
La formalización de un Acuerdo de Inversión y Comercio entre Israel –cuya bandera ondea a la izquierda- e India -cuya enseña nacional es la de la derecha- revelan una alianza secreta de más de setenta años
Le Monde Diplomatique presentó este titular: “La India e Israel, socios muy discretos”, disponible en el siguiente enlace: https://mondiplo.com/la-india-e-israel-socios-muy-discretos
La autora, Isabel Saint Mézard, nos informa estos datos: “Una cumbre India-África celebrada en Nueva Delhi en abril de 2008; otra entre Latinoamérica y el mundo árabe en marzo de 2009 en Doha (Qatar); una tercera que reunió a Latinoamérica y África en Isla Margarita (Venezuela) en septiembre de 2009. ¿Quién ha oído hablar de ellas? China se ha convertido, por delante de Estados Unidos, en el primer comprador de petróleo saudí; existe una coordinación económica y política entre la India, Sudáfrica y Brasil. ¿Quién ha oído hablar de ello? Sin duda alguna, Estados Unidos y la Unión Europea continúan siendo los actores dominantes, pero se enfrentan a ambiciones inéditas. Se abren nuevos caminos, se establecen cooperaciones y se forman alianzas que ya no están dictadas por la ideología socialista o tercermundista, sino que hay que aprender a mirar rompiendo los esquemas resultantes de la Guerra Fría. El análisis de las relaciones inesperadas entre la India e Israel publicado más abajo es el primero de una serie de artículos que vamos a dedicar a estas nuevas alianzas poco conocidas.”
Alex Santos Roldán, en su artículo “India e Israel, la alianza de dos supremacismos religiosos”, expande esta realidad que remueve el mundo geopolítico, disponible en el siguiente enlace: https://www.diario-red.com/articulo/internacional/india-israel-alianza-dos-supremacismos-religiosos/20250908111156053811.html
Extrañamente, Santos Roldán inicia rememorando cómo el nacionalismo hinduista tomó como su modelo al sionismo israelí; “La ideología Hindutva nació en las prisiones del Raj Británico de la mano de Vinayak Damodar Savarkar y su libro “¿Quién es un hindú?”. Pero las ideas publicadas en dicho texto no eran originales. La noción de una nación etnos-religiosa a la cual le pertenece una tierra sagrada en dónde crear un Estado-nación para derrotar a sus perseguidores ya había sido formulado en la otra punta del mundo.
Décadas antes, en Budapest, el filósofo judío Theodor Herzl ya había teorizado algo similar. Empujado por la idea de que los judíos jamás iban a ser aceptados en una sociedad en la que no fueran mayoría, Herzl concibió la necesidad de crear un Estado propio en la tierra sagrada de sus ancestros – Eretz Yisrael -. De sus pensamientos emergería el movimiento sionista que empezaría la colonización de Palestina, aún bajo el mandato británico.
Paradójicamente, el nacionalismo hindú adoptaría al sionismo como modelo pero desde una perspectiva supuestamente anticolonial. El Eretz Yisrael sería sustituido por Bharat, la madre patria de los dioses védicos. Esta, en vez de ser reconquistada, necesitaba ser liberada de los invasores apóstatas -musulmanes y cristianos, principalmente- que la tenían subyugada.

De este modo, el movimiento Hindutva empezó a realizar una apropiación conceptual del sionismo. El judaísmo y el hinduismo no son una simple adscripción religiosa, ni tampoco una etnia, judíos e hindúes conforman una civilización ancestral cuyo territorio sagrado es la base ontológica de sus respectivos Estados. Por tanto, no hay cabida ni para minorías religiosas ni para el secularismo.”
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Santos Roldán explica cómo ha evolucionado esta “asociación” geopolítica en los párrafos siguientes: “La cooperación está evolucionando más allá de la simple compra-venta. La necesidad israelí de asegurarse un mercado como el indio y reforzar su alianza con una potencia emergente se fusiona con el imperativo estratégico de Nueva Delhi de garantizar la autosuficiencia en materia armamentística. Consecuentemente, las industrias de ambos países están desarrollando un programa de producción conjunta en el que la India aporta la mano de obra y el terreno, mientras que Israel aporta los conocimientos técnicos.
Todo ello ha convertido a la India de Narendra Modi en uno de los pocos bastiones diplomáticos que le quedan al sionismo. Los más de 60,000 muertos del Genocidio en Gaza no han frenado los negocios armamentísticos; todo lo contrario, la reciente intensificación de las tensiones con Islamabad está acelerando el ritmo de la cooperación.”
Las novedades geopolíticas vienen con giros impensables para el más imaginativo de los escritores de ciencia-ficción geo-politológicas… porque la historia (el laboratorio de la realidad) nos trae paradojas que se convierten en “normalidades”.
¡Cosas veredes!
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