La democracia dominicana es un referente en estos tiempos de incertidumbre y amenaza al Estado de Derecho. A los países que disfrutan de esa condición los demás los tratan con respeto, incluidos los más poderosos, como lo comprueba el trato que hoy recibe República Dominicana de parte de las principales potencias del mundo.
En la clausura del exitoso Congreso Mundial del Derecho, que acaba de celebrarse en Santo Domingo, el destacado jurista español Javier Cremades, presidente del World Jurist Association, destacó las fortalezas de la democracia dominicana, caracterizada por una baja polarización, pluralismo informativo, fortaleza institucional, separación de poderes, elecciones libres y alternancia política.
Durante los paneles me informó del interés de otorgarle un reconocimiento al expresidente Leonel Fernández, que había participado en anteriores congresos, celebrados en Madrid y New York, a lo que le respondí, para su sorpresa, que iba a acompañar al líder de Fuerza del Pueblo al momento de recibir su medalla. Quedó maravillado y me afirmó que ya eso no ocurría en la mayoría de las democracias del mundo.
A propósito del momento en el que Cremades invitó al presidente Luis Abinader y al expresidente Fernández a darse un abrazo, el Listín Diario narró lo siguiente: “El mandatario Luis Abinader caminó hacia el expresidente Leonel Fernández, se fundieron en un abrazo, levantaron las manos y bajo un aplauso efusivo con todo un auditorio de pie, enseñaron la solidez del liderazgo político nacional”.
Es entendible que este gesto fuera una sorpresa tanto para el Rey de España, Felipe VI, como para la prestigiosa magistrada de la Corte Suprema de los Estados Unidos Sonia Sotomayor, los expresidentes presentes y los más de 40 presidentes de Cortes Constitucionales y de Justicia de los 5 continentes, tomando en consideración que esto no ocurre en esos países.
Lo anterior debe ser una motivación para que los tres expresidentes, Leonel Fernández, Danilo Medina e Hipólito Mejía, acojan la invitación que les hizo el presidente Abinader para reunirse a tratar la desbordada crisis que afecta a Haití, con efectos perjudiciales en República Dominicana.
Por primera vez en muchos años nuestro país tiene el privilegio de contar con tres expresidentes de la República, los cuales deben ponerse a la altura de una democracia consolidada, como es la nuestra, y ser parte, junto al presidente Abinader, de la solución de este grave problema que afecta a la nación.
Cuando un país enfrenta amenazas del exterior y se ve obligado a tomar grandes decisiones debe recibir el gesto más poderosos y simbólicos: el respaldo público de los expresidentes a la figura del presidente de turno.
Un buen expresidente debe expresar siempre su incondicional compromiso con la institucionalidad, la gobernabilidad y la estabilidad del país.
Los Estados Unidos tienen una tradición de unidad nacional de los expresidentes, por encima de las diferencias partidistas. En ese país los expresidentes han apoyado tradicionalmente al jefe del Ejecutivo cuando la nación ha enfrentado crisis graves, ya sea por razones de seguridad nacional, catástrofes naturales, crisis económicas o momentos de tensión social. Tal comportamiento no solo fortalece la imagen de un gobierno cohesionado, sino que también envía un mensaje de calma y unidad al pueblo.
Leonel, Danilo e Hipólito deben poner los intereses de nación por encima de sus intereses particulares.
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