El envejecimiento demográfico no es exclusivo de los países ricos; esta tendencia toca también a los menos desarrollados. En ellos, la proporción de personas de edad triplicará entre 2000 y 2030. A esto hay que agregar la posibilidad de que de aquí a 2050 la proporción de personas de 65 años y más ronde los 350 millones en China, representando una población superior a la de Estados Unidos.
República Dominicana no escapa a esta tendencia. De una población de 60 años y más de apenas 4.5% en 1935, ha pasado a 13.2 en 2022, y se estima que pasará a representar el 33% de la población en 2100.
Un sostenido crecimiento de la esperanza de vida, combinado con una reducción del crecimiento demográfico, explica este fenómeno, en todas partes.
De más en más, este envejecimiento demográfico representará una pesada carga para el sistema de seguridad social y los servicios públicos.
Desafíos
Seguridad financiera. Tendrán que tomarse medidas para ampliar y reforzar la seguridad financiera de este grupo poblacional, mejorar los programas de pensiones existentes e incitar el ahorro para el retiro, sobre todo entre los sectores medios y altos de la clase media que tienen una cierta capacidad de ahorro.
Inversión en salud. Los adultos mayores no solo requieren de más servicios de salud, sino también de unos servicios adaptados a su condición (geriatras, neurólogos, ergoterapeutas), así como unos servicios más prolongados. También requieren de más servicios en el área de salud mental, psicogeriatras, trabajadores sociales.
Adaptación de servicios. Necesarias adaptaciones tendrán que realizarse en materia de acceso a la salud (cuidado a domicilio), adaptación del transporte público (facilidades para las personas con movilidad reducida), acceso a la justicia (protección contra los maltratos y las estafas, que con frecuencia son víctimas los adultos mayores), acceso a una vivienda digna y adaptada a la condición de tercera edad.
Bienestar social. Son cada vez más las personas de edad avanzada que viven solas, y esto no es exclusivo de los países desarrollados. En todas partes, los medios tradicionales de apoyo familiar a los mayores pierden velocidad, a causa de la reducción de la talla de las familias y la movilidad poblacional. En ese contexto, el Estado, para atenuar su aislamiento, está en la obligación de ofrecer a esta población herramientas que les aseguren mantener sus vínculos con la comunidad. Los centros de día para personas de tercera edad que operan en varios países, con programas culturales, actividad física adaptada y entretenimiento, son buenos espacios para romper el aislamiento.
Oportunidades
El envejecimiento de la población no debe ser visto necesariamente como una catástrofe. La gente no solo está viviendo más, sino que permanecen funcionales y activos más tiempo que la generación precedente. La pensión a 60 o 65 años pronto será cosa del pasado. Esta combinación de prolongación de la vida laboral con la experiencia y sabiduría que acompaña a los años vividos es de un incalculable valor económico y social.
Más que como una carga, el envejecimiento de la población debe verse como la oportunidad de construir una sociedad más inclusiva y respetuosa de todas las edades, donde los más jóvenes se beneficien de la experiencia y la sabiduría de los mayores.
Implicación en la vida familiar y voluntariado. Con el envejecimiento demográfico crecerá tanto el número de pensionados como de familias compuestas por hasta cuatro generaciones, y dentro de ellas gente con tiempo libre para compartir con los más jóvenes. Tanto las familias como la sociedad, se beneficiarán de este intercambio intergeneracional, de la trasmisión de conocimientos, costumbres y tradiciones familiares de los más viejos a los más jóvenes.
Estos adultos mayores, con frecuencia en buenas condiciones físicas y mentales, también dispondrán de tiempo libre para la realización de trabajos voluntarios e implicación comunitaria de gran provecho para la sociedad.
Nuevas oportunidades de negocios. Es siempre en tordo a la aparición de necesidades no satisfechas que se desarrollan nuevos negocios. En la medida que envejece la población, proliferan las residencias privadas para el cuidado de adultos mayores, aparecen pequeñas empresas y trabajadores autónomos que ofrecen servicios personales a esta clientela, ofertas de transporte adaptado, accesorios para adultos mayores, servicios de enfermería a domicilio, etc.
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