No lo pensaron dos veces. Ni una vez. Es más, no lo pensaron. ¿Se imaginan a 800 mil personas (sin incluir las botellas) presentando en las dependencias para las que trabajan copias de sus pagos de la luz y agua (aunque esta no se paga)? ¿Se imaginan las filas diarias en cada dependencia de los tres poderes (más las gobernaciones y los municipios?) ¿Se imaginan a los ministros entregando sus pruebas de pago en el Palacio Nacional?…(Estoy seguro de que Raquel Arbaje le habrá preguntado a su marido: “Luis, ¿Quién inventó tan genial idea?” Y seguro remató con lo que dice todo el mundo: “¿Es que nos estamos volviendo locos?”).