Paso a diario por el Malecón, cerca de la Abraham Lincoln, y llama mi atención esa amplia casa de dos pisos, pintada de crema o amarillo, que todos los días y horas permanece desierta. Tiene un letrero en lo alto: “Colegio Dominicano de Periodistas”, como si fuera cualquier cosa, y un silencio verdaderamente atroz, no obstante pertenecer al país periodísticamente más bulloso de este bulloso continente…E inevitablemente viene a mi mente el recuerdo de aquellos veinte o más años de lucha gremial hasta alcanzar su inútil creación, pues hoy no sirve absolutamente para nada (lo cual demanda que un día de estos se convierta en hoguera).

Ramón Colombo

Periodista

Soy periodista con licenciatura, maestría y doctorado en unos 17 periódicos de México y Santo Domingo, buen sonero e hijo adoptivo de Toña la Negra. He sido delivery de panadería y farmacia, panadero, vendedor de friquitaquis en el Quisqueya, peón de Obras Públicas, torturador especializado en recitar a Buesa, fabricante clandestino de crema envejeciente y vendedor de libros que nadie compró. Amo a las mujeres de Goya y Cezanne. Cuento granitos de arena sin acelerarme con los espejismos y guardo las vías de un ferrocarril imaginario que siempre está por partir. Soy un soñador incurable.

Ver más