Cuando pensamos sobre qué son los valores morales, podríamos considerar que son aquellos que te impiden hacer lo que deseas. No te permiten:
-Apropiarte de lo que no te pertenece o dicho crudamente, robar.
-Aprovecharte de la confianza de tus amigos para sacar ventaja, o traicionar.
-Resolver el enojo que alguien te produce, eliminándolo, o matar.
-Tener sexo con alguien que no desea tener sexo contigo, o violar.
-Vivir en tu país no haciendo lo que se acordó para que todos vivieran mejor, o desobedecer las leyes.

Sin lugar a duda, todos hemos deseado en algún momento violar alguna regla para alcanzar algo que suponía una satisfacción inmediata, pese a reconocer que podría tener riesgos futuros o una consecuencia o precio, tal vez superior a lo que estábamos dispuestos a pagar o afrontar.

Cuando creas que en tu empresa necesitas a alguien que sea agresivo, corrupto, sepa mentir y rompa las reglas cada vez que tú se lo solicites, tu empresa está destinada a desaparecer. Porque la misma corrupción que se presta para afectar a quienes tu señales o autorices, es la que en algún momento estrechará tu garganta. Es muy ingenuo creer que quien mata o roba para ayudarte a ti, no hará lo mismo e incluso más en contra tuya, para ayudarse él mismo.

Verdaderamente los valores éticos nos limitan y en realidad, nadie quiere limitaciones. Hacer lo que me dé la gana parecería una experiencia maravillosa.

Desde una visión ingenua de la realidad, podríamos pensar que libertad es hacer lo que se nos antoje, sin pensar en consecuencias, en el daño que le podamos causar.

Hablamos de libertad cuando puedes pensar, actuar o expresarte de manera autónoma sin ser presionado por otros, en el marco de la ética, porque tu derecho termina donde comienza el derecho ajeno y “el respeto al derecho ajeno es la paz” (Benito Juárez).

Cuando utilizas tu libertad de manera excesiva y egoísta, sin tomar en cuenta a los demás, ni al daño que pudieras hacer, con evidente menosprecio a la ética, no es libertad sino libertinaje y es la puerta hacia la destrucción de cualquier grupo social.

La libertad es cuando sin llegar a perjudicarte, puedes someterte voluntariamente a los límites que tus contactos y la sociedad te proponen. Eres libre cuando puedes escoger de qué forma vas a realizar tu vida, manteniendo la armonía con todo y con todos.

El sueño de todo corrupto es que sus conductas dañinas no sean descubiertas. Tiene la esperanza de que sus actos se mantengan ocultos, imaginando que no tendrán consecuencias, pero la vida humana es mucho más compleja de lo que quisiéramos y todas las energías que se movilizan, sean positivas o negativas, siempre generan fuerzas similares que producen una compensación de una u otra forma. La física nos da pautas para comprender el delicado equilibrio que se mantiene entre todo lo que existe, estas leyes son aplicables tanto para la psicología como para la sociología.

Nuestras capacidades cognitivas nos permiten comprender las mejores estrategias para vivir la vida, nos ayudan a adaptarnos a todo y a todos, facilitan que podamos alcanzar metas cada vez más difíciles o complejas. Fruto de la observación empírica en nuestra existencia, en virtud de errores y aciertos, vamos aprendiendo y transmitiendo lo aprendido de generación en generación, así surgen nuestros valores, que son la experiencia acumulada a través de siglos e incluso de milenios, que nos ayudan a no repetir errores del pasado. De igual forma nuestras células llevan en su ADN informaciones clave transmitidas desde hace millones de años, y sabemos que cuando nuestras células no respetan esa información y deciden ignorar o violar el código genético, llegan enfermedades tan graves como el cáncer.

La vida no es rígida o estática, y así como la epigenética permite la manifestación o la inhibición de genes heredados, en respuestas a la demanda del medio ambiente, así nuestros valores deben siempre ser analizados y evaluados al enfrentarse a posibles nuevos retos, esa flexibilidad para poder adaptarse a los “nuevos tiempos” es lo que permite la evolución de las especies y aquellos seres vivos que no son capaces de adaptarse, simplemente desaparecen de forma gradual.

La amistad, la familia, los pueblos y las empresas existen porque existe la ética, sin ética todos somos enemigos de todos y la vida en sociedad no es posible.

Por la ética, un médico sabe, que mientras se dedica a salvar vidas, otros se ocuparán de su seguridad, de su alimento, de construir su casa, educar a sus hijos, de su entretenimiento, de la limpieza de su entorno, de sus medios de transporte y de ayudarle con sus finanzas.

Ciertamente la ética limita el beber, comer, la sexualidad y las diversiones, pero cuando pierdes esos límites o valores, se afecta tu salud física y mental, junto con la calidad de vida de tus seres queridos. “Todo me es permitido, pero no todo me es provechoso” (1 Corintio 10: 23).

Luis Ortiz Hadad

Médico

El Dr. Luis Ortiz Hadad, nació en Santo Domingo, República Dominicana, el 17 de septiembre del 1958. Graduado de Doctor en Medicina en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) en el 1983. Realizó estudios de Filosofía y Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca, España (1984-1986). Se especializó como Cirujano General en el Hospital Central de las FFAA-Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) en (1988-1992). Haciendo la subespecialidad en Cirugía Colorrectal en Marsella, Francia (2000-2001). Es Psicólogo Clínico egresado con los máximos honores de la Universidad de la Tercera Edad (2022). Ha sido profesor de Anatomía y Cirugía por más de 20 años en la Universidad Iberoamericana (UNIBE). Es miembro del Comité Editor de la Revista Archivos Médicos Dominicanos (AMED). Presidente de la Sociedad Dominicana de Coloproctología (2011-2013), Presidente de la Academia Dominicana de la Medicina (2016-2018) y Presidente de la Sociedad Dominicana de Médicos Escritores (2023-2025). Es miembro del Colegio Médico Dominicano, del Colegio Dominicano de Cirujanos, de la Sociedad Dominicana de Coloproctología, Asociación Latinoamericana de Coloproctología, Academia Dominicana de Medicina, del Colegio Dominicano de Psicólogos (CODOPSI) y de la Sociedad Dominicana de Médicos Escritores. Presta sus servicios como Cirujano Coloproctólogo y Coordinador del Internado de Cirugía de la Universidad Iberoamericana (UNIBE) en el Centro de Diagnóstico Medicina Avanzada y Telemedicina (CEDIMAT), donde también desarrolla desde el 2022 un programa de Meditación Terapéutica Racional Emotiva. Es escritor de artículos semanales en el periódico acento desde el 2020 y es autor de los libros: Cincuenta Reflexiones. Breve guía para el Homo sapiens y Piensa bien, Vive mejor: Una terapia racional emotiva social. Es reconocido por sus actividades a favor de un mayor desarrollo humano como estrategia prioritaria para el mundo de hoy y enseñanzas de autoayuda basadas en las neurociencias.

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