitaria Dr. Luis E. Aybar. Exhortamos al Dr. Lama a que investigue sobre lo que trabajó la exministra Guzmán Marcelino con el contratista de la obra de aquel entonces y la Presidencia de la República en lo relativo al uso que se le daría a dicha Torre. Deseamos señalar que aquella vez se acordó destinar 25 camas para estructurar una moderna Unidad de Intervención en Crisis (UIC), a la vez que se trasladaría a dicho servicio, la Residencia de Psiquiatría que actualmente se encuentra en el Hospital Moscoso Puello.

Llevar a feliz término ese plan original, sería una demostración de congruencia y de sensatez. No puede ocurrir lo que pasó en el Hospital Docente Dr. Antonio Musa, de San Pedro de Macorís, en donde se construyó una UIC, la única para toda la región Este, y nunca fue entregada, privando, con esa medida, a las 5 provincias de la citada región, de tener camas para ingreso psiquiátrico. Esa situación, es decir, cero camas, en todos los hospitales públicos de las 5 provincias del Este, para la atención de crisis psiquiátrica, persiste hasta el día de hoy.

Esta invitación pública al SNS y a su director la hacemos con el deseo de que las instancias estatales hablen un mismo lenguaje y formen un frente común de alto nivel, y con ello se fortalezca la defensa de unas políticas públicas orientadas a los más vulnerables y excluidos.

Angel Almánzar

Trabaja Salud Mental

Trabaja Salud Mental. Pasado presidente de la Sociedad de Psiquiatría y pasado director de Salud Mental.

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